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Colegios subvencionados obtienen sólo 20 puntos más que municipales en PSU

El presidente del Comité Técnico Asesor de la PSU y director del Centro de Microdatos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, David Bravo, pide poner la discusión por los magros resultados de la PSU en su justa medida, debido a que los establecimientos particulares subvencionados se distanciaron en apenas 20 puntos de los colegios municipalizados.


Tras la publicación de los resultados de las Pruebas de Selección Universitaria (PSU) arreciaron las criticas contra el Gobierno por la mantención de la brecha entre los establecimientos municipales y particulares pagados y subvencionados. Pero el frenesí tiene sus límites y el académico del Departamento de Economía de la Universidad de Chile David Bravo ‘pone la pausa’, como diría un comentarista deportivo.



Este economista es a su vez el presidente del Comité Técnico Asesor de la PSU y junto al profesor de la Universidad Católica Jorge Manzi, participan como directores académicos del Programa de Asignación de Excelencia Pedagógica, una iniciativa pública de acreditación voluntaria de docentes de establecimientos municipales y particulares subvencionados.



En la siguiente entrevista, Bravo desmitifica la brecha entre los establecimientos subvencionados y municipales; plantea que los resultados en educación no se pueden medir por los resultados de la prueba, pero sí por los del Simce; además, rechaza la idea de crear un Instituto Nacional por comuna para mejorar la calidad de la educación y a cambio propone la creación de un ‘laboratorio’, en el cual se evalúen las estrategias a seguir por parte del Ministerio de Educación.



Aclarando las brechas



-Conocidos los resultados de la PSU, se ha ratificado, una vez más, la brecha educacional entre los colegios municipalizados y los del sector particular pagado y subvencionado. ¿Cuál es su reflexión sobre los resultados de este año? ¿Ve algún matiz o diferencia entre los distintos tipos de establecimientos?

-Quisiera partir precisando la afirmación inicial. Los resultados de la aplicación muestran que efectivamente los establecimientos particulares pagados tienen promedios superiores a los que exhiben los establecimientos municipales en el orden de 110 puntos, que equivale aproximadamente a una desviación estándar. Estas diferencias son de 105 puntos en ciencias, 102 puntos en historia, 111 puntos en lenguaje y 119 puntos en matemática, todas por supuesto, a favor de los colegios particulares pagados.



Sin embargo, esta brecha también existe entre los establecimientos particulares pagados y los establecimientos particulares subvencionados. En efecto, estos últimos sólo tienen alrededor de 20 puntos más de promedio en las pruebas que los establecimientos municipales.



Por lo tanto, lo más correcto sería indicar que se ha constatado nuevamente la brecha entre los establecimientos particulares pagados y los establecimientos subvencionados (sea municipales o particulares subvencionados). De aquí que es un error centrar el problema en los colegios municipales. El problema es común a toda la educación subvencionada.



-Qué está detrás de estas diferencias?

-Me parece que los datos no pueden leerse sino como un reflejo, no de las diferencias entre establecimientos, sino que de las diferencias socioeconómicas de las familias y los consiguientes recursos con los que funcionan los establecimientos…



Porque ¿cuál es la diferencia en el puntaje que obtuvieron los estudiantes cuyas familias tienen un ingreso mensual de $1.400.000 versus los que declaran (la mayoría) ingresos de menos de $300.000 al mes? La diferencia, en todas las pruebas, en favor de los que tienen más ingresos, es un poco mayor que las diferencias por dependencia (129 puntos en matemática; 115 puntos en lenguaje; 102 puntos en historia y 116 puntos en ciencias).



¿Cuál es la diferencia en los resultados que obtuvieron los alumnos cuyos padres tienen educación universitaria completa en comparación con los que tienen padres cuya educación máxima fue 8°. Básico.? Tanto si consideramos la educación del padre como también la educación de la madre encontramos diferencias que también son del orden de una desviación estándar a favor de aquellos que tienen padres más educados. Ejemplo, estudiantes con madres universitarias obtuvieron 113 puntos más en matemática, 113 puntos más en lenguaje, 99 puntos más en historia y 106 puntos más en ciencias que los estudiantes con madre cuya educación llegó a 8° básico.



