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Victimización y votaciones: por qué los republicanos no triunfaron en el Gran Santiago Opinión

Victimización y votaciones: por qué los republicanos no triunfaron en el Gran Santiago

Ibán de Rementería
Por : Ibán de Rementería Miembro de la Corporación Ciudadanía y Justicia y Vicepresidente de la Red Chilena de Reducción del Daño.
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En las cinco comunas sin prioridad social, con los habitantes de altos ingresos, solo Lo Barnechea y Las Condes tienen una situación de bajo riesgo de victimización, mientras que Ñuñoa, La Reina y Vitacura tienen alto riesgo de victimización, a lo que se debe agregar la comuna de Providencia, con el mayor más alto riesgo de victimización de todo el Gran Santiago, pese a lo cual sus electores votaron mayoritariamente por los candidatos a consejeros de la lista de Unidad para Chile, seguramente para sorpresa de su alcaldesa Evelyn Matthei, y lo mismo en la comuna de Ñuñoa. Por su parte, en las comunas de Las Condes, La Reina y Vitacura votaron en mayoría por Chile Seguro, mientras que solo en Lo Barnechea se votó mayoritariamente por el Partido Republicano, siendo a la vez la única comuna del Gran Santiago donde ganaron.


La principal argumentación para explicar la altísima e inexorable votación obtenida por los republicanos en las elecciones para consejeros constitucionales del 7 de mayo pasado, ha sido la grave situación de inseguridad de la población y la instalación del temor a la delincuencia entre los electores, donde la centralidad del tema y las posturas duras para su tratamiento y resolución por los candidatos y candidatas del Partido Republicano habría atraído la alta preferencia de los votantes. Si bien aquello aparece como cierto, el asunto debe ser examinado con más cuidado.

Pues, cierto es que en la Región Metropolitana los republicanos obtuvieron un resonante triunfo en las 20 comunas predominantemente rurales que conforman las 52 comunas de las provincias de Chacabuco, Cordillera, Maipo, Melipilla, Talagante y Santiago de esa región; así lograron un no tan claro triunfo, ya que el Partido Republicano solo obtuvo el 32,2% de los votos, mientras que Unidad para Chile lo superó con el 33,2% de la votación. Cierto es que las izquierdas –Unidad para Chile y Todo por Chile– solo llegaron al 41,2% de las preferencias electorales, para escoger solo dos consejeros, y las derechas –Republicanos y Chile Seguro– las superaron largamente con el 53,7% de las preferencias en el conjunto de las 52 comunas de toda la región en referencia, escogiendo así tres consejeros. Ahora bien, si analizamos solo la Provincia de Santiago, el Gran Santiago, las derechas fueron derrotadas en casi todas las 32 comunas de esta provincia de la Región Metropolitana, que congrega casi el 80% la población de esa región, con unos cuatro millones de personas, ese es el Gran Santiago. Además, es de destacarse, como veremos, que las situaciones de seguridad de esas comunas no parecen haber sido determinantes en la decisión electoral de votar o no por los republicanos.

Lo que llama la atención es que en 27 comunas de las 32 que conforman el Gran Santiago (la Provincia de Santiago) las elecciones las ganaron los representantes de la Unidad para Chile; el Partido Republicano solo ganó en las comunas de Lo Barnechea y Huechuraba, mientras que Chile Seguro lo hizo en Vitacura, la Reina y las Condes. Como es sabido, en ninguna de estas comunas ni la lista de Todos por Chile ni el Partido de la Gente obtuvieron votaciones suficientes para escoger consejeros.

Veamos cuáles son estas comunas donde triunfó la Unidad para Chile y cómo se caracterizan estas a propósito de dos situaciones que serían determinantes de las opciones electorales de sus vecinos, es decir, la seguridad ciudadana y el índice de prioridad social: la victimización y la pobreza. Para medir la situación de seguridad de la población, se ha utilizado el índice de victimización por cada 100 mil habitantes que emplea el CEAD (Centro de Estudio y Análisis del Delito) del Ministerio del Interior. Aquí, hemos clasificado esas mediciones en tres grupos en relación con la media de victimización para todo el país, la media nacional, que en el año 2022 fue de 2.462 casos por cada 100 mil habitantes, agrupadas en: bajo riesgo si está por debajo de esa media, alto riesgo si está por encima y muy alto riesgo si supera en un 50% esa media, vale decir, 3.693 casos por cada 100 mil habitantes. Para medir la situación socioeconómica por comuna, se emplea el Indice de Prioridad Social de Comunas, 2022, para Región Metropolitana de Santiago, elaborado por la Seremi de Desarrollo Social y Familia, Región Metropolitana, que según ese índice han sido agrupadas en: alta prioridad (con muchas necesidades socioeconómicas insatisfechas), media alta prioridad (con variadas necesidades insatisfechas), media baja prioridad (con algunas necesidades insatisfechas), baja prioridad (con pocas necesidades insatisfechas) y sin prioridad social (sin necesidades insatisfechas).

Victimización y votaciones

Veamos las situaciones de riesgo de victimización y votaciones por consejeros en las comunas agrupadas por sus Indices de Prioridad Social. En las cinco comunas de alto índice de prioridad social, los más pobres del Gran Santiago, solo una tiene un alto riesgo de victimización, Conchalí; cuatro de ellas tienen un bajo riesgo de victimización –La Pintana es la comuna más pobre y a la vez tiene la más baja victimización de toda la Provincia de Santiago–; además, están allí las comunas de Lo Espejo, Cerro Navia y San Ramón. En todas ellas se votó mayoritariamente por la lista de Unidad para Chile.

