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«Veo difícil que la Concertación se farree la posibilidad de ser elegida»

Para el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea las elecciones de diciembre generarán un alto grado de tensión entre la UDI y RN, lo cual va en directo beneficio de la candidata de la Concertación, Michelle Bachelet. Los partidos de derecha, en tanto, están posicionándose con miras a los comicios del 2010.


Hoy día las encuestas políticas están en el ojo del huracán debido a la importancia que le dan tanto los políticos como los medios de comunicación a sus resultados, especialmente en un año electoral como éste, donde no sólo se definirá el próximo presidente de la República y sino que también se hará un recambio de la mitad del Senado y de toda la Cámara de Diputados.



Carlos Huneeus, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), no está de acuerdo con que las encuestas sean la única herramienta de los políticos para tomar decisiones. Muy por el contrario, afirma que un buen político debiera tener el liderazgo suficiente como para poder lograr resultados más allá de estas muestras. Además critica el hecho de que los partidos diseñen sus programas de gobierno en función de sondeos, ya que se dejan de lado temas como el desarrollo científico o tecnológico.



"Los datos de las encuestas no son tan precisos como los cálculos de un ingeniero. Esta no es una ciencia natural, es una ciencia social y el hombre es libre y cambiante", señala este abogado y doctorado en Ciencias Políticas.



Huneeus, quien es una autoridad en la materia (de hecho las encuestas del CERC son igualmente serias y reconocidas que las del Centro de Estudios Públicos), afirma que hay muchas encuestadoras poco serias, que realizan mediciones inmediatamente después de una que afecta a un candidato, pero que también este fuerte cuestionamiento hacia los estudios de opinión viene de parte de políticos desilusionados con los resultados.



Fotografía de la realidad



Sin embargo, las encuestas son una de las principales armas predictivas que existen. De hecho, poco antes del lanzamiento de la candidatura de Piñera, una encuesta del CERC lo posicionaba como una figura de gran liderazgo, con un 29 por ciento de apoyo en la pregunta "los políticos con más futuro". Incluso, en la consulta: "¿quién cree usted que sería un mejor candidato presidencial?" un 43 por ciento menciona a Lavín y un 33 por ciento al abanderado RN.



-A veces pareciera que las encuestas además de una fotografía de la realidad son una variable que puede transformar la realidad y cambiar la percepción de la gente en ciertos temas.
-No. Las encuestas reflejan la realidad y no hay ningún estudio que demuestre que las encuestas influyen en la opinión pública. Las encuestas son la consecuencia y no la causa de la opinión pública. Las encuestas no hacen ganar a los candidatos cuando no van ganando.



-¿Pero eso no sería desconocer a un grupo importante de indecisos que a la hora de votar prefieren hacerlo por el candidato considerado ganador por las encuestas?
-Ese es un punto que está en discusión todavía. Además, la distancia entre los dos bloques: la Concertación y la Alianza, tampoco es tan grande como para que eso pueda aplicarse. En todo caso, las encuestas reflejan una parte de la realidad porque en este país un sector importante de la ciudadanía no quiere decir por quien vota, porque considera que el voto es secreto. Al menos uno de cada cinco chilenos no quiere decir por quién va a votar.



Fenómeno Lavín a la baja



-Existe una marcada tensión entre RN y la UDI en estas elecciones ¿Qué efectos puede tener?
-Efectivamente hay una competencia al interior de la derecha, que es un hecho nuevo. Porque si bien hubo competencia el año 1989 entre «Fra Fra» y Buchi y en 1993 entre Arturo Alessandri y José Piñera, ahora es distinto porque Sebastián Piñera tiene recursos económicos y una gran capacidad personal y porque en los últimos años ha habido unos desencuentros muy marcados entre él y los dirigentes de la UDI, todo lo cual tiende a tensionar aún más el ambiente. A esto se le suma el hecho de que Lavín no ha tenido un manejo prolijo, por ejemplo, cuando en 2001 hubo problemas con la foto que se tenía que sacar con los candidatos de RN. Entonces se acumulan las recriminaciones y Piñera, que no tiene un pelo de tonto, "se siente obligado a sacrificarse por el país y por el partido" y lanza su candidatura presidencial.



