
Más allá de la IA: comunicación, política y el desafío de priorizar a las personas
Como desafío futuro es urgente plantear esta conversación en Chile. En el ámbito político, la tecnología puede servirles a los candidatos para llegar a un público diverso y generar contenidos creativos en diferentes formatos.
El joven Herschel, en su observatorio en el hemisferio sur, ya ha hecho los descubrimientos más extraordinarios en cada planeta de nuestro sistema solar. Obtuvo una vista distinta de los objetos en la Luna y resolvió afirmativamente la cuestión de si este satélite está habitado, y por qué orden de seres. Palabras más, palabras menos, este fue el primer párrafo que leyeron miles de estadounidenses en el diario The Sun de Nueva York del 25 de agosto de 1835.
La trama continuó con elementos más o menos inverosímiles; hombres murciélagos y paisajes exóticos. Luego saldría a la luz que estos reportajes fueron una estrategia de ventas y algo más icónico: la primera fake news de la historia. Hoy, 190 años más tarde, a pesar de todos los cambios y con la tecnología liderando el avance, nos encontramos, paradójicamente, ante un dilema parecido: ¿debemos confiar en aquello que escuchamos, leemos o vemos en las diversas plataformas de contenido?
Los escenarios electorales y políticos suelen ser una usina de mensajes y es necesario retomar este interrogante a diario. El Brexit en Reino Unido, las elecciones presidenciales en distintas latitudes como Brasil y Estados Unidos, son ejemplos que pusieron en jaque el rol de las empresas periodísticas, comunicadores y profesionales que generan noticias o contenidos informativos, y los consumidores de medios que a través de sus plataformas funcionan como caja de resonancia.
No obstante, en tiempos de la revolución 4.0, la accesibilidad generalizada a herramientas impulsadas por inteligencia artificial difumina aún más la frontera entre lo real y lo ficticio, lo que implica diversos riesgos al momento de buscar información. Un dato es caldo de cultivo: Amazon Web Services (AWS) reveló que el 57% de los contenidos de la web son generados por IA.
Más allá de las distintas instancias de debate público que se puedan llevar a cabo para concientizar sobre la manera que tenemos para informarnos, los principales responsables para exponer los impactos positivos y negativos de la tecnología a la hora de comunicar somos, justamente, las empresas tecnológicas.
Como desafío futuro es urgente plantear esta conversación en Chile. En el ámbito político, la tecnología puede servirles a los candidatos para llegar a un público diverso y generar contenidos creativos en diferentes formatos. Incluso los agentes virtuales de IA como ChatGPT pueden ayudar a los votantes que no están familiarizados con la política a encontrar información relevante sobre los candidatos, los programas políticos y los procesos electorales,
Pero también puede ser utilizada para lo otro: poner en duda la legitimidad del proceso electoral y generar inestabilidad. Volvemos al inicio: las fake news.
El reto es complejo, ya que las redes generativas dificultan la diferenciación entre material creado por personas y aquel producido por algoritmos. Más que nunca, se requiere un cambio cultural tanto a nivel regional como global. En el sector tecnológico, debemos priorizar un desarrollo ético y reflexivo de la inteligencia artificial, tanto dentro como fuera de nuestras compañías, garantizando así un efecto positivo en la sociedad.
“No debemos permitir que la tecnología defina nuestra humanidad, sino que la humanidad debe definir el uso de la tecnología”, dijo el filósofo estadounidense Lewis Mumford. Falleció hace más de 34 años y su concepto humanístico hoy toma más valor que nunca. Un reciente informe de Kaspersky confirmó que las estafas mediante mensajes falsos aumentaron un 140% en la región e hizo hincapié en las deep fakes, la influencia de audios y videos manipulados con inteligencia artificial.
Esto último es una tendencia que crece en el mundo de los espectáculos, el religioso y hasta en el político. Chile no es la excepción.
En tiempos trascendentales siempre es necesario reflexionar. Hoy, que la tecnología está en el eje de todos los ámbitos, un buen ejercicio es volver a las bases que construyeron las sociedades y poner, siempre, al humano en el centro. En Chile como en todo el mundo.
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