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Nuevo rol parlamentario: decisión y control desde la ciudadanía Opinión Archivo

Nuevo rol parlamentario: decisión y control desde la ciudadanía

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Ana María Gazmuri y Tania Madriaga
Por : Ana María Gazmuri y Tania Madriaga Diputada distrito 12 / exconvencional constituyente
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Por eso necesitamos una nueva forma de ejercer el rol parlamentario, abierta, transparente y participativa, un Parlamento que no se limite a elegir cada cuatro años, sino que incorpore a las personas en la decisión y en el control de lo que allí se discute.


Chile sigue viviendo una crisis profunda de representación política. Basta mirar la distancia que existe entre las decisiones del Congreso Nacional y la vida cotidiana de la gente. Menos del 10% de la ciudadanía confía en el Parlamento, y esa desconfianza no es un dato frío: es la certeza de que las leyes se discuten de espaldas a la realidad, que los intereses de unos pocos pesan más que las necesidades de las mayorías. Lo cierto es que, hoy, quienes defendemos los derechos de esas mayorías, somos minoría en nuestro Parlamento.

La política, que debiera ser un puente, se ha transformado en un muro. Y ese muro se siente en lo cotidiano: en las pensiones que no alcanzan, en la salud que no llega a tiempo, en la educación que sigue reproduciendo desigualdades. Cuando la voz de la ciudadanía no está en la mesa, la democracia se vacía de sentido.

Por eso necesitamos una nueva forma de ejercer el rol parlamentario, abierta, transparente y participativa, un Parlamento que no se limite a elegir cada cuatro años, sino que incorpore a las personas en la decisión y en el control de lo que allí se discute, porque son sus vidas, finalmente, las impactadas por las decisiones que allí se toman. Un Parlamento que rinda cuentas, que abra sus puertas y que escuche a quienes, más allá de votar cada tanto, sostienen con su trabajo el país día a día.

Nuestro compromiso es avanzar en esa dirección. ¿Cómo? Con herramientas concretas que permitan a la gente ser protagonista: una Oficina de Democracia Deliberativa en la Cámara, presupuestos participativos en comunas y regiones, y mecanismos como la iniciativa popular de ley. Porque ya no basta con consultas simbólicas: la ciudadanía debe ser coautora de las decisiones que afectan su vida.

Ese es el horizonte: reconstruir la confianza y devolverle a la política su verdadero sentido, el de representar y servir a la gente. Porque merecemos vivir mejor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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