Los peritos que participaron en las pesquisas en el sitio en que fue hallado su cadáver y en las posteriores exhumaciones del cuerpo llegaron al consenso de que el uniformado no se habría suicidado lanzándose desde un puente del Cajón del Maipo. La conclusión se basa en la ausencia de fracturas que serían provocadas por una caída desde esa altura.
A menos de dos semanas que el ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Claudio Pavez, asumiera la investigación sobre la extraña muerte del coronel Gerardo Huber, ocurrida entre enero y febrero de 1992, el magistrado ya tendría la certeza que este deceso fue provocado por la acción de terceros y no un suicidio, como había sido la tesis original.
El grado de convicción se basa en un informe que recibió por parte de una junta de médicos y peritos que participaron tanto en las pesquisas en el sitio del suceso al momento de ser hallado el cadáver del uniformado, y de los especialistas que posteriormente estuvieron a cargo de las exhumaciones de sus restos, ordenadas en el marco de las investigaciones judiciales.
Fuentes de El Mostrador.cl explicaron que en dicha junta de profesionales "se llegó a este consenso, en la medida que una caída desde la altura del puente El Toyo, en el Cajón del Maipo, hasta el caudal del río produciría un tipo de lesiones que no estaban presentes en el cuerpo de Huber".
Según trascendió, en dicha reunión de especialistas estuvieron presentes el médico criminalista de la policía de Investigaciones Pedro León Rivera y el otrora jefe del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), el mayor Jorge Aguirre. El primero estuvo a cargo de la primera exhumación del cuerpo de Huber, en 1995, mientras que el segundo participó en la autopsia que se llevó a cabo en 1997, tras una segundo desentierro de sus restos.
Quien no intervino en el encuentro fue la doctora Miriam Gallo, la tanatóloga del Servicio Médico Legal (SML) que realizó la primera autopsia en 1992, y que se inclinó por la tesis del suicidio, al establecer que la muerte habría sido producto de un traumatismo cráneo-facial y sumersión.
No obstante, su informe ha sido fuertemente cuestionado por el resto de los especialistas, ya que esas dos causales siempre serían independientes una de otra. Es decir, difícilmente alguien podría fallecer por sumergimiento y por una fractura craneana, sino sólo bastaría una de esas circunstancias.
Los siguientes pasos
En tal sentido, los análisis de los antecedentes médico legales que en su momento se elaboraron sobre las causas del deceso del militar serán ahora revisados con miras a establecer cómo se perpetro dicho homicidio, es decir, si mediante un disparo de alta velocidad o por medio de un contundente golpe en el cráneo, hipótesis que se barajan debido a las fracturas que presentaba la cabeza del uniformado.
Un de los puntos principales a dilucidar serían las motivaciones que habría tenido este crimen, que siempre se ha relacionado con la causa judicial por la exportación ilegal de armas a Croacia. De hecho, así lo ha recalcado el Consejo de Defensa del Estado (CDE), que es parte en ambas investigaciones. Sin embargo, al juez Pavez aún le falta establecer cuál es el hecho concreto que habría motivado el crimen y, en esa medida, comenzar a elaborar la lista de los posibles sospechosos que pudieron llevarlo a cabo.
La viuda de Gerardo Huber, Adriana Polloni, ha manifestado que luego de la desaparición de su marido, el 29 de enero de 1992, varios miembros del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) -encabezados por el general Manuel Provis- se mostraron especialmente interesados en saber qué tipo de documentos podría haber guardado su compañero de armas, así como también la posible información que pudo haber entregado a su familia antes de desaparecer.
El deceso de Huber se produjo poco después que declarara en la investigación por el tráfico de armas a Croacia. Según la declaración de su viuda, había puesto en conocimiento a Augusto Pinochet esas irregularidades, tras lo cual devino su muerte. Dicha teoría también fue deslizada por el capitán (R) Patricio Araya -condenado en primera instancia en el proceso-, quien aseguró que las armas fueron sacadas desde distintas unidades militares para ser vendidas al extranjero, lo que se decidió en una reunión del alto mando del Ejército.
Inspección ocular
En tanto, ayer jueves el ministro Claudio Pavez se constituyó en el sector del Cajón del Maipo para realizar una inspección ocular al sitio del suceso (puente El Toyo) y también a la casa de descanso que ocupó el militar antes de desaparecer.
Según fuentes interiorizadas en la investigación, esta diligencia le permitiría cerciorarse de detalles como la altura del mencionado paso, la distancia entre éste y la vivienda en la cual fue dejado Huber la tarde de enero que desapareció, entre otros aspectos.
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