Publicidad

Se compran votos: La polémica práctica de los donativos en época electoral

Aunque suene extraño, los regalos que hacen los políticos en campaña -como anteojos, poleras y canastas familiares- no están prohibidos por la legislación chilena. Sin embargo, un número creciente de candidatos está optando por prestar servicios como dar atención médica o jurídica a sus electores durante todo el año.


En cualquier partido político se sabe que la campaña no se agota en giras, en afiches publicitarios, en volantes y en visitas puerta a puerta. La inmensa mayoría de los candidatos sabe bien que parte del dinero de su campaña debe invertirse en comprar regalos que se reparten para ganarse al electorado. Y es que, al fin y al cabo, los indecisos son uno de los nichos más interesantes del electorado y, muchas veces, terminan votando por el candidato que más le conviene.



Los regalos que estuvieron más de moda en la temporada pasada (elecciones municipales) fueron los anteojos con aumento, los cuales fueron importados de China a un precio irrisorio y se entregaron en algunas comunas dentro de un estuche con el nombre del candidato en cuestión. La idea era que el votante indeciso pudiera "ver bien", cuál era la mejor alternativa en esa elección.



Sin embargo, al parecer sobraron bastantes lentes ópticos de la campaña pasada, ya que este año también se han visto repartijas de este tipo en diversas juntas de vecinos, tanto en Santiago como en el resto del país.



En todo caso, en este ya consolidado mercado de los votos los bienes más demandados son los gorros, poleras, petos, comida (canastas familiares con todo tipo de enseres) y todo tipo de chapitas, lápices y blocks de notas.



Los anteojos de la discordia



El senador Juan Antonio Coloma (UDI) afirma que hoy día los candidatos tanto de la Concertación como de la Alianza han evolucionado desde los regalos a la prestación de servicios a la comunidad. "Creo que es mejor darle la posibilidad de ver a una persona (regalándole unos anteojos) que gastar el presupuesto de la campaña en puros papeles (propaganda)", opina el parlamentario gremialista.



Sin embargo un diputado de Renovación Nacional, Francisco Bayo (que también es doctor), no está de acuerdo con la entrega de regalos con fines electorales y menos de los citados lentes ópticos. Esto, porque "quien obtiene un anteojo sin visitar un médico puede estar ocultando una catarata, un glaucoma o incluso diabetes".



Además el diputado acusó que "la iniciativa parlamentaria para legalizar la venta de anteojos sin receta médica nació de un grupo de parlamentarios de la UDI (no quiso decir cuáles) cuyo interés era poder repartirlos sin problemas en período de campaña". Actualmente el proyecto de ley está en segundo trámite y a punto de ser votado por el Senado, por lo que se espera su pronta aprobación.



En todo caso, Bayo señaló que está de acuerdo con la prestación de servicios. De hecho, reconoce que él presta servicios en forma permanente "y no sólo en período de campaña", recalca, como un bus de transporte gratuito.



"La Concertación regala plata"



El senador Baldo Prokurica es tajante con respecto a las dádivas en período de campaña. "Yo no regalo nada. Soy enemigo de los regalos. Las únicas cosas que hago en mis campañas son mandar tarjetas de pascua o para el día de la madre", afirma en tono categórico.



Y aprovecha de acusar a gran cantidad de parlamentarios de la Concertación, que hacen campaña con recursos estatales. "He tenido una experiencia muy traumática compitiendo con la gente de la Concertación, porque ellos regalan la plata del Indap, Chiledeportes y el Fosis. Y competir en esa línea es muy difícil", agrega el parlamentario. Según cuenta, en estos programas se les pide a las personas que postulan que lleguen con un "papelito" de un determinado candidato o parlamentario de la Concertación.



Además, indica que ha visto a alcaldes regalando paquetes de comida por montones y a otros repartiendo vales. "Entregan unos papelitos que dicen: ‘vale por una canasta familiar’ siempre y cuando salga elegido el candidato. Han vuelto las mismas prácticas del pasado, como en la época de los antiguos radicales, que antes de la elección regalaban un zapato y si ganaban entregaban el otro", señala Prokurica.



Aunque el parlamentario se opone terminantemente a los regalos (pero reconoce que en su primera campaña regaló unas ‘plantitas’, pero sin ningún valor económico) está de acuerdo con que los políticos presten servicios, como la atención jurídica que entrega en forma gratuita todos los viernes en comunas de su distrito. Además, se consigue con médicos especialistas que atiendan gratis a la gente, pero afirma que no sólo lo hace en período de campaña.



Efectividad



Según el diputado UDI (y ahora candidato a senador por la Octava Cordillera), Víctor Pérez, aún no está comprobada la efectividad de estos regalos para posicionar a un candidato.



"La gente sabe cuando están tratando de embaucarla. Yo tengo la impresión de que regalar cosas en ningún caso genera adhesión", señala. A pesar de que él no lo hace, cree que es legítimo que el candidato que quiera entregue regalos durante su campaña. Además, defiende a sus correligionarios y señala que los anteojos no los reparten sólo en época electoral, sino que durante todo el año.



Actividad legal



En todo caso los regalos electorales están totalmente permitidos por la legislación chilena. De hecho en la Ley Orgánica Constitucional 18.700 sobre votaciones populares y escrutinios no sanciona la entrega de donativos sino que sólo castiga cuando se trata de cohecho.



"Art. 137. El que solicitare votos por paga, dádiva o promesa de dinero u otra recompensa o cohechare en cualquier forma a un elector, sufrirá la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio. Se presumirá que incurre en esta conducta el que acompañare a un elector hasta dentro del radio de veinte metros alrededor de una Mesa, salvo que se tratare de un elector inválido o no vidente.



Igual pena sufrirá la persona que vendiere su voto o sufragare por dinero u otra dádiva. Se presumirá que ha incurrido en esta conducta el elector que, en el acto de sufragar, sea sorprendido empleando cualquier procedimiento o medio encaminado a dejar constancia de la preferencia que pueda señalar o haya señalado en la cédula."



La pena para quien realice cohecho es desde 61 días a tres años de presidio. Sin embargo, los donativos en período de campaña no siempre son "a cambio de un voto", sino que caben más bien en la categoría de publicidad o propaganda, según señala la abogada del Servicio Electoral Carmen Paz Valenzuela. Y la propaganda está regulada por la Ley 19.884, sobre transparencia, límite y control del gasto electoral, la cual no establece prohibiciones en cuanto a los bienes y servicios que se repartan en una campaña.



Tampoco existe un monto máximo de dinero para los regalos. El único límite que tiene un candidato es no sobrepasar el tope de gasto que se le asigna de acuerdo al número de votantes.


Publicidad

Tendencias