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Por qué el programa de educación de José Antonio Kast no le dará más libertad, sino que se la quitará Opinión

Por qué el programa de educación de José Antonio Kast no le dará más libertad, sino que se la quitará

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Luis Felipe de la Vega
Por : Luis Felipe de la Vega Investigador educativo.
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Quedan dos candidatos. El candidato con más votos (Kast) alcanzó cerca de 28% de las preferencias y el que llegó en segundo lugar (Boric), obtuvo cerca de 26%. Un cuarenta y seis por ciento de los votos escogió a otra persona, a los que se debe sumar cerca del 50% del total del electorado que, pudiendo hacerlo, no fue a votar. 

Hay un número importante de estas personas que resulta más inescrutable: no es fácil saber cómo piensan la política, ni cuáles son sus prioridades electorales. Casi 900 mil personas votaron por Franco Parisi, a lo que hay que sumar los grupos más moderados de los sectores de la centroderecha y la centroizquierda, quienes no necesariamente votarán por el candidato que “le correspondería” por su sector. 

Esta columna está dirigida a estas personas. Específicamente, hemos querido abordar las propuestas de educación, uno de los sectores que más relación tienen con la vida cotidiana y los sueños de las personas. En este marco, escogimos el programa de José Antonio Kast, cuyo contenido es bastante más ambiguo que el de Gabriel Boric en esta materia. 

Nos mueve el interés de entregar algunas claves que favorezcan la toma de decisiones de parte de las personas indecisas con su voto en segunda vuelta presidencial. Creemos que la idea de libertad es un factor que puede ser relevante para este perfil de votante y que la pregunta sobre con qué programa de gobierno tendrá más libertades puede ayudarles a tomar una decisión.

La candidatura de Kast utiliza reiteradamente este concepto como una marca propia y exclusiva. Pero ¿esto es tan así? ¿Usted será más libre en términos educativos si Kast llega al poder? La respuesta es muy clara: no.

¿Qué dice el programa de Kast sobre la libertad en educación? Dice que debe priorizarse el principio de libertad de enseñanza, que en la práctica se presenta en el programa como una apertura a que usted pueda instalar un jardín infantil, una escuela o una universidad privada, recibiendo además incentivos estatales para hacerlo. Ok, si usted es inversionista, le puede gustar la idea, ¿pero qué implica esta libertad?

Quienes tenemos más de tres décadas en el cuerpo vivimos el período de mayor desregulación de la educación superior en Chile. Las universidades privadas proliferaban, generando proyectos de vida que quedaban truncos, debido a la mala calidad de la enseñanza o la falta de campo laboral. Tristemente célebres son los casos de las carreras de criminalística o de la Universidad del Mar, plantel que tenía una de las matrículas más numerosas del país. ¿Vale la pena este tipo de libertad para ser estafado?

Pasemos ahora a un segundo punto. Lo más común es que las personas adultas nos relacionemos con la escuela como padres, madres o apoderados. Y este rol no será particularmente libre en este gobierno. El programa de José Antonio Kast indica que usted debe recibir capacitación y entrenamiento en sus labores de crianza (propuesta N°232). Al contrario de lo que pudiera pensarse en relación con la opción de decidir, son aspectos clave de la educación de sus hijos e hijas, el programa del Partido Republicano le hace ver que usted necesita de lecciones concretas para cumplir con su responsabilidad parental.

Y eso no es lo único. En línea con lo anterior, la propuesta 234 señala que habrá un sistema de evaluación que incorporará a estudiantes, docentes, asistentes de la educación y… apoderados. Usted no solo será aleccionado sobre cómo ser buen padre o madre, sino que será evaluado como tal por el propio sistema escolar.

“Más información es más libertad”, indica la propuesta 244 del programa aludido. Señala que las familias, al disponer de información sobre los resultados de las evaluaciones mencionadas, podrán saber mejor qué exigir a su escuela o municipalidad. Sin embargo, el sistema de evaluación también lo incluirá a usted. ¿Qué pasará si usted o su hijo es mal evaluado? ¿La escuela tendrá derecho a expulsarlo(a), a reprenderlo(a), a exponerlo(a) públicamente? 

Parece relevante hacer una pequeña digresión aquí. En todas las décadas de funcionamiento del actual sistema educativo, no existe evidencia alguna que indique que sanciones como la exposición pública de estudiantes, docentes o establecimientos educativos hayan sido de utilidad para la mejora educativa. Muy por el contrario, aquello ha dado pie a un conjunto de malas prácticas, exclusión y discriminaciones.

Volvamos al tema de la libertad. La propuesta 249 reza: “Derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones y libertad de enseñanza”. En esta propuesta se indica que se debe impedir que se adoctrine a sus hijos e hijas sobre diversas ideologías. A renglón seguido, deja claro que no se trata de cualquier visión, sino específicamente de visiones proclives al “matrimonio homosexual” (comillas puestas por el propio programa) o a la adopción homoparental, debido a que todo niño tiene derecho a tener un papá y una mamá. En otras palabras, si usted y sus hijos o hijas son heterosexuales, no se meterán directamente con usted, pero sí le impedirán que usted valore o defienda la diversidad de identidades sexuales o de género. Ni hablar que alguien de su familia o grupo cercano no se identifique con la norma de la heterosexualidad. ¿Qué pasaría con ellos? 

Es importante rescatar que actualmente más de la mitad de los chilenos se declara a favor del matrimonio igualitario, lo que implica que, además de afectar la libertad individual, se está transgrediendo la libertad de opinión de la mayoría de chilenos y chilenas.

Como todo gran concepto, el de libertad puede recibir diferentes acepciones. De hecho, múltiples dictaduras han defendido este término como propio. Por esto es necesario ver en qué se traduce en la práctica la libertad en los proyectos gubernamentales. El programa de José Antonio Kast es bastante claro al respecto y al menos para mí dista profundamente de la base fundamental de la idea de libertad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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