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Boric versus Jadue Opinión

Boric versus Jadue

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Eugenio Rivera Urrutia
Por : Eugenio Rivera Urrutia Director ejecutivo de la Fundación La Casa Común.
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No es fácil para la ciudadanía optar por uno de estos dos candidatos, pues se tiende a invisibilizar las diferencias. Habrá que analizar, además, las diferencias programáticas, una vez que se conozcan los programas de las dos candidaturas. Pero más importante que ello, la decisión por uno u otro candidato depende de la evaluación de la historia y visión de los candidatos y los partidos que los apoyan, su intervención en los momentos claves de la historia reciente y las posibilidades de ganar en la primera y segunda vuelta presidencial, y en esto hay varias diferencias importantes. Tres son las fundamentales. 


Cuando todavía persisten los coletazos de las elecciones del 15 y 16 de mayo y del drama shakesperiano del 19.M resulta necesario ir entendiendo las dimensiones de la profunda transformación del país que implicó la irrupción de los independientes, en particular la lista del pueblo, ahondar en las evaluaciones y los balances y concentrarse en lo que viene: el proceso constituyente y la construcción de las opciones presidenciales. La primaria presidencial de la izquierda es una de las dimensiones cruciales para el futuro de Chile. Enfrenta, sin embargo, numerosos riesgos y desafíos.

El resultado electoral

Sin duda que el resultado de la lista del pueblo y de los independientes no neutrales, el colapso de la derecha, la DC y el PPD son los elementos principales de la elección. Nos interesa, sin embargo, en la presente columna analizar la primaria de la izquierda. Cabe constatar que los resultados electorales favorecieron fuertemente al Frente Amplio (FA); no obstante, el 19.M representó un triunfo del Partido Comunista (PC).

[cita tipo=»destaque»]Risa me da ver hoy a los mismos que pactaron con la derecha un proceso constitucional de espaldas a la ciudadanía, sin paridad ni pueblos originarios, criticando a la derecha porque no se han aprobado las mismas cosas #notablehipocresía.[/cita]

Los resultados del FA fueron mejores que los del PC en todos los ámbitos. Del que menos se ha hablado es de la elección de alcaldes. En las comunas de más de 100 mil habitantes, el resultado del PC fue, sin duda, positivo: pasó de gobernar una población en torno a los 100 mil habitantes a comunas que en conjunto superan, ligeramente, los 500 mil habitantes. La victoria del FA fue sustancialmente mayor, pues la población gobernada por militantes o independientes del FA supera los 2 millones de personas. Mientras el PC obtuvo un triunfo de especial importancia simbólica en Santiago, el FA conquistó varias fortalezas históricas de la derecha, Ñuñoa, Maipú, Viña del Mar y Valdivia entre otras. La presencia nacional del PC construida a lo largo de muchos años le permitió obtener una importante votación en concejales, alcanzando un 9,23% de los votos. Incluso en esta elección el FA superó al PC al alcanzar un 11,4%. En gobernadores regionales, el FA ganó la gobernación de Valparaíso y tienen importantes posibilidades de ganar la elección de la región metropolitana y de Tarapacá. El PC, en cambio, no obtuvo ninguna gobernación ni está en carrera en región alguna. Finalmente, en la elección más relevante para la historia de Chile, la de constituyentes, el PC obtuvo 7 convencionales y el FA eligió 17.