-A qué se debe la baja del apoyo de Joaquín Lavín o, más bien, este decaimiento del "fenómeno Lavín"?
-Hay que preguntarse primero cómo se explica el fenómeno Lavín, porque sin duda fue un fenómeno, que de alcalde de Las Condes llega casi a las puertas de la Moneda, porque le faltaron 30 mil votos para llegar. Yo creo que la explicación está primero en su personalidad, que es muy atractiva, muy distinta y carismática. Y en segundo lugar en un contexto maravilloso para él constituido por la detención del general Pinochet en Londres y una seria crisis económica.



-¿Puede que su baja se deba a la pérdida de su atractivo, de su carisma?
-Es que el carisma es transitorio, no dura mucho tiempo. Y el carisma hay que cuidarlo, uno no puede estar todos los días en vitrina, hay que retirarse. Y él cometió el error de seguir en el cargo durante cuatro años, durante los cuales la Concertación fue hábil en molestarlo. En eso Marcelo Trivelli mostró grandes habilidades, las que no demostró después cuando fue jefe de campaña de Soledad Alvear. Sin embargo, Lavín cuenta todavía con el voto de su partido, que es el más grande de todos.



Alza de Piñera por error de la DC



-¿Cómo se explica que Piñera haya repuntado en tan poco tiempo de campaña?
-En primer lugar porque al comando de Soledad Alvear le entró el pánico y comenzó a hacerle una campaña gratuita a su propia campaña. Si no hubiera entrado el pánico en la DC, el impacto de la candidatura de Piñera hubiera sido considerablemente menor. Además uno ve que la candidatura de Lavín disminuye, lo cual también lo favorece. Si en política pasa lo mismo que en física: un candidato no se apoya sólo en méritos personales, sino que también en las debilidades del adversario. Pero Piñera también ha cometido errores, por ejemplo cuando tuvo que desmentir al secretario general de su partido en el tema del nepotismo.



-¿Usted cree que se baje algún candidato más de aquí a diciembre?
-No, yo creo que la derecha va a seguir hasta el final con dos candidatos porque está el argumento que separados suman más que juntos, y ya han estado juntos antes sin éxito.



La pelea se dará en el Parlamento



¿Cómo ve el escenario hacia delante?
-Veo difícil que la Concertación se farree la posibilidad de ser nuevamente elegida. Aquí lo que está en juego concretamente es el liderazgo en la derecha de cara a las elecciones del 2010. Y aquí lo que está en juego son los cupos parlamentarios más que la elección presidencial. Yo creo que en la segunda vuelta la competencia parlamentaria va a ser muy tensa y dudo que todos los votos del candidato de la Alianza que pase a segunda vuelta se traspasen al otro: primero porque un porcentaje de ellos se van a quedar en la casa y no me extrañaría que los más picados voten por Michelle Bachelet.



-Pero si la pelea en la derecha va a ser quien se queda con más sillones en el Senado y en la Cámara de Diputados la pelea ya está ganada.
-Sí, en cierta forma sí. Piñera tiene que jugar un papel mucho más importante y activo porque tiene mucho menos coroneles y generales que la UDI. ¿Cuáles son los candidatos potentes de RN?



-¿Es verdad que la Concertación está blindando a Michelle Bachelet?
-Si ella tiene un respaldo altísimo sin hacer campaña, es de perogrullo señalar que es mejor seguir con el camino que se ha hecho que cambiar de estrategia. Ella va ganadora y es absurdo que se deje llevar por las provocaciones de sus adversarios. Además, las peleas entre los partidos de derecha favorecen a Michelle Bachelet.



-En la derecha tienen problemas para definir cuál de los candidatos va segundo y cuál va tercero en las encuestas
-Primero, yo tiendo a creer que Michelle Bachelet puede ganar en primera vuelta. Dos, Joaquín Lavín mantiene una posición superior a Sebastián Piñera. El hiperactivismo de Piñera no es el de una persona que le va ganando a la otra, sino de una que quiere superar. Y, en tercer lugar, creo que en el entorno de Michelle Bachelet no se cortan las venas por ganar en primera vuelta. Incluso le puede convenir pasar a segunda vuelta, porque fruto de la competencia entre Piñera y Lavín, y el conflicto que lo circunda, ella puede ganar muchos votos y en una segunda vuelta saque los mismos votos que sacó Ricardo Lagos en 1999.



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