Urgencia a subvención diferenciada



-¿Cuál sería la discusión pública que estaríamos haciendo, si en lugar de haber presentado los puntajes por tipo de establecimiento si se hubieran mostrado sólo los puntajes por nivel socioeconómico de los estudiantes?

-Me parece evidente que las diferencias entre subvencionados (municipales y particulares) y los colegios pagados reflejan la diferencia en ingresos y educación de los padres. Por mucho que mejoren los establecimientos municipales o particulares subvencionados los recursos de origen de las familias (dinero y educación) están haciendo la diferencia.



Por ello, en la medida que el monto por alumno que los establecimientos municipales y particulares subvencionados reciben y gastan sea la cuarta parte de lo que gastan los colegios particulares pagados (financiado por sus padres), será natural que existan diferencias por tipos de establecimiento. Por ello creo que sería bueno aprovechar la discusión pública que se da en estas oportunidades para impulsar la urgencia de la subvención diferenciada, que permitirá incrementar el monto por alumno en el caso de sectores de menores recursos. Esta es una compensación muy necesaria y urgente.



-A su juicio, ¿por qué las políticas de las Concertación no han tenido los resultados esperados en materia de calidad de la educación? ¿comparte esta apreciación?

-En primer lugar, quisiera decir que la PSU no debe usarse evaluar los resultados de las políticas de la Concertación o de ningún gobierno. La PSU no tiene por objetivo evaluar la educación, eso lo hace bien el Simce en distintos niveles y los resultados del Simce deben ser examinados para buscar respuestas. El otro inconveniente que tiene la PSU para hacer este tipo de análisis es que la rinde sólo una proporción de estudiantes de la generación que egresa así como estudiantes de otras generaciones, por lo que sus resultados no representan a un nivel de estudiantes, por ejemplo, los que egresaron de 4° medio.



Ahora bien, cuando uno mira los resultados en las pruebas Simce encuentra también significativas diferencias por nivel socioeconómico y un lento aumento en los puntajes (nótese que sólo el Simce permite comparar la evolución de los puntajes en el tiempo y detectar si éstos mejoran; la PSU tiene como promedio en cada año 500 puntos por lo que tampoco sirve para detectar mejoramientos promedio o estancamientos).



Comparto como criterio que es necesario que sintamos impaciencia por los mejoramientos en educación. El país ha hecho grandes inversiones con la reforma educacional y es legítimo aspirar a mejoramientos tanto en niveles como en las brechas socioeconómicas. Sí creo que, como se trata de un área estratégica, las decisiones de política se deben meditar bien pues no se puede dar por fracasada una política livianamente; se requieren estudios más específicos.



Fórmula para despegar



¿Qué pasos concretos hay que seguir para lograr un despegue definitivo de los estudiantes de la educación municipal?

-Creo que la pregunta relevante es por el despegue de los estudiantes de la educación subvencionada. Por ello, creo que sería importante invitar al debate no sólo a los alcaldes sino también a los directores de establecimientos particulares subvencionados.



Me parece que lo primero es adoptar un compromiso de aumentar significativamente los recursos que el Estado pone para los estudiantes de bajo nivel socioeconómico, idealmente estudiantes más que escuelas.



Lo segundo es, como indica el informe de la OECD, preocuparse de los docentes, tanto de los que se están formando como de quienes están en ejercicio. Los resultados de los que están participando voluntariamente en el Programa de Asignación de Excelencia Pedagógica, a través de portafolios y pruebas, muestran importantes deficiencias que pueden ser trabajadas y corregidas.
Sobre políticas específicas también quisiera decir que falta más evaluación. Creo aquí que es fundamental tener un papel de mayor colaboración entre las universidades que hacemos investigación en educación desde distintas facultades y el Estado que diseña las políticas.



