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Más regulaciones, más gobernanza: el desafío de las empresas este 2025 Opinión Cedida

Más regulaciones, más gobernanza: el desafío de las empresas este 2025

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Susana Sierra
Por : Susana Sierra Ingeniera comercial. Socia y fundadora de BH Compliance.
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La gobernanza corporativa es la base sobre la cual se construye la confianza y, es importante comprender que no se reduce a tener un buen directorio, sino que requiere de otros factores, como la ética y transparencia en los negocios.


El 2024 fue el año de las regulaciones y las empresas ya están sintiendo el impacto de las nuevas exigencias. Pero el gran desafío llegará este 2025, ya que no solo deberán adaptarse para cumplir con normativas clave como la Ley de Delitos Económicos, la Ley Karin, la Ley Marco de Ciberseguridad y la Ley de Protección de Datos Personales, sino que deberán enfocarse en fortalecer su gobernanza corporativa para cumplir con las leyes sin perder de vista la integridad y la ética en los negocios.

Este desafío se intensifica en un entorno cada vez más complejo y cambiante, algo que ha comprendido la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que en los últimos meses ha modificado normativas, además de lanzar nuevas para reforzar los gobiernos corporativos. Por ejemplo, en octubre de 2024, dictó la Norma de Carácter General (NCG) N°519, que perfecciona las directrices para la elaboración de la Memoria Anual Integrada que deben presentar las instituciones supervisadas, detalladas en la NCG N°461, e introduce nuevos estándares de información, exigiendo mayores detalles sobre el rol del directorio en la gestión de riesgos y la sostenibilidad.

Además, en diciembre, se publicaron las Normas de Carácter General N°528 y N°529, que imponen requisitos para empresas intermediarias como corredoras de bolsa, agentes de valores y corredoras de bolsa de productos, exigiéndoles una estructura organizacional sólida, adaptada a los riesgos de sus operaciones, con recursos y controles internos efectivos para gestionar y mitigar dichos riesgos.

En esa misma línea, en septiembre de 2024, el Departamento de Justicia de EE.UU.(DOJ), actualizó su guía sobre la “Evaluación de Programas de Compliance Corporativos”, para evaluar la efectividad de estos. En esta versión, incorporó cambios para responder a las tendencias como la gestión de riesgos derivados del uso de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, con el fin de promover su uso ético y responsable, además, de agregar un ítem sobre el compromiso de las empresas con la protección de denunciantes, exigiendo que cuenten con políticas de no-represalias y con capacitaciones a los empleados sobre estas políticas internas. Ambos temas son fundamentales hoy ante los crecientes riesgos tecnológicos y el aumento de escándalos de corrupción, muchos de los cuales conocemos gracias a un denunciante.

Si bien esta guía ha sido diseñada por Estados Unidos, su relevancia trasciende las fronteras del país. En un mundo cada vez más globalizado y con un alto intercambio comercial, las empresas de todo el mundo deben estar alineadas con las mejores prácticas en compliance para responder a un entorno regulatorio cada vez más exigente, con nuevas y sofisticadas amenazas, y tendencias que cambian a toda velocidad.

Para enfrentar este escenario regulatorio y de cambios acelerados, las empresas deben preguntarse de manera proactiva: ¿estamos realmente preparadas para responder a estos desafíos? ¿hemos revisado nuestros valores y propósito para enfrentar los cambios? ¿estamos comprendiendo plenamente el entorno actual en el que operamos? ¿contamos con líderes responsables que guíen nuestras acciones?

Contar con una gobernanza sólida no solo ayudará a tomar decisiones priorizando el “cómo”, sino que garantizará que los resultados no sean el único objetivo. Las empresas deben asegurarse de que las presiones regulatorias no se conviertan en cumplimientos apresurados, sino que impliquen una verdadera transformación cultural, como parte de su ADN corporativo. De lo contrario, todo el esfuerzo será en vano.

La gobernanza corporativa es la base sobre la cual se construye la confianza y es importante comprender que no se reduce a tener un buen directorio, sino que requiere de otros factores, como la ética y transparencia en los negocios, contar con estructuras de incentivos basadas en las buenas prácticas, un buen manejo del riesgo y de situaciones de crisis, y un compromiso con todos sus stakeholders. En simple, es cómo operan las organizaciones, alineadas a sus valores y propósito.

Por ello, fortalecer la gobernanza y reflexionar sobre la cultura organizacional antes de alinearse con las regulaciones externas permitirá a las empresas responder a ellas de manera más efectiva. Este proceso debe ir acompañado de un liderazgo responsable que en la actualidad requiere de nuevas habilidades y enfoques, donde su rol no se limite a cumplir con los objetivos corporativos, sino que, a tomar decisiones éticas y sostenibles, adaptadas a las tendencias y demandas actuales.

Fortalecer la gobernanza no es una frase cliché, es la clave que toda empresa debe considerar para enfrentar un mundo disruptivo y en evolución.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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