Los objetivos del FA y Gabriel Boric y la primaria “chica”

Pese al triunfo de 4 a 0 obtenido por el FA sobre el PC, el 19.M constituyó un triunfo de la estrategia de este último partido. Vamos por parte. Más allá de las diferencias internas del FA, Boric había relevado tres objetivos a lo largo del mes en que había levantado su candidatura. El primer objetivo, y base de los otros dos, era la recuperación del FA que había enfrentado importantes escisiones (los humanistas de Jiles, el PEV, el partido liberal y los diputados del Nuevo Trato),  enfrentaba además la compleja situación que sus diversos partidos operaban cada vez más por su cuenta y un desperfilamiento general que hacía temer el desdibujamiento de su existencia política frente a la ciudadanía. Los resultados electorales arriba descritos, dejan en evidencia que este primer objetivo fue plenamente logrado. El segundo objetivo, probablemente el más importante desde el punto de vista del país, era contribuir a terminar con la Concertación, cuyo ciclo había finalizado y su proyección implicaba mantener la división de las fuerzas de izquierda. Simultáneamente, se buscaba, dar el primer paso para la constitución de una nueva fuerza política que reuniera a los diversos partidos y las nuevas fuerzas que surgieron con la rebelión popular del 18.0 y crear así bases sólidas para instalar en noviembre, un gobierno que encabezara la tarea, de poner en marcha la nueva constitución. Este objetivo no fue logrado. Más aún, la tragedia/comedia de equivocaciones del 19.m, no sólo impidió la instalación de una real primaria entre las distintas fuerzas de la izquierda, sino que terminó, además, con muchos heridos y un ambiente de recriminaciones que hace muy difícil una efectiva confluencia de fuerzas en la segunda vuelta presidencial. Tiene razón la presidenta de Revolución Democrática (RD), al señalar que hay responsabilidad de todos los actores en este resultado. Son necesarias, sin embargo, algunas distinciones. En el caso del FA, se trata de un resultado no querido por la mayoría de sus militantes y generado por las dificultades que enfrenta el sector en el proceso de toma de decisiones. Como señala, Alondra Arellano, presidenta de Convergencia Social (CS) “el FA es un proyecto súper diverso y es legítimo que existan diferencias entre los partidos que lo componen”. En efecto, mientras el propio Gabriel Boric enfatizó la relevancia de generar una nueva fuerza política, a partir de la convergencia con el PS y el PC, la presidenta de CS no valora el término del eje PS – DC lo que queda en evidencia cuando señala que “evaluar la inscripción de estas primarias solo de la perspectiva de quebrar el eje PS-DC es un error”. Para Jadue, en cambio, la primaria “chica” era el resultado buscado. Sobre este punto volveremos más abajo.

El tercer objetivo, que Gabriel Boric dejó entrever en múltiples declaraciones y encuentros, era la refundación del socialismo, objetivo no menos difícil que el anterior. Gabriel Boric y sectores importantes del FA se sienten formando parte de la rica y productiva tradición socialista. Salvador Allende aparece, así como una figura señera de esta tradición. El primer paso para avanzar en esta dirección era lograr inscribir la primaria amplia con el PS, cuestión que tampoco fue posible lograr. Chile necesita sin duda reconstruir una nueva fuerza socialista. Un componente fundamental es sin duda el PS, cuya militancia es crecientemente crítica de la evolución reciente del partido y que está levantando propuestas programáticas y constitucionales que rompen con posiciones que lo alejaron de la tradición socialista. Destacan entre ellas, la apuesta en favor de un nuevo modelo de desarrollo, un Estado emprendedor, una economía sostenible y un Estado social de derechos. Componentes importantes de la refundación socialista, son también grupos que han salido del PS y se encuentran agrupados en una compleja configuración en la Plataforma Socialista, en Fuerza Común y en el movimiento UNIR. El tercer componente, la conforman diversos sectores del FA. La primaria “chica” y el más probable escenario de la primera vuelta, probablemente, postergarán el avance a la constitución de esta fuerza.

