
¿Existen los partidos de centro?
Las grandes identidades políticas que aglutinaban fuerzas significativas de la sociedad se han diluido.
Hay algunos connotados políticos que cada cierto tiempo proclaman y pregonan la necesidad de que existan lo que llaman “partidos de centro”. Esta denominación surge para buscar una identidad diferente a los partidos de izquierda y derecha. Algunos se acercan a cualquiera de los dos polos y hablan de partidos de centroderecha o de centroizquierda.
Para darle un cierto contenido a esta denominación utilizan expresiones tales como “moderados”, “cambios graduales” y otras especificaciones más ambiguas. Es evidente que pueden existir partidos de izquierda o derecha que tengan dichos comportamientos o que pongan el énfasis en la gradualidad de los cambios, pero esto no es suficiente para constituir partidos.
El problema es más complejo. Es claro que existe un desajuste entre la política y la sociedad y en nuestro país, así como en la mayoría de los países, las grandes identidades políticas que aglutinaban fuerzas significativas de la sociedad se han diluido. Esto tiene poca relación con los perfiles de los partidos políticos, afecta a todo el sistema de partidos políticos en su conjunto.
Los partidos políticos se constituyen en una dinámica tensión o conflicto entre quienes están por las transformaciones de la sociedad y ponen el énfasis en valores y los otros que plantean básicamente la conservación, y ponen el acento en intereses.
Los partidos políticos siempre han procurado la representación de la diversidad de intereses sociales existentes en la sociedad. Pero la representatividad presupone que existan actores representables. En la actualidad existe un debilitamiento de los actores sociales y, por lo tanto, se hace más difícil su representación
Hay una crisis en la función mediadora de los partidos. Los partidos ven obstaculizados los roles tradicionales, especialmente su función mediadora por los grupos de interés y, sobre todo, por las múltiples identidades sociales, tales como los grupos feministas, las organizaciones ambientales, etc.
Otro rasgo que influye de manera muy determinante en los proyectos partidarios tiene que ver con el actual proceso de globalización, que ha puesto en marcha dinámicas cuyo alcance no podemos apreciar y comprender plenamente. Sin embargo, a pesar de aquello, existe una mucho mayor interrelación entre las políticas nacionales y las externas.
Redimensionamiento del tiempo. Las ofertas o proyectos que los partidos ofrecen a la sociedad constituyen una construcción deliberada de futuro. Sin embargo, en la actualidad los partidos políticos muchas veces carecen de un proyecto histórico. Con la pérdida de perspectiva el presente se hace omnipresente.
Proyectos y programas partidarios. Es esencial que los partidos políticos realicen su tarea de representación y de plantear demandas al poder político. Para ello, deben formular políticas y transformar estas en programas concretos. Estas son dos funciones esenciales de un partido político. Si estas no existen, no son partidos, aunque se llamen a sí mismos partidos políticos, son facciones.
Para cumplir estas funciones los partidos expresan valores e intereses. Algunos pondrán más énfasis en los valores y otros en los intereses. Pero ambas variables están siempre presentes en distintos grados. Por tanto, si se pretende fundar partidos sin estas variables esenciales y reducirlos a conductas y comportamientos determinados, no son partidos políticos, son facciones, aunque se llamen a sí mismos partidos.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.