Lo que haría sería hacer un laboratorio donde pudiéramos trabajar con distintos colegios, implementando algunas estrategias alternativas. Con mecanismos rigurosos de seguimiento y evaluación, al cabo de unos pocos años tendríamos evidencia de qué funciona y qué no; con esa evidencia, el Ministerio de Educación podría tomar decisiones para aplicar distintos programas a una escala mayor. Este es uno de los objetivos del Instituto de Educación que estamos inaugurando en la Universidad de Chile con la participación de académicos que investigan en distintas disciplinas.



Más estudios, menos prensa



-El Colegio de Profesores atribuyó el problema a la distribución del PIB, señalan que del 7,2% destinado a educación un 4% es destinado para ‘educar’ al 90% de la población, mientras que el 3,2% restante, lo aportan las familias ricas para educar a los suyos, que no representan más del 10% de la población. ¿Se debe seguir inyectando más recursos a educación o el tema ahora pasa por trabajar en gestión?

-Me gustaría que las instituciones que hacen un excelente trabajo con escuelas de bajos recursos e indican que los mejoramientos en gestión son la clave para los mayores resultados, presentaran su experiencia en artículos académicos.



Mi impresión es que es difícil de aceptar esta evidencia así tal cual a menos que nos indiquen si efectivamente están aumentando también los recursos invertidos por alumno. Si eso fuera así, entonces quedaría la duda si es un problema de gestión o de recursos lo que está provocando esos mejoramientos. Como se puede ver, gran parte de nuestra ignorancia sobre lo que debemos hacer se debe a que no hemos hecho investigación aplicada rigurosamente. Dado que el tema de educación es de mediano plazo, creo que se debe invertir en investigación educacional ahora.



Más ‘Institutos’ no son la solución



-Se ha criticado mucho al sector municipal, ¿existe alguna estadística que juegue a su favor este año?

-Sobre la diferencia, muy pequeña, entre establecimientos municipales y particulares subvencionados, tampoco sabemos si se debe a una mejor gestión educacional o simplemente que están atrayendo a los mejores alumnos de los establecimientos municipales. Nuevamente, faltan aquí estudios serios sobre el tema y menos artículos de prensa lamentándonos sobre lo mismo.



-¿Cuántos años hay que esperar para que la calidad llegue al sector municipal masivo, al margen de los colegios estrellas como el Instituto Nacional?

-Bueno, las inversiones en educación son de largo plazo. Pero comparto la idea de que debería haber un panel de expertos, tal como fue la comisión Brunner, por ejemplo, que mire este tema sin tanta carga ideológica y establezca en qué plazos es razonable técnicamente exigir resultados y a qué nivel.



He leído también a alguna gente que dice que la solución es tener más Institutos Nacionales en las comunas. Bueno, usted sabe que un liceo como el Instituto Nacional explica en parte importante sus resultados por la selección de alumnos que realiza. Si los mismos alumnos que recibe el Instituto Nacional los pusiera en un colegio municipal de bajos recursos, el resultado de ese establecimiento sería impactante. No estoy en contra de estos establecimientos. Pero no se pueden proclamar como la solución a los problemas. Hay un límite a la selección por parte de los establecimientos.



PSU sin cambios



-¿Realizaría alguna modificación a las PSU o las dejaría tal como han funcionado hasta ahora?

-En el comité técnico de la PSU hemos hecho varios estudios sobre el funcionamiento de las PSU. Las pruebas están funcionando de manera adecuada desde el punto de vista métrico y están cumpliendo su objetivo: realizar una buena selección de estudiantes para la educación superior.



El cambio de la antigua PAA a las PSU implicó que estas pruebas tuvieran una mayor base curricular, lo que es muy positivo porque los estudiantes ahora están preocupados de su currículum y de toda la educación media. Este cambio se produjo sin que se aumentara la brecha de puntajes, como se había equivocadamente predicho por los críticos, y, de acuerdo a evidencia que entregaremos en el próximo mes, puede decirse que se ha mejorado la validez predictiva de la prueba.



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