
Hacia una educación y ciencia de futuro
Los indicadores de desempeño deben ser de largo plazo, con evaluación estricta y gran espacio para que las instituciones se desarrollen y puedan captar al mejor talento tanto nacional como internacional, para desarrollar áreas de la mayor relevancia para el país.
En la semana en que se ya se inscribieron las diversas candidaturas presidenciales, sin desconocer la atención que es necesario poner en los problemas acuciantes de la población, entre los que se cuentan la seguridad, el crecimiento económico, la vivienda, la migración regulada, entre otros, es muy necesario enfatizar que hay dos aspectos que son claves en el crecimiento y desarrollo futuro de la nación y, por ende, de sus habitantes. Estos son la calidad de la educación en todos sus niveles y el estímulo de la ciencia y la creación del nuevo conocimiento en todas las áreas del saber.
Este fortalecimiento será la base de la cohesión y desarrollo social, de la seguridad, integración e inclusión y del crecimiento cultural y económico del país. Podremos alcanzar un desarrollo integral a través de una mayor calidad de la educación y de un mayor desarrollo en las ciencias, artes y humanidades, lo que se expresará en un nuevo conocimiento aplicado, orientado al bienestar de las personas y de la sociedad.
Como ya ha sido reiterado en innumerables ocasiones, la educación inicial es la base de la pirámide educativa, por lo que es imprescindible instalarla como un tema prioritario, asignándole la importancia y recursos que amerita. Esto significa tomar medidas concretas en las que debiera haber acuerdos, como son: aumentar de manera significativa la cobertura y calidad en el tramo de 0 a 3 años, avanzar en el acceso universal a la sala cuna y, también, atraer a las mejores educadoras de párvulo y su personal asistente, lo que implica remuneraciones competitivas, entre otras.
En la etapa escolar, se debe poner atención al cuidado de la salud mental de las comunidades; instalar la capacidad de leer como un aprendizaje fundamental y poner énfasis y prioridad en el clima y convivencia escolar. La atracción de los mejores estudiantes a las pedagogías es un aspecto clave para la calidad de la educación, a lo que hay que sumar el cuidado por el liderazgo escolar. Es imperativo mejorar la calidad de la educación pública y su integración con la educación particular subvencionada.
Así también, en la educación superior (ES), hay que seguir trabajando en avanzar en la calidad de las instituciones. Se requiere una mayor flexibilidad curricular y fomentar la interdisciplina para adaptarse a los cambios en el conocimiento. Se requiere la incorporación de la inteligencia artificial a las labores docentes; mayor colaboración entre las instituciones; potenciar la internacionalización y seguir avanzando en las políticas de inclusión. Especial atención requiere la educación superior técnico profesional por su aporte clave al desarrollo de los estudiantes y el país.
En el tema del financiamiento de la ES, se debe reiterar que esta depende de la gratuidad, becas, créditos y de los aportes de las familias. Durante todo el año se ha debatido en el Parlamento un proyecto que, junto con abordar una propuesta para los actuales y futuros créditos universitarios, tiene importantes falencias, por requerir un alto retorno de la deuda a un número significativo de estudiantes.
Así también, la propuesta del FES presenta graves y serios riesgos a la estabilidad y al crecimiento del sistema a través de afectar la autonomía y el financiamiento de las instituciones por medio de la eliminación del copago en la gran mayoría de los estudiantes. Por esto, es crucial realizar las correcciones de un proyecto que, de continuar y ser aprobado con el texto actual, pondría en serio riesgo a un número importante de universidades del país.
Por su parte, el estímulo y apoyo a la ciencia, investigación y a la generación de nuevo conocimiento en todas sus áreas y su transferencia a la sociedad es clave, lo que requiere de instalarlo como una prioridad y de políticas de largo plazo. Para esto, hay que poner especial atención en atraer a destacados investigadores y a egresados de programas doctorales, con el objetivo de fortalecer las universidades, que son los principales centros de investigación del país. Esto debe comenzar por fortalecer las ciencias básicas, en todas las áreas, incluyendo las humanidades y artes.
Muy importante es estimular la formación doctoral con vías de desarrollo en el país; los proyectos interdisciplinarios y de gran envergadura. La educación en ciencia a nivel escolar y de la sociedad se considera un factor clave presente y futuro para instalar la importancia del tema a nivel país.
En el aspecto del financiamiento de la ciencia, es muy relevante aumentar los aportes del Estado y también del sector privado, ya que es la única manera de poder acoger el número muy relevante de proyectos de gran calidad que hoy no se pueden apoyar. Los indicadores de desempeño deben ser de largo plazo, con evaluación estricta y gran espacio para que las instituciones se desarrollen y puedan captar al mejor talento tanto nacional como internacional, para desarrollar áreas de la mayor relevancia para el país.
En resumen, se plantea que la educación, la ciencia y el crecimiento del nuevo conocimiento en todas sus áreas –por supuesto también en humanidades y artes– serán clave para lograr un desarrollo integral en nuestro país. Debiéramos soñar con alcanzar un desarrollo sustentable que se base en potenciar la educación y la ciencia, con énfasis en el bien y la belleza, que nos permita lograr una mayor cohesión social que tanto requiere nuestro país. Esto requiere de una mirada de largo plazo, con la presencia de consensos y compromisos.
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