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BRICS o no BRICS Opinión

BRICS o no BRICS

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Francisco Castañeda
Por : Francisco Castañeda Economista de la Universidad Central de Chile Centro de Política Internacional - CEPI UCEN
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Es necesario recordar que, en el pasado, como telón de fondo Pre-BRICS, bancos estatales chinos realizaron créditos a Argentina, Ecuador y Venezuela (2007- 2016).


Existe cierto ánimo positivo de algunos personeros políticos respecto a que Chile debería unirse al BRICS (Brasil, Rusia, China, India, Sudáfrica, y con más países en la lista para ser admitidos). Dado que el presidente Boric fue invitado por Lula Da Silva a la 17a  cumbre de los BRICS en Brasil, se han levantado críticas internas respecto a la visita del presidente a este foro. Esto ha coincidido con el discurso reciente de Vladimir Putin en el marco del Foro Económico de San Petersburgo. Los argumentos a favor de que Chile se una al BRICS son conocidos. Reducir la dependencia de EE.UU. y Europa para así fortalecer la relación con los países BRICS y sumar fuerzas en el Sur Global. No obstante, el actual volumen de comercio bilateral con China supera dos veces el de EE.UU. y se está en fase de negociación avanzada con India para la firma del Acuerdo de Asociación Estratégica Integral (CEPA), lo que apalancará fuertemente el comercio global de Chile con este país asiático. Esto ha ido materializándose sin necesidad de estar formalmente en los BRICS. 

Es necesario recordar que, en el pasado, como telón de fondo Pre-BRICS, bancos estatales chinos realizaron créditos a Argentina, Ecuador y Venezuela (2007- 2016). En algunos casos fue canje de crédito por petróleo y materias primas, y en otros fue financiamiento de infraestructura. Sin embargo, esta política desde China hacia Latinoamérica tuvo deficientes resultados, cambiando la estrategia desde créditos hasta inversión en infraestructura, con participación directa china (en el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, 2015). Se acusó que China con estas prácticas comerciales y crediticias generaba reprimarización, acentuando el carácter extractivista de las economías y ocasionando serios problemas de balanza de pagos a los países que habían recibido estos créditos (la misma crítica que se hacía a los préstamos de ajustes estructurales del FMI en la década de 1980). Luego de esta fase de agotamiento crediticio, se funda en 2015 por los BRICS el NBD (Nuevo Banco de Desarrollo), con una mayor influencia de China en su toma de decisiones. Los montos activos del NBD son seis veces menos que los montos crediticios del Banco Mundial, y aún es muy prematuro para poder tener una perspectiva de la escalabilidad, nivel de apalancamiento y sostenibilidad financiera de estas operaciones, dado los magros resultados en las previas experiencias de los bancos estatales chinos en la región. 

Teniendo en consideración el anterior aspecto financiero, es necesario desmitificar esta unión de Chile con los BRICS. Aquí conviven gobiernos autocráticos con gobiernos democráticos, por tanto, que Chile se alinee completamente con la visión BRICS tensiona su tradición institucional más liberal. Pero esto no impide que el Presidente Boric participe en la cumbre BRICS como invitado. 

Además, en los BRICS las decisiones se basan teóricamente en consensos, aunque es innegable la dominancia de China y Rusia en este bloque. Además, una potencial unión a los BRICS tensionaría a Chile con aliados claves. Chile participa en el TPP11, y tiene tratados con EE.UU., Unión Europea, China y busca tratados en el Asia-Pacífico (perfeccionando el actual tratado comercial con India). Entrar al grupo de países BRICS sería un giro estratégico riesgoso que podría afectar relaciones preferentes que Chile ha construido en el ámbito del comercio y la inversión. Como argumento a favor, se señala que China no impone condicionalidades políticas en sus relaciones comerciales (algo que los BRICS adhieren), pero sí genera dependencia financiera y comercial que produce efectos similares en la práctica. 

Así, la ocupación brutal en Gaza (con apoyo de EE.UU. y cada vez menos apoyo europeo) y la invasión rusa en Ucrania nos muestra que ambos bloques en disputa persiguen sus propios intereses y sufren de los mismos atavismos. 

En consecuencia, unirse a los BRICS sería más bien un acto dotado de simbolismo que no beneficia en nada al desarrollo de la economía nacional ni contribuye a que Chile tenga una voz respetada en los foros internacionales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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