En las nueve comunas de media alta prioridad social, los bastante pobres (las clases bajas), tres tienen bajo riesgo de victimización: Pedro Aguirre Cerda, La Granja y Renca; cinco tienen alto riesgo de victimización: El Bosque, Lo Prado, San Joaquín, Estación Central y Quinta Normal, además, Recoleta, donde hay un muy alto riesgo de victimización. No obstante, pese a que aquí una mayoría de seis de comunas tiene un alto o muy alto índice de victimización y solo tres un bajo índice, en todas estas comunas se votó mayoritariamente por la Unidad para Chile, también en Recoleta, a pesar de padecer la tercera peor situación de seguridad ciudadana del Gran Santiago.

En las seis comunas con media baja prioridad social, los no tan pobres (las clases medias bajas), cuatro presentan bajo riesgo de victimización: Independencia, Pudahuel, Cerrillos y Peñalolén, en tanto solo La Cisterna y La Florida padecen alto riesgo de victimización. En todas esas comunas las mayores votaciones las obtuvieron las candidatas y los candidatos de la Unidad para Chile, sorprendiendo al alcalde Rodolfo Carter de La Florida, entre otros.

En las seis comunas con baja prioridad social, donde casi no hay pobreza (las clases medias), Maipú, Quilicura y Huechuraba tienen bajo riesgo de victimización, San Miguel y Macul padecen alto riesgo de victimización, mientras que la comuna de Santiago tiene el segundo muy alto riesgo de victimización de todo el Gran Santiago. No obstante, aquí solo Huechuraba, que es la única comuna con bajo riesgo de victimización, votó por las candidatas y los candidatos republicanos, todas las otras cinco comunas con baja prioridad social votaron por la Unidad para Chile.

Finalmente, en las cinco comunas sin prioridad social, con los habitantes de altos ingresos, solo Lo Barnechea y Las Condes tienen una situación de bajo riesgo de victimización, mientras que Ñuñoa, La Reina y Vitacura tienen alto riesgo de victimización, a lo que se debe agregar la comuna de Providencia, con el mayor más alto riesgo de victimización de todo el Gran Santiago, pese a lo cual sus electores votaron mayoritariamente por los candidatos a consejeros de la lista de Unidad para Chile, seguramente para sorpresa de su alcaldesa Evelyn Matthei, y lo mismo en la comuna de Ñuñoa. Por su parte, en las comunas de Las Condes, La Reina y Vitacura votaron en mayoría por Chile Seguro, mientras que solo en Lo Barnechea se votó mayoritariamente por el Partido Republicano, siendo a la vez la única comuna del Gran Santiago donde ganaron.

Prioridad social y victimización

Haciendo un resumen por riesgos de victimización en las 32 comunas de la Provincia de Santiago según la situación de prioridad social de ellas, tenemos que: en 16 de ellas es constatable un bajo riesgo de victimización –el 50,0%–, principalmente localizadas entre las comunas de alto índice de prioridad social, 4 de 5; en las comunas de media baja prioridad social, 4 de 6; además, en las comunas de baja prioridad social la mitad tiene bajo riesgo, 3 de 6. Asimismo, entre las comunas sin riesgo social, 2 tienen bajo riesgo; por otra parte, las comunas con alto riesgo son 13 –el 40,6%–: 1 en las comunas de alta prioridad social, 5 en las comunas de media alta prioridad social, 2 en las comunas de media baja prioridad social, 2 en las de baja prioridad social, y 3 en las comunas sin prioridad social. En cuanto al muy alto riesgo de victimización, solo se presenta de a 1 en Recoleta, Santiago y Providencia, comunas con media alta, baja y sin prioridad social, respectivamente. Desde la perspectiva de riesgo, debemos sumar los casos de alto riesgo y muy alto riesgo, para un total de 16, igual a los casos de comunas con bajo riesgo de victimización. No obstante, bien podemos decir que en las comunas de peores situaciones socioeconómicas predomina el bajo riesgo de victimización, 4 de 5 –el 80%–, en las comunas de ingresos medios es más frecuente el alto y muy alto riesgo de victimización, 11 de 15 –el 73,3%–, mientras que en las comunas de altos ingresos también predominan los altos riesgos, 4 de 6 –el 66,7%–.

Para terminar, es de suponerse que la población del Gran Santiago, la Provincia de Santiago –en las 32 comunas que aquí hemos revisado–, estaba mucho mejor informada y bien asumida sobre la real situación de seguridad ciudadana que acontecía en su entorno y no se dejó motivar ni por las alarmistas informaciones periodísticas, en los medios de comunicación y en las redes sociales, sobre la victimización real que estaban padeciendo los habitantes de su región y el país. Asimismo, esa población, al decidir y emitir su voto, tampoco le dio credibilidad a la propaganda política atemorizante centrada en la (in)seguridad ciudadana, publicitada tanto por la campaña de Chile Seguro como exacerbada por el Partido Republicano y el Partido de la Gente, además, paradójicamente, seguida tanto por las campañas de Todos por Chile y Unidad para Chile, en fin, todos compitieron por ser el mejor sheriff, por así decirlo. Esta singular respuesta electoral de la población del Gran Santiago debería ser el objeto de estudios para los próximos procesos electorales, incluyendo allí la aprobación o rechazo del plebiscito de salida a la propuesta constitucional que está en elaboración por el Consejo Constitucional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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