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2020 y la necesaria esperanza en el progreso Opinión

2020 y la necesaria esperanza en el progreso

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Felipe Rivera S
Por : Felipe Rivera S Sociólogo, Master en Antropología y Desarrollo y Master en Innovación
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Este año se va y nos deja el sabor amargo de una pandemia que ha dejado millones de pérdidas en vidas humanas y otras cuantas pérdidas materiales. Pero esos serán los titulares del clásico recuento de fin de año. Lo que quiero es aprovechar estas líneas para invitar a la reflexión sobre los aprendizajes (posibles) del 2020 con miras al 2021.

La pandemia aceleró los cambios que venían incubándose. El más visible, la digitalización, y con ello una serie de transformaciones sociales, políticas, económicas.

En general, las estructuras, que se sostenían débiles parecieron tambalearse, incluso la incertidumbre que remecía los mercados internacionales de vez en cuando en los últimos 20 años, paso a ser una constante. A ratos, este escenario de total incertidumbre nos llevó a pensar que la globalización llegaba a su fin.

Como nunca, la ciencia, volcó todos sus recursos, esfuerzos, por lograr una vacuna, logrando reducir de 10 a menos de 1 año su producción. Aún está pendiente su distribución, y cuán equitativa va a ser para el planeta en su conjunto.

Lo cierto es que la ciencia seguirá su avance inagotable, porque ese es su proyecto, está en la base de su fundamento originario.

Por su parte, el mercado hará lo propio, seguirá adelante.

Las personas seguiremos educándonos, trabajando, reproduciéndonos, viviendo nuestras vidas de algún u otro modo, a la espera de que las decisiones políticas se iluminen con mayor humanidad.

Lo que nos deja el 2020, entonces, son 3 aprendizajes, y una gran pregunta.

-Primero, la innegable necesidad de todos los países de participar del desarrollo de los sistemas científicos. El que no “está ahí”, se resta de las condiciones de desarrollo posibles.

-Segundo, un modelo, globalización y mercado, que debe considerar seriamente la sustentabilidad como forma de llevar adelante un plan de progreso sostenible. Por lo tanto, no puede sustentarse en sistemas económicos ficticios que se construyen bajo la deuda inagotable del capital inexistente, y de las necesidades creadas.

-Tercero, la humanidad requiere una mirada humana de sus formas de vida, de sus modelos de educación y formas de producción y trabajo. Quizás en este punto, en coherencia con el avance de la ciencia, debamos relevar el valor de la interdisiciplinariedad y la necesaria mirada de las ciencias sociales y las humanidades para diseñar los mejores mundos posibles.

En consecuencia, la pregunta que queda es justamente respecto como nuestros gobiernos promueven las decisiones políticas, que logren generar está sintonía entre humanismo, sustentabilidad, sostenibilidad y progreso. ¿Nos permitirá el modelo democrático, con sus falencias, alcanzar las decisiones adecuadas? El 2021, al menos en Chile, tenemos tiempo e instancias suficientes para tomar el pulso a nuestro futuro.

Y, mientras todo eso ocurre, la tecnología, permite modelar que la pandemia será aun peor en los próximos meses, que una nueva variante, más contagiosa, seguirá extendiéndose por nuestras vidas. Sin duda el 2021 será el año en que estarán a prueba nuestra humanidad, sustentabilidad, sostenibilidad y progreso para lograr producir y distribuir las dosis de vacunas que la población mundial necesita.

 

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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