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Rumbos inciertos para una educación de calidad Opinión

Rumbos inciertos para una educación de calidad

Christian Troncoso
Por : Christian Troncoso Director Carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación Universidad Autónoma-Talca
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Para nadie ha sido una sorpresa que las pedagogías hayan tenido alrededor de un 30% menos de matrícula este año. Se trata de un fenómeno maximizado por la pandemia, que provocó que hubiera 20.000 estudiantes menos que en el proceso de admisión 2020. Por fortuna, en los últimos años ha habido una preocupación al respecto por parte del MINEDUC, que ha impulsado en las pedagogías programas de ingreso especial, propedéuticos, PACEs, etc. También se ha permitido modificar las ponderaciones de la PTU, con el objetivo de dar más porcentaje a aspectos como el NEM, indicador que sí puede darnos cierta información sobre hábitos de estudio del estudiante. Esta modificación es realmente muy importante, puesto que los hábitos de estudio son el núcleo del éxito académico.

Sin embargo, la tendencia a la baja en las postulaciones a pedagogía es sostenida desde 2011 (según datos del CNED), con una pequeña excepción en 2017, cuando entró en pleno vigor la Ley de Carrera Docente (20.903) ¿Por qué nadie quiere ser profesor en Chile? Las causas posibles son un tema delicado, con muchas aristas bastante complejas de analizar, que van desde la visibilización del agobio laboral que sufren los profesores y profesoras, hasta la denostación que se ha hecho de su trabajo por parte de las propias autoridades. Sin duda, los profesores y profesoras han estado en una posición social en la que han sido la cara más visible de un sistema cuyas fallas quedan cada vez más expuestas, y les ha tocado ser muy dúctiles a los permanentes cambios tanto en la modalidad de impartir clases, como en la forma de diseño y evaluación de los aprendizajes. De allí que la clave esté en la formación inicial docente y en el perfeccionamiento continuo.

Lo que sí sabemos es que, actualmente, hay 7.000 profesores menos de los que Chile necesita, según Aequalis, y, de mantenerse la tendencia, posiblemente haya 32.000 profesores menos en 2025, según proyecciones de Elige Educar. Un panorama aciago para educación chilena, pero que se convierte en una catástrofe si se piensa en los criterios cada vez más exigentes que la CNA está pidiendo a las universidades para las acreditaciones de las pedagogías.

En el mediano plazo, no solo podría haber déficit de profesores, sino de universidades que impartan las pedagogías. Una cosa es segura: así como vamos, no llegaremos a una educación de calidad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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