El 19.M

La primaria representa una oportunidad, pero también grandes riesgos y desafíos. Una oportunidad pues abre la posibilidad de que Gabriel Boric, probablemente el principal lider del movimiento nacido el 2011 con las movilizaciones estudiantiles, se transforme en el próximo presidente de Chile. Un primer riesgo es que la ciudadanía no valore lo que se juega en esta primaria y ello conduzca a una baja participación. Ello es particularmente relevante, pues la primaria de la derecha, en la que convergen todos los proyectos de refundación de ese sector, asegura una amplia participación. Un segundo riesgo, asociado al anterior, es que se proyecte en la campaña la idea que busca instalar el PC de que no existen mayores diferencias entre las dos candidaturas. Ello se acentúa, por la presencia en el FA de sectores que muestran un cierto complejo de inferioridad frente al PC y en el fondo lo consideran el árbitro supremo que decide quién es de izquierda y quién no lo es. El desenlace que tuvo la inscripción de la primaria y la imagen de que el triunfador el 19.M fue Jadue, acentúan estos riesgos. Las diferencias existentes en el FA han dificultado la definición de una estrategia efectiva para ganar la primaria. Ello contrasta con la situación de Jadue y el PC.

A los ojos de la ciudadanía, Jadue apareció como el triunfador de la jornada, tanto por su desplante la noche del 19.M dominando la escena mientras que Boric quedaba relegado a un segundo plano, como por su sistemático discurso previo a la elección: aunque matizado con los constantes llamados a una unidad “amplia” su apuesta, al menos desde el último congreso partidario, fue un constante llamado a los “realmente” antineoliberales. Previo a la definición de las primarias, la última expresión de esto fueron las declaraciones del precandidato del PC de que querían una unidad amplia, “aunque sería extraño participar en una primaria junto con Heraldo Muñoz y Ximena Rincón”. Hay sin lugar a duda un problema de formas. Era legítimo impulsar una alianza de los antineoliberales; no lo era usar un discurso ambiguo y al final de la tarde anunciar que en esa alianza no cabían el PPD, los liberales y el nuevo trato (Sobre la trama del 19.M existen diversas versiones; lo indicado me parece como la más precisa por las explicaciones dadas por diferentes personas que participaron en ella. A ello hay que agregar, además, el oportunismo y las pésimas formas de la dirección del PS, en particular frente a la Democracia Cristiana; y la exigencia de arreglar el eventual pacto parlamentario. El siguiente artículo de El Mostrador entrega las diferentes versiones del difícil 19.M. https://www.elmostrador.cl/destacado/2021/05/20/el-melodrama-de-la-oposicion-una-relacion-danada-y-la-trastienda-del-fallido-cambio-de-domicilio-politico-del-ps-con-el-frente-amplio-y-el-pc/). Esta forma de negociar hizo difícil la posibilidad de terminar con la Concertación, avanzar en la refundación del socialismo e iniciar la construcción de la fuerza política necesaria para el nuevo ciclo que comienza. En medio de la desorientación y contradicciones que han mostrado los dirigentes de los diversos partidos de oposición, Jadue y el PC aparecen como los únicos que contaron con una estrategia definida y aplicada fríamente. El Congreso del partido, definió la estrategia de la unión de los antineoliberales definidos a su propia manera (sin mayores especificaciones) orientados por el objetivo de aprovechar el estallido social y la reconfiguración del escenario político para el fortalecimiento del partido.

La política desarrollada no era irracional. El estallido social puso en cuestión el orden neoliberal, pero también el escenario político y ello podía ir en beneficio de un partido bastante identificado con el antineoliberalismo. Más aún, la fuerte irrupción de la Lista del Pueblo hizo pensar al PC que se abría la posibilidad de una alianza con este sector y un triunfo de los sectores verdaderamente antineoliberales. No obstante, la estrategia tiene varios problemas. Es contradictorio pretender establecer una alianza con la Lista del Pueblo y al mismo tiempo realizar una primaria que los excluye. Lo lógico habría sido abandonar la idea de la primaria legal y haber priorizada la unidad con ese sector organizando una primaria convencional. Esto es particularmente importante si se considera que la crítica antipartido de quienes convergen en la lista del pueblo, incluye tanto al PC como al FA. Más aún, la inscripción de una primaria entre el PC y el FA corre el grave peligro de ser una primaria entre los militantes de las orgánicas. Para la mayoría de la población, de por si poco interesada en las elecciones, votar por Jadue o Boric corre el peligro de ser algo muy poco atractivo. Más todavía, luego del triste espectáculo del 19.M. En tal sentido, mientras que la primaria de la derecha va a movilizar probablemente un millón y medio de personas porque se enfrentan posiciones muy diversas, la primaria PC – FA cuyas posiciones son difíciles de distinguir en las actuales, puede, como dijimos más arriba, movilizar poca gente. Ese va a ser un muy mal punto de partida para las elecciones presidenciales y las parlamentarias. Las intervenciones conflictivas del candidato del PC probablemente, acentuará las desconfianzas congénitas frente al PC.

