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Bolivia: ¿transición o outsider? Opinión

Bolivia: ¿transición o outsider?

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Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile y exsubsecretario de Defensa, FFAA y Guerra.
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Si bien el resultado definitivo durará un tiempo en conocerse del todo, la tendencia es categórica. Los primeros conteos indican que Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, obtuvo la primera mayoría relativa, seguido por Jorge Quiroga. El MAS, dividido, se dispersó entre votos nulos.


La primera vuelta de las elecciones presidenciales bolivianas tiene varias lecturas, pero hay una central: se ha iniciado una transición. El período de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) ha concluido y resta por ver qué sucederá con el vasto movimiento social que lo apoyó, hoy dominado por una fuerte división.

Si bien el resultado definitivo durará un tiempo en conocerse del todo, la tendencia es categórica. Los primeros conteos indican que Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, obtuvo la primera mayoría relativa, seguido por Jorge Quiroga. El MAS, dividido, se dispersó entre votos nulos y una escasa votación obtenida por Andrónico Rodríguez y los otros candidatos surgidos del tronco del masismo.

En suma, en términos numéricos y políticos, ha concluido el ciclo de casi 20 años que encabezó el MAS y su líder, Evo Morales. Este último enfrenta una situación judicial que lo complica y, de momento, se ha parapetado en la zona del Chapare, su bastión social, pero cabe preguntarse qué sucederá cuando asuman las nuevas autoridades.

No solo los cambios serán políticos. En los últimos meses se agravó el deterioro de la economía boliviana, al perder progresivamente sus ingresos por concepto de venta de gas, especialmente a Argentina y Brasil –hoy ambos han logrado una relativa autosuficiencia, pero además Bolivia no ha desarrollado a tiempo nuevas exploraciones–. El llamado modelo social impulsado por Morales se basaba además en una generosa oferta de subsidios y el intento de industrializar algunas actividades, lo que generó algunas empresas que hoy arrojan abultadas pérdidas.

Los recursos para sostener el andamiaje provinieron de las que en su momento fueron robustas reservas de divisas, pero hace rato que se agotaron y, con ello, también disminuyó el financiamiento de las importaciones necesarias para sostener el esfuerzo productivo.

Sin divisas, con un dólar callejero que duplica al oficial, con inflación, escasez y desabastecimiento, el resultado es un masivo descontento ciudadano que explica en gran medida la derrota del MAS y la baja aprobación del Gobierno de Luis Arce Catacora.

¿Transición? ¿Outsider?

Entendemos por transición al periodo que media entre un régimen y otro, en el cual conviven elementos del viejo régimen con elementos del nuevo. Es evidente que, cualquiera sea el vencedor, deberá afrontar un cambio de rumbo económico.

Es probable entonces que convivan elementos del nuevo modelo, como un eventual acuerdo con el FMI, con una disminución de los subsidios y del déficit estatal en general, que todo indica debiera ser gradual, a fin de evitar un desfonde social y político. Lo que también es previsible es una fuerte resistencia social de parte de los sectores de evismo, que ya en esta jornada desplegaron acciones duras.

Políticamente es una incógnita cómo será el paso del masismo a la oposición, aunque una parte al parecer ya hizo ese movimiento durante este Gobierno. Tema en particular será saber qué actitud tomará Evo. ¿Buscará protección en el exterior? ¿Caracas? ¿Cuba? ¿O permanecerá en resistencia en el Chapare?

Por supuesto, otro gran cambio será el alineamiento internacional de Bolivia. A primera vista se percibe una mejoría en sus relaciones con el Gobierno de Milei y un más que probable abandono del ALBA. Vale con mayor énfasis lo mismo para su acercamiento con Irán y probablemente eso incluya su pertenencia a los BRICS. No es tan claro qué va a suceder en sus relaciones bilaterales con Rusia y con China.

Indudablemente, un tema mayor será el vínculo con Brasil y, por cierto, cómo repercutirán todos estos movimientos en la relación bilateral con Santiago. Al respecto, Paz ha mostrado disposición a mejorar las relaciones con Chile. Donde es más que seguro que el desplazamiento del MAS del poder será bien visto, será en la administración estadounidense.

El primer conteo rápido le otorga un 32,2% a Rodrigo Paz y un 26,9% a Tuto Quiroga. De persistir esta tendencia, tendremos una sorpresiva segunda vuelta no detectada por las numerosas encuestas previas. Viene una segunda ronda en octubre próximo y todo indica que el grueso de la población rechazó la gestión final del masismo, pero también tomó distancia de la derecha tradicional.

El resultado final tardará un tiempo, pero ya las tendencias están definidas y, así, Bolivia seguirá en modo electoral.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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