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Inclinaciones ideológicas y emociones de los programas presidenciales ANÁLISIS

Inclinaciones ideológicas y emociones de los programas presidenciales

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Christopher Martínez Nourdin
Por : Christopher Martínez Nourdin Doctor en Ciencia Política Académico de la Escuela de Gobierno, USS Director Alterno del Núcleo Milenio sobre Crisis Políticas, CRISPOL Socio y Director de Política, StreamData
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En un escenario en el que todavía aun hay margen para cambios en las preferencias electorales, comprender el posicionamiento ideológico y lo que sienten los candidatos puede ser un insumo clave para votantes y para el debate público.


Ya entramos en tierra derecha para la elección presidencial de noviembre. Casi todos los candidatos han puesto a disposición sus programas de gobierno. Algunos son extremadamente extensos. Esta columna ofrece un resumen de los resultados de un informe elaborado con inteligencia artificial (IA) –el que puede ser descargado al final de esta columna– sobre el análisis de los programas de gobierno disponibles de seis candidatos a la presidencia: Jeannette Jara, Johannes Kaiser, José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Harold Mayne-Nicholls, y Franco Parisi.

Los programas presidenciales analizados exhiben una amplia gama de posiciones ideológicas a nivel general (ver figura 1), que van desde una izquierda reguladora y redistributiva (Jara), hasta un liberalismo radical que combina libertarianismo económico con escepticismo institucional (Kaiser). En la derecha se ubican propuestas más tradicionales como la de Matthei, que mezcla ortodoxia económica con gradualismo social, mientras que Kast adopta una postura más conservadora en lo valórico y autoritaria en seguridad. Parisi, por su parte, mezcla una forma de derecha tecnocrática y anti-élite, sin mayor elaboración doctrinaria; mientras Mayne-Nicholls constituye un caso interesante de centrismo pragmático, con sensibilidad social, pero sin afiliación clara a una lógica partidaria.

Figura 1: Continuo ideológico de programas presidenciales

Nota: -1 = izquierda fuerte; +1 = derecha fuerte.

Con base en los puntajes ideológicos de las subdimensiones analizadas, se observa una clara polarización entre los programas más alineados con la derecha y aquellos con énfasis progresista. Kaiser y Kast presentan perfiles ideológicos consistentes y marcadamente conservadores en todas las dimensiones, destacando por su defensa del libre mercado, un enfoque punitivo en seguridad, posiciones restrictivas en migración y una visión cultural tradicionalista. Matthei, si bien también se ubica en la derecha, muestra un perfil más moderado, especialmente en lo económico y cultural. En cambio, el programa de Jara se distingue por una orientación de izquierda en casi todas las subdimensiones, con fuerte énfasis en el rol del Estado, redistribución social y apertura internacional. Su única posición de centroizquierda se asocia a temas de autoridad, orden y seguridad. Mayne-Nicholls y Parisi adoptan posiciones más heterogéneas o centristas, con combinaciones ideológicas menos consistentes, lo que sugiere estrategias de moderación o ambigüedad programática. Interesantemente, el análisis revela una competencia programática marcada por clivajes ideológicos bien definidos, en especial en temas como economía, seguridad, migración y valores culturales.

Por otra parte, los perfiles emocionales de los programas de gobierno revelan un predominio de emociones negativas asociadas al diagnóstico del país, como el miedo, la urgencia y la indignación, especialmente en candidaturas de derecha como las de Kast, Matthei y Kaiser, donde se destacan referencias al caos, la amenaza del crimen, el deterioro del orden y la pérdida de un Chile reconocible (ver figura 2). Estas emociones buscan justificar propuestas de endurecimiento institucional o restauración del orden. En contraste, candidaturas como la de Jeannette Jara y, en menor medida, la de Mayne-Nicholls, optan por un tono más esperanzador y empático, centrado en la reconstrucción del pacto social, la protección social y la cercanía con las personas. La emocionalidad del programa de Parisi, en tanto, oscila entre la frustración con las élites tradicionales y la promesa tecnocrática de eficiencia y modernización, con un estilo menos dramático pero igual de confrontacional en lo discursivo. En suma, la emocionalidad no sólo cumple una función expresiva, sino que estructura las prioridades políticas y el tipo de vínculo que cada candidatura busca establecer con la ciudadanía.

Figura 2: Perfil emocional de los programas de gobierno analizados

En definitiva, los programas presidenciales no solo revelan diferencias doctrinarias, sino también distintas formas de conectar emocionalmente con el electorado. En un escenario en el que todavía aun hay margen para cambios en las preferencias electorales, comprender el posicionamiento ideológico y lo que sienten los candidatos puede ser un insumo clave para votantes y para el debate público.

  • Revise el informe completo AQUÍ 
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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