Si bien los resultados del 19.M, se explican en parte por el éxito de la estrategia comunista y las debilidades orgánicas y políticas del FA, contribuye también a explicarlos el que no apareció el Gabriel Boric del 15.N.  Aunque participaron varios actores, Boric fue la gran figura de ese acuerdo que canalizó la protesta social hacia el proceso constituyente he hizo posible el plebiscito que ratificó rechazo ciudadano formal de la constitución de Pinochet, permitió la instalación de la Convención Constitucional que elaborará democráticamente la nueva constitución y que por primera vez en la historia mundial tendrá paridad. A ello se suma el establecimiento de 17 escaños reservados para los pueblos originarios, todo lo cual marcará con un sello indeleble la futura institucionalidad política. La elección de Constituyentes y la fuerte presencia de sectores excluidos del sistema político representa también un inicio para el reencuentro entre la sociedad civil y el sistema político. Boric pudo haber jugado un papel similar en los acontecimientos del 19.M. y haber derrotado la estrategia del PC que hemos descrito, que no es más que la continuación del gran error del PC de haberse opuesto al acuerdo del 15.N.  Gabriel Boric perdió una gran oportunidad para levantarse como el principal líder y articulador de la nueva fuerza de la fuerza de izquierda para el nuevo ciclo.

Boric versus Jadue

No es fácil para la ciudadanía optar por uno de estos dos candidatos, pues se tiende a invisibilizar las diferencias. Habrá que analizar, además, las diferencias programáticas, una vez que se conozcan los programas de las dos candidaturas. Pero más importante que ello, la decisión por uno u otro candidato depende de la evaluación de la historia y visión de los candidatos y los partidos que los apoyan, su intervención en los momentos claves de la historia reciente y las posibilidades de ganar en la primera y segunda vuelta presidencial, y en esto hay varias diferencias importantes. Tres son las fundamentales.

La primera es la distinta actitud de ambos contendores en la búsqueda de la salida del 18.0. Mientras el PC y Jadue no fueron capaces de articular una salida que canalizara políticamente la fuerza transformadora de las movilizaciones de octubre, Gabriel Boric fue figura central de su formulación. Es así como todavía el 18 de diciembre del 2019, Jadue señalaba en un Tweet:

Risa me da ver hoy a los mismos que pactaron con la derecha un proceso constitucional de espaldas a la ciudadanía, sin paridad ni pueblos originarios, criticando a la derecha porque no se han aprobado las mismas cosas #notablehipocresía.

Es difícil entender una postura de este tipo. Dos hipótesis son posibles. La primera es que Jadue no toma en cuenta la correlación de fuerzas; por lo que para él era posible desde un inicio conseguir todos los objetivos. Lograr un acuerdo mayoritario para posibilitar la reforma constitucional que viabilizara el proceso constituyente, después de 30 años que había parecido imposible, no era cosa sencilla. Más aún, en el mismo 15.N, no estaba totalmente en el horizonte la idea de la paridad y de los escaños reservados. Fueron las feministas las que, posteriormente, pusieron la idea de la paridad. La segunda, hipótesis es que Jadue no valoraba suficientemente la importancia de la continuidad institucional del país, como camino de transformación del modelo neoliberal. En un Tweet de respuesta, Boric, reafirmó el camino abierto el 15.N.:

Triste que te de risa. Aquí seguiremos luchando para que nueva Constitución sea paritaria, con escaños reservados para pueblos originarios e iguales condiciones para independientes.

