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Adultos Mayores, el desafío de romper con el edadismo Opinión

Adultos Mayores, el desafío de romper con el edadismo

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Carola Rubia
Por : Carola Rubia Directora Ejecutiva Fundación Descúbreme.
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Para promover el bienestar de las personas mayores con discapacidad, es fundamental crear sistemas de protección social inclusivos que faciliten su participación en la sociedad, garantizándoles un ingreso seguro para acceder a bienes y servicios.


Cierto es que, en términos sociodemográficos, la esperanza de vida de la población a nivel mundial ha aumentado considerablemente, y han disminuido las tasas de fecundidad y de mortalidad en edades tempranas. Además, los distintos avances en acciones de salud y políticas asociadas han contribuido, junto con el desarrollo científico y tecnológico, en los diagnósticos preventivos y también en los tratamientos de la población con diversas implicancias políticas y sociales, teniendo presente que “las mejoras en la salud de las personas mayores tenderían a incentivar su mayor permanencia en el mercado laboral”, como dicen la Cepal y la OIT.

En Chile, el rápido envejecimiento de la población plantea tanto retos como oportunidades. Actualmente hay más de 3,4 millones de personas mayores de 60 años, y por otro lado está ocurriendo un “envejecimiento de la vejez”, es decir, un rápido aumento de los mayores de 80 años. Para el 2050, más de 1,9 millones de personas tendrá más de 80 años, representando un 9% de la población total, según las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En este contexto, hay que destacar que la mayoría de las personas mayores, especialmente mujeres, son autónomas y activas, rompiendo con estereotipos que asocian la vejez con pasividad.

Actualmente en nuestro país, la esperanza de vida es de 79 años para los hombres y 83 años para las mujeres. Estas personas mayores se ven enfrentadas a condiciones adversas, las que se incrementan en contextos de pobreza y vulnerabilidad, enfermedades o discapacidades, marginalidad, y también en diversas formas de discriminación. Al experimentar aislamiento y soledad se enfrentan a la visión sesgada de la vejez junto con la existencia de estereotipos negativos que asocian la vejez a dependencia y carga económica. De hecho, la séptima Encuesta Nacional Inclusión y Exclusión Social de las Personas Mayores en Chile “evidencia que más de la mitad de la población cree que, en su mayoría, las personas mayores no pueden valerse por sí mismas”, según el Senama.

Lo anterior se contradice con que el 78% de las personas mayores son autovalentes. Y también con los últimos resultados publicados por Criteria (2024) sobre el Estudio Nueva Empleabilidad, donde se señala que la mayoría de las personas mayores encuestadas trabaja o está interesada en trabajar. En específico, un “62% de las personas entre 50 y 80 años trabaja o está interesado en hacerlo, siendo las razones la necesidad económica y también el interés de mantenerse activos y sentirse valorados en la sociedad”.

En efecto, resulta esencial abordar los problemas que afectan a este colectivo, así como también implementar, crear y diseñar las soluciones que sean necesarias para este grupo poblacional, sobre todo abordando “esta visión sesgada de la vejez, junto con la falta de oportunidades y la falta de valoración de las personas mayores”.

Además, para promover el bienestar de las personas mayores con discapacidad, es fundamental crear sistemas de protección social inclusivos que faciliten su participación en la sociedad, garantizándoles un ingreso seguro para acceder a bienes y servicios; cubriendo los costos asociados a la discapacidad y facilitando la asistencia necesaria; asegurando el acceso a la atención médica y a la rehabilitación, y considerando la diversidad en dicha materia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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