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Salud: ley corta sin ley larga Opinión AgenciaUno

Salud: ley corta sin ley larga

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Ricardo Fábrega
Por : Ricardo Fábrega Decano de la Facultad de Salud Universidad Santo Tomás, exsubsecretario de redes asistenciales.
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La aprobación de la ley no acaba con los problemas, sino que genera un camino para resolverlos que requiere importantes acciones de cada una de las instituciones y empresas involucradas. Es de esperar que la turbulencia se mantenga por un tiempo en el entorno del sector asegurador.


Después de una difícil tramitación y luego de largas negociaciones donde se alcanzó un acuerdo debido a la existencia de un plazo final impuesto por la justicia, se aprobó y promulgó una ley que en lo esencial:

a) Reconoce la existencia cobros injustos por parte de las isapres.

b) Las obliga a asumir una importante deuda por cobros excesivos a adultos mayores y mujeres.

c) Otorga importantes facilidades de pago y algunas rebajas.

d) Permite estabilizar la disminución de ingresos que ocurre por el cambio de las tablas de factores mediante un alza de precios.

e) Otorga atribuciones a la Superintendencia de Salud.

f) Fortalece Fonasa, como alternativa a las isapres, mediante la creación de una nueva Modalidad de Cobertura Complementaria.

La aprobación de la ley no acaba con los problemas, sino que genera un camino para resolverlos que requiere importantes acciones de cada una de las instituciones y empresas involucradas. Es de esperar que la turbulencia se mantenga por un tiempo en el entorno del sector asegurador.

Ante esta situación se alzan voces para que se apruebe una nueva “ley larga”, que aborde los problemas de fondo y estructurales del sector mediante una “verdadera reforma”. Sin embargo, es poco probable que ello ocurra. En primer lugar, porque no hay acuerdo sobre cuáles son los problemas de fondo y la manera de resolverlos. Es decir, es poco probable que el Gobierno ceda en su aspiración de lograr un aseguramiento universal y sin discriminaciones.

Por otro lado, es igualmente improbable que los sectores pro isapres se allanen a un sistema que no sea basado en aseguradoras privadas en competencia, o que permitan superar el modelo dual actual. En resumen, sin la presión de un fallo de la Corte Suprema, es incierto tener, con este Parlamento, un acuerdo amplio de reforma en los próximos 18 meses.

Siendo así, lo razonable es avanzar mediante nuevas leyes cortas en aquello que sí puede concitar acuerdos. Probablemente lo más transversal, tanto a nivel nacional como internacional, es la prioridad por la atención primaria. Ha llegado el momento de dejar de hablar de flujos financieros, precios, deudas y demandas, para poner el foco en la generación de salud en todos los rincones de Chile. Todos los alcaldes, prácticamente todos los exministros y la gran mayoría de los expertos en salud pública coinciden en que es necesario un salto importante en la capacidad resolutiva y el despliegue de una APS moderna para todas las personas que habitan el territorio nacional. Más vale tomar ese camino, mientras se estabiliza un nuevo equilibrio estructural producto de la primera ley corta.

Si se abre una nueva discusión de ley larga, será esencialmente un ejercicio teórico. Que nadie espere un gran avance por esa vía en el corto plazo. Mejor que el Gobierno se concentre en abordar las condiciones de salud de las personas allí donde viven, mejorando la promoción, la prevención y el quehacer de los prestadores… y nuevas leyes cortas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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