La historia es conocida: se logró paridad, escaños reservados y los independientes pudieron alcanzar más de 100 escaños entre los constituyentes elegidos. Jadue, por su parte seguía la discusión con el mismo tono y señalaba el 19 de diciembre en una respuesta a Boric: “Luchando para salir en la foto y pactando con la UDI. Seguimos esperando”.

En segundo lugar, Jadue y Boric forman parte de diferentes tradiciones (la comunista, el primero y la socialista, el segundo) y pertenecen a partidos cuyo origen y forma de organización difieren sustantivamente. El partido comunista es la única organización política, junto con la Unión Patriótica de Eduardo Artés, que se declara marxista leninista. La denominación, sin embargo, es difícil de encontrar en los textos partidarios y más difícil aún que un militante explique las razones para mantener tal definición luego del colapso de la Unión Soviética y los extraños caminos que han seguido los países que siguen esa tradición (China y Corea del Norte, por ejemplo). Mientras que la gran mayoría de los partidos comunistas, socialistas y socialdemócratas del mundo y los principales teóricos de la izquierda internacional, debatieron y debaten en torno a la actualidad del marxismo (no del marxismo leninismo que ha desaparecido con el PCUS), el PC chileno sigue manteniendo esa reliquia como si debatirla pudiera abrir las compuertas de la disolución. Esto ha tenido como consecuente una pobre reflexión sobre la democracia representativa y la forma como se articula con la democracia directa. Asociado a lo anterior, el PC asume lo que la tradición leninista entiende como “centralismo democrático”. No es posible en este texto, ya excesivamente largo, entrar en detalles; basta decir que se trata de una forma de toma de decisiones autoritaria, que le cuesta lidiar con las diferencias propias de la vida política y que establece una muralla china entre la discusión interna y la deliberación política de la sociedad. Ello dificulta la innovación frente a las transformaciones de la sociedad. Esta visión genera una tensión permanente con la gestión política cotidiana, hace difícil la renovación generacional (la dirigencia del PC es la de edad promedio mayor de la política chilena) y dificulta la reflexión teórica y política. Por el contrario, el FA más allá de su diversidad, hace convivir la gestión política con una reflexión teórica permanente. Carlos Ruiz, Manuel Antonio Garretón y Fernando Atria y muchos otro(a)s personas contribuyen permanentemente a repensar las transformaciones de la sociedad e impulsan la reflexión política. Es notable la presencia feminista como presidentas de los partidos y en las estructuras dirigentes y entre los representantes elegidos al Congreso, el mundo local. Nacidos en las revueltas estudiantiles están marcados por la búsqueda de mayor horizontalidad en la toma de decisiones y la reinvención de la idea de partido. Sectores importantes se inscriben en la tradición de Salvador Allende como la figura que tempranamente buscó compatibilizar la transformación social con la profundización de la democracia, pero fuertemente basada en la democracia representativa. Todo ello genera un ambiente de libre expresión y la posibilidad de criticar las experiencias políticas de otros países, que, aunque se denominen de izquierda, atentan contra los DDHH y la democracia. Pese a su breve vida política, el FA ha sido decisivo en la incipiente transformación del país.

En tercer lugar, desde el punto de vista electoral, Gabriel Boric tiene claramente la posibilidad real de convocar una mayoría ciudadana en la segunda vuelta. Su carácter dialogante y no autoritario hacen más fácil el diálogo político hacia la segunda vuelta con la Lista del Pueblo, los independientes no neutrales y las candidaturas del Partido Socialista y la Democracia Cristiana liderada hoy por Yasna Provoste y Paula Narvaez.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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