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Cuando mi vecino es porfiado Opinión

Cuando mi vecino es porfiado

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Elson Bórquez
Por : Elson Bórquez Ingeniero Químico. Máster en Estudios Políticos Aplicados
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En el extremo sur, específicamente la Región de Magallanes, Antártica y de Aysén son las zonas que presencian una constante argentina respecto de límites, declaraciones y acciones que, más que integrar, confunden y hacen reflexionar respecto de las verdaderas intenciones de nuestros vecinos.


“Con las fronteras no se puede tener ambigüedades”…, muy bien el Presidente Boric en relación con la instalación de una base militar argentina que se pasó por tres metros a territorio chileno en Magallanes.

Es delicada la relación con Argentina, siempre hemos tenido complejos en la materia, históricamente nuestra conducta institucional y amistosa no ha sido del todo satisfactoria para nuestros intereses. Por cierto, esa conducta ha evitado conflictos de todo tipo, pero, también hay que decirlo, ha erosionado nuestro orgullo y la visión ciudadana respecto de materias limítrofes que ciertamente construyen ideario e identidad de nación.

En el extremo sur del país, específicamente la Región de Magallanes, Antártica y de Aysén son las zonas que presencian una constante argentina respecto de límites, declaraciones y acciones que, más que integrar, confunden y hacen reflexionar respecto de las verdaderas intenciones de nuestros vecinos.

Chile, desde su independencia española, se ha concentrado en el norte y centro del territorio en búsqueda de la consolidación política y económica. Así, la historia nos revela que en pos de esta decisión política se “negoció” gran parte de la zona patagónica y límites que nos estrecharon hacia el Pacífico. Bueno, así fue y forma parte de lo que hay que hacerse cargo, con todo lo que ello implica.

En ese sentido el presente nos convoca. Es de vital importancia priorizar y resolver la situación limítrofe pendiente que existe en Campos de Hielo Sur en la Región de Aysén, donde el cambio climático ha hecho repensar los pocos acuerdos en que se ha avanzado para demarcar la zona. Donde la comisión técnica para los efectos no muestra avances ni propone solución alguna. Es evidente que existe un problema geopolítico complejo, donde los gobiernos mantienen el suspenso en función de no complicarse. Mientras que Argentina, donde no tiene complejos, le acomoda esta indefinición, dado que actúan y luego piden perdón.

Hay mucha integración y amistad con el pueblo argentino, no cabe duda. Pero entre amigos y vecinos también hay diferencias y modo de vida distintos. Por ello, hay que hacerse cargo, aunque moleste. Pues las implicancias económicas, sociales y geopolíticas son realmente delicadas y aún no se visualizan completamente debido a la mirada centronortista de Chile, sumado esto a los pocos votos que aportan estas zonas al sistema electoral. Pero qué duda cabe que yacimientos minerales descubiertos y por descubrir, gestión del agua dulce, el posicionamiento turístico y la preservación, una vez perdidos, volveremos a lamentarnos tal como fue en el siglo XIX y hace poco en 1990 con Laguna del Desierto. Es tiempo de ocuparse, aunque incomode a mi vecino.

  

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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