Opinión
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Migración en Chile: treinta y seis propuestas para el futuro
Quienes concurrimos a este trabajo nos comprometimos a trabajar en conjunto de forma detallada y colaborativa, para crear un documento que ofreciera propuestas concretas para abordar el fenómeno migratorio actual y futuro del país
Hoy en día abundan las propuestas de soluciones fáciles para problemas complejos, y esto se ve acentuado en contextos electorales. Abordar los desafíos y beneficios de la migración como también los problemas de la migración irregular, especialmente la vinculada al crimen organizado requiere necesariamente de un abordaje integral y exhaustivo. Y es ante esta necesidad que diez centros de estudios, convocados por el Centro de Políticas Migratorias, de las más diversas tendencias políticas trabajamos conjuntamente por más de un año en el documento “Política Migratoria para el Chile que viene: Consensos para la gobernanza, seguridad y desarrollo del país”.
Quienes concurrimos a este trabajo nos comprometimos a trabajar en conjunto de forma detallada y colaborativa, para crear un documento que ofreciera propuestas concretas para abordar el fenómeno migratorio actual y futuro del país. Así, luego de más de un año de reuniones periódicas, con la participación de diversos expertos, hemos publicado 36 propuestas en total, divididas en 5 ejes: 1) Institucionalidad migratoria; 2) Seguridad pública, control fronterizo y protección internacional; 3) Migración regular; 4) Integración y convivencia; y 5) La migración como impulso al desarrollo.
Cuando se trata de abordar fenómenos altamente complejos, no se debe menospreciar el desafío de llegar a acuerdos comunes para su diagnóstico y abordaje. En este sentido, en la elaboración de todos los ejes mencionados existió un profundo trabajo de diálogo y de búsqueda de acuerdos entre los distintos miembros de la mesa, con visiones muy distintas, pero todos con el objetivo de mejorar la situación migratoria actual. Así, este documento posee un valor único al haber sido construido sobre la base de miradas sumamente diversas en torno a la migración y su abordaje; y, por consecuencia, las medidas resultantes reflejan viabilidad de aplicación no sólo en términos técnicos, sino también en términos de consenso político, lo que resulta clave para que las propuestas no se queden en el papel, sino que se materialicen en políticas públicas, y de allí en resultados tangibles para la población.
Así, hubo algunos ejes donde los acuerdos en torno al diagnóstico surgieron rápidamente, y los mayores desafíos estuvieron en elaborar propuestas que hicieran sentido en su conjunto y por sí solas y que fueran aplicables. Lo anterior lo ilustra el eje “Migración Regular”, donde se afirma que la migración no es factible ni deseable de ser reducida a cero, pero que la inmigración que exista debe ser regular (es decir, que debe llevarse a cabo dentro del marco de la ley chilena), y para lograr aquello se trabajó con detención en elaborar medidas como: aumentar la fiscalización y aplicación de sanciones a empleadores que contraten a extranjeros sin permiso de trabajo; agilizar la tramitación de visados desde consulados chilenos en el extranjero; y potenciar el rol de facilitación e información de oficinas municipales de migración; entre otras.
Por otro lado, hubo ejes que respondían a realidades poco atendidas por la prensa y las narrativas más habituales, como es el caso del eje “Migración como impulso al desarrollo”, que aborda la oportunidad que representa la migración regular para generar un impacto positivo en la economía del país, con especial foco en aquellas áreas productivas donde se requieren más trabajadores y capital humano. En su contraparte, también se abordaron ejes sobre críticas usuales en la opinión pública, pero aquí se tomó el desafío de dar una bajada técnica a estas críticas y ofrecer soluciones constructivas. Este es el caso del eje “Institucionalidad migratoria”, donde se plantea la urgencia de un sistema migratorio moderno, transparente y eficiente, y se ofrecen medidas para alcanzar aquello, como son: establecer una estructura y un sistema de metas e indicadores para la Política Nacional de Migración y Extranjería; robustecer capacidades del Servicio Nacional de Migraciones; incorporar la red consular de Chile en los países de Latinoamérica y el Caribe al sistema migratorio chileno; y mantener y reforzar la atención presencial al público; entre otras.
De esta forma, la invitación es en dos sentidos. Por un lado; a la ciudadanía a considerar propuestas construidas sobre el diálogo y la evidencia, aunque sean de más largo aliento, como las que se presentan en el documento mencionado. Y, por otro lado; a los tomadores de decisión, a aplicar propuestas como las aquí expuestas, que apuntan a generar soluciones integrales mediante medidas concretas, aunque suenen menos rimbombantes en época de elecciones. Es urgente que Chile cuente con una institucionalidad y gestión migratoria efectiva, que aborde los desafíos actuales, pero también tenga visión de futuro, y permita aliviar el malestar actual en los habitantes del país.
El documento en fue elaborado por el Centro de Políticas Migratorias, Centro de Estudios del Desarrollo, Centro de Estudios Públicos, Centro Democracia y Comunidad, Espacio Público, Horizonte Ciudadano, Idea País, Instituto Igualdad, Libertad y Desarrollo y Rumbo Colectivo,
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