Opinión
A nivel mundial, la importancia de las licencias obligatorias se ha vuelto cada vez más evidente durante la pandemia de COVID-19. Con la necesidad de vacunas y tratamientos efectivos para la enfermedad, muchas empresas farmacéuticas han mantenido el control sobre las patentes y la producción de las vacunas, lo que ha dificultado el acceso a los países más pobres. Sin embargo, algunos países han utilizado las licencias obligatorias para producir vacunas y tratamientos a nivel local, lo que ha permitido a más personas recibir atención médica adecuada.
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la salud y cómo la innovación y la tecnología pueden ayudar a mejorarla. A medida que los países buscan formas de abordar la pandemia y mejorar la salud en general, una de las herramientas que ha ganado más atención es la de las licencias obligatorias.
Las licencias obligatorias son un mecanismo legal que permite a los gobiernos otorgar licencias a terceros para producir y vender medicamentos protegidos por patentes, sin el permiso del titular de la patente. Esta herramienta puede ser particularmente útil para abordar los problemas de acceso a medicamentos en países en desarrollo, donde los precios de los medicamentos pueden ser prohibitivos.
En Chile, las licencias obligatorias han sido una herramienta importante para mejorar el acceso a los medicamentos. En 2006, Chile otorgó una licencia obligatoria para un medicamento utilizado en el tratamiento del VIH/SIDA llamado Efavirenz, que se utilizaba en combinación con otros medicamentos para tratar a pacientes con VIH. La licencia obligatoria en ese momento fue otorgada debido al alto costo del medicamento, lo que impedía que muchas personas pudieran acceder a él. Esta permitió que el Gobierno de Chile, en ese entonces, importara una versión genérica del medicamento desde la India a un costo mucho menor, lo que ayudó a ampliar el acceso al tratamiento para pacientes con VIH en el país. También permitió a los fabricantes locales producir una versión genérica del medicamento y reducir notoriamente el costo del tratamiento. Esta medida ha tenido un impacto significativo en la salud de las personas que viven con VIH/SIDA en Chile, y ha demostrado que las licencias obligatorias pueden ser una herramienta efectiva para mejorar la salud local.
También, en el 2018, el Ministerio de Salud otorgó una licencia obligatoria para el medicamento Tenofovir, utilizado en el tratamiento del VIH/SIDA, lo que permitió a las farmacias chilenas vender versiones genéricas del medicamento a precios más bajos.
A nivel mundial, la importancia de las licencias obligatorias se ha vuelto cada vez más evidente durante la pandemia de COVID-19. Con la necesidad de vacunas y tratamientos efectivos para la enfermedad, muchas empresas farmacéuticas han mantenido el control sobre las patentes y la producción de las vacunas, lo que ha dificultado el acceso a los países más pobres. Sin embargo, algunos países han utilizado las licencias obligatorias para producir vacunas y tratamientos a nivel local, lo que ha permitido a más personas recibir atención médica adecuada.
India, por ejemplo, ha utilizado licencias obligatorias para producir versiones genéricas de medicamentos para el VIH/SIDA, tuberculosis y otras enfermedades, lo que ha permitido que el país tenga uno de los programas de tratamiento de VIH/SIDA más grandes del mundo. Durante la pandemia de COVID-19, India ha otorgado licencias obligatorias para la producción de la vacuna COVID-19, lo que ha permitido a la población del país acceder a la vacuna a un costo mucho más bajo.
Otro ejemplo de cómo las licencias obligatorias pueden ser beneficiosas para la salud local y global es el caso de Brasil. En 2007, Brasil otorgó una licencia obligatoria para producir un medicamento utilizado en el tratamiento del VIH/SIDA, lo que redujo el costo del tratamiento en más del 70%. Esto permitió a Brasil ampliar el acceso al tratamiento para la población y convertirse en uno de los líderes mundiales en el tratamiento de VIH/SIDA.
Es importante destacar que las licencias obligatorias son una herramienta que debe ser utilizada con precaución y solo en casos en los que los derechos de propiedad intelectual obstaculizan el acceso a medicamentos y tratamientos esenciales. Sin embargo, cuando se utilizan correctamente, pueden tener un impacto significativo en la salud de las poblaciones y en la lucha contra enfermedades que afectan a millones de personas en todo el mundo. Además, pueden ayudar a equilibrar los derechos de propiedad intelectual con el acceso a medicamentos y tratamientos esenciales, lo que es fundamental para garantizar que todos tengan la oportunidad de disfrutar del derecho a la salud.
Siendo las licencias obligatorias una herramienta importante para mejorar la salud local y global, es importante que los gobiernos consideren el uso de ellas cuando sea necesario para garantizar el acceso a medicamentos y tratamientos esenciales y proteger el derecho universal a la salud de las personas.
La resistencia de corporaciones que lucran de formas desproporcionadas con la salud es y será una constante. Usan –y seguirán haciendo– litigios internacionales para impedir lo más posible el uso de estas licencias, como ha sido el caso de Paxlovid de Pfizer en Latinoamérica.
Los países como Chile y toda Latinoamérica deben estar preparados legalmente para defender un uso que es legítimo, sobre todo cuando se trata de afecciones a la salud masivas que existen y que, inevitablemente, seguirán apareciendo. Debemos adelantarnos a tal escenario.
