
El club de José Antonio (parte 1)
Kast ha puesto mucha atención a las experiencias de El Salvador y Hungría, bajo Bukele y Orbán, como modelos a seguir. Esos y otros líderes son parte del club de amigos de José Antonio; todos ellos son parte de esta oleada ultraderechista, de tipo neofascista, que recorre el mundo occidental.
Donald Trump, Jair Bolsonaro y Viktor Orbán son solo algunos de los referentes de José Antonio Kast. Ellos expresan una realidad aún más extendida si incluimos a Giorgia Meloni en Italia, Nigel Farage en el Reino Unido, Alice Weidel en Alemania, Marine le Pen en Francia, Santiago Abascal en España, Geert Wilders en los Países Bajos, Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina, entre otros.
Todos ellos son parte de la oleada de ultraderecha que recorre el mundo occidental y que se expresa en el concepto de iliberal democracy, término acuñado por Fareed Zakaria en los Estados Unidos, en un artículo en Foreign Affairs, en 1997, y que Viktor Orbán hizo suyo en Hungría, en julio de 2014.
Kast ha dicho que habría votado por Trump en 2016; participa regularmente en las reuniones de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que reúne a lo más granado de ese club, incluida la reunión en Hungría, junto con Viktor Orbán, en mayo pasado, en la que elogió a Nayib Bukele y Javier Milei en América Latina; en octubre de 2018 había iniciado sus contactos personales con Bolsonaro y volvió a reunirse con este y Milei, en Brasil, en julio de 2024, en la misma reunión de la CPAC; hace pocos días se reunió con Georgia Meloni en Roma, y suma sigue.
“Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza el dicho; pues bien, este club de José Antonio Kast nos puede dar algunas pistas sobre lo que representa su candidatura presidencial.
Tomemos una pequeña muestra de Norteamérica, Europa y América Latina, para ver de qué club estamos hablando exactamente.
Donald Trump
El 6 de enero de 2021, Trump llama a sus seguidores a tomarse el Capitolio, procurando desconocer el triunfo electoral de Joe Biden.
Así lo hacen. Cinco muertos, noventa heridos, destrucción a la propiedad pública, amenazas contra los parlamentarios ahí presentes, entre otros episodios.
Este acto insurreccional conduce a que, en agosto de 2023, el Gran Jurado acuse formal y criminalmente a Donald Trump por los delitos de conspiración para defraudar a los Estados Unidos; conspiración para obstruir un procedimiento oficial sobre los hechos del 06/01; conspiración para bloquear la certificación oficial del resultado electoral; y actos encaminados a reprimir, amenazar e intimidar a las personas en el ejercicio de su derecho a voto.
No obstante, en el caso “Trump contra los Estados Unidos”, el 1 de julio de 2024, cuatro meses antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias, la Corte Suprema estadounidense, por mayoría de votos, y con los votos disidentes de los jueces Jackson, Sotomayor y Kagan, otorga “inmunidad” a Trump por los delitos que pudiera haber cometido en el ejercicio del cargo.
Ahí mueren las causas criminales contra el presidente de Estados Unidos.
El 20 de enero de 2025, al día siguiente de asumir, el presidente Trump procede a indultar (clemencia) a las 1.600 personas que habían sido condenadas o procesadas por los hechos del 6 de enero de 2021.
Trump ha tomado represalias (retribution) contra los fiscales que lo persiguieron criminal o civilmente, y en días pasados ha conseguido que se acuse al exdirector del FBI, James Comey, por las investigaciones que realizó en las elecciones de 2016 sobre la interferencia ilegal rusa en la campaña de Hillary Clinton.
Tras la formalización de Comey, Trump declara que es “uno de los peores seres humanos que este país haya visto jamás”, acusándolo de “corrupto”, de haber cometido “actos ilegales e ilícitos”, a la vez que advirtiendo que “vendrán otros casos”.
Kast declara que habría votado por Trump en 2016.
Jair Bolsonaro
Bolsonaro es un alumno aventajado de Trump. Siguiendo el ejemplo de este último, en octubre de 2022 desconoció el triunfo electoral de Lula y llamó a sus seguidores a tomarse las plazas y los edificios públicos en Brasilia. Sin embargo, tuvo menos suerte que su líder del país del norte.
Jair Bolsonaro ha sido condenado, junto con otros civiles y militares, a 27 años de presidio por intentar la abolición violenta del Estado democrático de derecho, a través de un intento de golpe de Estado, todo lo cual forma parte de un expediente de investigación de 884 páginas.
A Alexandre de Moraes, juez del Tribunal Supremo Federal, quien condujo la causa penal contra Bolsonaro, Trump le ha revocado la visa, así como a sus familiares directos, aplicándole incluso sanciones económicas, bajo la acusación de ser “responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y juicios politizados”, según comunicado del Gobierno de los Estados Unidos, haciéndolo responsable, a él y al Tribunal Supremo Federal, de la detención y condena de Jair Bolsonaro. De Moraes ha declarado públicamente que este último “supo, dirigió y discutió” los planes para llevar a cabo el golpe de Estado de octubre de 2022.
Trump aplicó aranceles comerciales de 50% contra Brasil por la “persecución” contra Bolsonaro.
Entre 2018 y 2024, José Antonio Kast ha tenido un permanente contacto con el líder de la ultraderecha brasileño, participando en reuniones de la CPAC, con elogiosos comentarios hacia su persona. Ha criticado la condena en su contra, señalando que tiene “una buena opinión” del expresidente en una serie de materias, agregando que hay jueces que tienen “una ideología muy marcada en Brasil”.
Viktor Orbán
Un informe de mayoría del Parlamento Europeo (433 votos a favor, 123 en contra y 28 abstenciones), de septiembre de 2022, teniendo como base un informe anterior de 2018, declara que Hungría no puede considerarse una “democracia plena”, dando cuenta de “un régimen híbrido de autocracia electoral”, es decir, señala el informe, un sistema en que se celebran elecciones, pero que no respetan las normas y los estándares democráticos.
Una nueva resolución del Parlamento Europeo (345 votos a favor, 104 en contra, 29 abstenciones), de enero de 2024, advierte de la amenaza en Hungría a los valores, instituciones y fondos de la Unión Europea, bajo el liderazgo de Viktor Orbán y su partido en el gobierno Fidesz (asumieron en 2010), condenando los esfuerzos “deliberados, continuos y sistemáticos” de dicho Gobierno para socavar la democracia, el Estado de derecho y los derechos fundamentales.
José Antonio Kast ha viajado en dos oportunidades a Hungría y forma parte junto con Viktor Orbán de la CPAC.
Ese es el club de la “democracia iliberal” en Estados Unidos, Europa y América Latina. J. A. Kast y su Partido Republicano forman parte de ese selecto club.
Sostengo que la oleada ultraderechista que todos ellos representan constituye la principal amenaza contra la democracia en lo que conocemos como el mundo occidental.
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