
Caminos de paz: la necesidad del diálogo interreligioso en tiempos de polarización
Las fuentes de sabiduría de diversas religiones y espiritualidades tienen el potencial de generar bases valóricas que promuevan la comprensión de que todas las vidas humanas tienen igual valor, considerando la vida como un elemento central de lo sagrado o trascendente.
En un mundo marcado por el recrudecimiento de los conflictos bélicos, crisis migratorias, hambrunas, discursos de odio y una creciente polarización ideológica, la necesidad de encontrar puntos de encuentro es más apremiante que nunca. Bajo esta coyuntura, La Araucanía se prepara para acoger un evento necesario y de enorme significación social y espiritual: el Congreso Internacional Caminos de Paz: Religiones y Culturas en Diálogo, a realizarse el 12 y 13 de agosto en la Universidad Católica de Temuco.
Desde tiempos inmemoriales, las tradiciones religiosas ofrecen caminos éticos para el encuentro, la justicia y la reconciliación. El Congreso parte de esa premisa: que la pluralidad de creencias no es una amenaza, sino una oportunidad para tejer comunidades más humanas.
Las fuentes de sabiduría de diversas religiones y espiritualidades tienen el potencial de generar bases valóricas que promuevan la comprensión de que todas las vidas humanas tienen igual valor, considerando la vida como un elemento central de lo sagrado o trascendente. El Congreso abre ventanas de esperanza, a través del debate de ideas, y bajo la convicción de que, si bien la instrumentalización de valores religiosos o espirituales puede exacerbar la polarización, su aporte genuino a la construcción de la paz es reconocido a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Para lograr este objetivo, vemos necesario convocar a una pluralidad de actores y saberes: instituciones académicas nacionales e internacionales, organismos gubernamentales como la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR), redes interreligiosas como ADIR, centros de estudios de derecho religioso, embajadas, dicasterios. Esta red diversa apuesta a que las religiones, espiritualidades y cosmovisiones pueden y deben ser agentes activos en la construcción de la paz.
El diseño del programa confirma este enfoque: más de cuarenta ponencias organizadas en paneles y mesas temáticas que abordarán asuntos tan diversos como la gestión pública de la diversidad religiosa, la educación para la paz, el diálogo político y ético, la juventud como constructora de convivencia, los aportes de los saberes ancestrales, y la espiritualidad como base de un entendimiento profundo. Participarán expertos de América Latina, África, Estados Unidos y Europa, junto a autoridades religiosas como el Cardenal George Koovakad y diplomáticos como la Embajadora de Marruecos en Chile, Kensa El Ghali.
Pero lo más relevante no es la cantidad ni el prestigio de los invitados, sino las preguntas que subyacen a cada espacio del evento: ¿cómo dialogamos? ¿Con qué lenguaje, con qué actitud, con qué propósito? En tiempos donde a veces el debate público se reduce a trincheras y eslóganes, des instrumentalizar el diálogo y recuperarlo como práctica transformadora, implica salir del terreno de la mera tolerancia y avanzar hacia una verdadera comprensión del otro.
Desde La Araucanía, territorio marcado por su diversidad cultural, histórica y religiosa, este Congreso lanza una fuerte señal: que los caminos de la paz no son abstractos ni lejanos, sino que se construyen desde lo local, lo cotidiano, lo institucional y lo espiritual. En esos caminos no renunciamos a las diferencias, sino que las ponemos en diálogo.
Frente al ruido de la confrontación, esta es una invitación a escuchar. Frente a la desconfianza, una apuesta por la hospitalidad. Frente al miedo, un signo de esperanza. Porque en definitiva, la paz no es una meta, sino una forma de caminar.
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