
¿Nos estamos acercando al peor escenario de cambio climático?
Lo que estamos observando no es solo la pérdida de relevancia de Estados Unidos como actor global, estamos debilitando las capacidades globales de acción climática.
Enfrentar el cambio climático antropogénico requiere tanto una transición hacia una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) como la implementación de medidas de adaptación frente a los riesgos ya inevitables. Para avanzar en ambos frentes, es indispensable una gobernanza global sólida que permita establecer metas comunes —como las del Acuerdo de París de 2015—, canalizar financiamiento hacia países de menores ingresos, y fortalecer la cooperación científica y el intercambio de conocimientos a nivel internacional.
Durante las últimas décadas, la cooperación internacional y el multilateralismo han sido los principales instrumentos para avanzar en esta dirección. Sin embargo, en los últimos años hemos sido testigos del preocupante surgimiento de discursos políticos nacionalistas, proteccionistas en lo económico y, en muchos casos, abiertamente contrarios a la cooperación internacional. Estas posturas, lejos de ser anecdóticas, han llegado a posiciones de poder y se han traducido en políticas concretas que debilitan los pilares de la cooperación climática.
El caso más emblemático es el del segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos, donde su administración ha retirado al país del Acuerdo de París, ha eliminado el financiamiento a programas de cooperación internacional como el “Just Energy Transition Partnership” o el “Loss and Damage Fund”. Asimismo, ha recortado los presupuestos de agencias nacionales como la NOAA,,, la NASA y la NSF, las cuales desempeñan un papel clave a nivel internacional en la ciencia del cambio climático, mediante el desarrollo de modelos climáticos globales, el monitoreo satelital y la generación de pronósticos meteorológicos de alcance mundial.
El discurso nacionalista, proteccionista y de austeridad en el presupuesto estatal de Trump ha influenciado a políticos de otras latitudes. Por ejemplo, en Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, también se ha experimentado un recorte del presupuesto de su principal agencia científica (CONICET). Países como el Reino Unido, Suiza, Alemania, Francia y Países Bajos han reducido sus aportes para fondos de cooperación internacional climática, mientras paralelamente observamos un significativo aumento en el gasto militar en varios de estos países.
Este tipo de noticias se asemejan inquietantemente a uno de los escenarios de cambio climático más severo ya descrito por científicos/as en el año 2017. El equipo liderado por Brian C. O’Neill utilizó el nombre de “Rivalidad regional” para describir un futuro caracterizado por “Un nacionalismo resurgente, las preocupaciones sobre la competitividad y la seguridad, y los conflictos regionales llevan a los países a centrarse cada vez más en asuntos internos o, a lo sumo, regionales. Esta tendencia se ve reforzada por la escasa cantidad de instituciones globales, en su mayoría débiles, con una coordinación y cooperación desiguales para abordar cuestiones ambientales y otros problemas de alcance mundial. Con el tiempo, las políticas se orientan cada vez más hacia temas de seguridad nacional y regional, incluyendo barreras al comercio, especialmente en los mercados de recursos energéticos y agrícolas.”
En este tipo de escenario, la falta de financiamiento para cooperación internacional y particularmente, para el desarrollo científico y la transferencia de conocimiento y tecnología tiene un impacto significativo en las capacidades para la adaptación al cambio climático. Herramientas fundamentales como las misiones satelitales con cobertura planetaria y de libre acceso, modelos de pronóstico y bases de datos meteorológicas de alta resolución, y Modelos de Circulación General del clima, son cruciales para comprender de mejor forma a que riesgos nos enfrentamos hoy y en el futuro. Estas herramientas, costosas y técnicamente complejas, resultan inalcanzables para la gran mayoría de los países, quienes para comprender su grado de riesgo climático dependen de la existencia y disponibilidad de estas herramientas a nivel global.
Ante este panorama, podría surgir la tentación de optar por un nacionalismo científico, en el cual cada país busque desarrollar sus propias herramientas para lograr autonomía en el monitoreo y análisis de los riesgos climáticos. Si bien este impulso puede responder a una legítima necesidad de resiliencia, no logrará compensar la falta de datos globales, por el contrario, se traduce en fragmentación del conocimiento, duplicación de esfuerzos, y una pérdida de eficiencia global de la ciencia.
Lo que estamos observando no es solo la pérdida de relevancia de Estados Unidos como actor global, estamos debilitando las capacidades globales de acción climática. En este contexto se hace indispensable el surgimiento de otros bloques internacionales que permitan mantener la esperanza de una cooperación internacional para afrontar al cambio climático… quizás la cumbre encabezada por el presidente Gabriel Boric durante esta semana – “Democracia siempre” – podría ser una esperanza en esta línea. Sin embargo, debemos estar atentos al nuevo desafío que presenta una política nacionalista en la lucha frente al cambio climático, así como potenciar nuestras propias herramientas y aportes para enfrentar los desafíos globales buscando la cooperación internacional. Ya que de consolidarse este discurso político durante el Siglo XXI podríamos progresivamente avanzar hacia el peor de los escenarios (como sería la “Rivalidad regional”) para enfrentar los desafíos del cambio climático, donde la profundización de la desigualdad y el aumento de la vulnerabilidad exacerbada podrían ser la normalidad.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.