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Ecologista dice que ‘doctrina Frei’ le hace mal al país en materia ambiental

Senador Eduardo Frei Ruiz Tagle (DC) encendió las alarmas en el mundo ecologista al abrir el debate sobre la necesidad de suplir el déficit energético del país con energía nuclear, idea que fue seguida de cerca por el timonel del PPD, Sergio Bitar. Para Sara Larraín, la idea de Frei va en línea con lo que fue su política ambiental cuando gobernó el país entre 1994 y 2000.


El presidente del Senado, Eduardo Frei Ruiz-Tagle (DC), sostuvo hace pocos días que si el país no estaba dispuesto a aprovechar sus recursos naturales en materia energética, entonces debería discutirse "abiertamente la posibilidad de construir centrales de energía nuclear", planteamiento que fue calificado por la directora de la ONG Chile Sustentable, Sara Larraín, como un "chantaje" para permitir la aprobación, sin reparos, de las centrales que planea construir Endesa en la Región de Aisén.



El planteamiento del ex Mandatario fue respaldado seguidamente por el timonel del PPD, Sergio Bitar; por el diputado radical por Antofagasta Marcos Espinosa y analistas del sector energético, quienes ven con preocupación la dependencia gasifera de los países vecinos.



Sin embargo, la piedra de tope a la idea de Frei, es el compromiso que suscribió Michelle Bachelet con organizaciones ecologistas cuando estaba en plena campaña para llegar a La Moneda. En ese momento, año 2005, la entonces candidata se comprometió a no desarrollar este tipo de energías durante su mandato.



Para Sara Larraín el planteamiento del senador no es de extrañar. La ecologista asegura que este ex Presidente de la República (1994-2000) ha mantenido siempre una visión del desarrollo del país que no es amistosa con el medio ambiente y durante su gobierno, a su juicio, se produjo un "frenazo" en esta materia.



Al respecto, sostiene que durante su mandato se cambió el sentido de la Ley de Bases del Medio Ambiente para potenciar el aumento de inversiones, a costa de una serie de daños ambientales que se están pagado hoy, siendo el más evidente el de la planta de celulosa Celco en Valdivia.



Chantaje



-Muchas voces se han levantado pidiendo estudiar la vía energética nuclear ¿Por qué no es partidaria de desarrollarla viendo el contexto problemático en que nos encontramos?

-La energía nuclear a nivel mundial está a punto de quebrar, además, es mucho más cara que las otras alternativas. Hoy no hay un sector privado relevante que haga competir la energía nuclear con los precios de mercado porque en la actualidad este negocio está fundamentalmente en manos estatales, tanto en EEUU como en Europa, especialmente Francia. También hay que considerar que en los últimos 12 años ha habido un incremento neto de no más de un reactor y medio al año, según cifras de Greenpeace y otras organizaciones.



-¿Cuál es su teoría sobre este inusitado apoyo a la alternativa nuclear entre los políticos?

-Lo que pasa es que el lobby es impresionante en todos los países. En Argentina están en lo mismo, en Brasil están bombardeando al gobierno, es decir, hoy el lobby nuclear anda completamente desatado porque si no es ahora, es nunca. Este lobby llegó en Chile al Presidente de la República. El año pasado vimos a Lagos anunciando, previa consulta a nadie, en su último 21 de mayo, la creación de una comisión especial para estudiar la opción nuclear.



Ahora, el espacio que los lobbystas han encontrado es el de la crisis energética y el sector que ha llevado el liderazgo político de este lobby es el gobierno de Francia. Obviamente, también en esto interviene la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), porque el 90% de su presupuesto se va en personal.



Las funciones que hoy día debería cumplir este organismo son desarrollar aplicaciones nucleares para el tema médico e industrial, pero simplemente tienen una incapacidad absoluta y prueba de ello es el accidente en Celco Nueva Aldea, donde se observó falta de control.



-Ustedes llegaron a un acuerdo en esta materia con Michelle Bachelet cuando era candidata ¿en qué se traduce en concreto?

-El acuerdo significa no desarrollar la energía nuclear durante su mandato y nosotros estamos conformes con su palabra. El país no tiene porque gastar recursos en comisiones (como la propuesta por Lagos) que no es algo que tengamos que solucionar en estos cuatro años. En estos años tenemos que mirar al interior del país y ver qué es lo que tenemos: viento, agua, geotermia, energía solar, no tenemos una minería del uranio, ni menos personal.



Los recursos se tienen que destinar a desarrollar la estrategia de cuencas hidrográficas, a medir el potencial eólico en distintas zonas del país, a ver cómo los canalistas generan hidroelectricidad. Hay que tener muy claro que si somos eficientes energéticamente podríamos ahorrar dos centrales Ralco de aquí al 2010. La tendencia de la estructura de inversiones en el mundo, apunta a las energías renovables, no convencionales que se premian más encima con la estrategia de los Mecanismos de Desarrollo Limpio, del protocolo de Kioto, por qué ir contra la corriente.



Doctrina Frei



-¿Qué lectura hace del planteamiento del senador Eduardo Frei? ¿A qué puede obedecer?

-Nosotros pensamos que el argumento de Frei tiene que ver con levantar una especie de alternativa, que es más compleja e inaceptable para el sector ecologista que las centrales de Aisén y, por lo tanto, está planteando una argumentación de chantaje. Sin embargo, nos preocupa más aún que en sectores del PPD se esté hablando de opción nuclear; en ese sentido, las declaraciones del ex ministro Bitar son inaceptables.



Además, lo que señalan estos y otros políticos es una falta de respeto a la ciudadanía, primero porque no existen las centrales nucleares que necesitaría Chile. En general, hoy las centrales que están en situación comercial son de 1000 MW, 800 MW, el resto son prototipos. No nos podemos prestar de conejillos de Indias. También se debe tener personal científico-técnico vinculado al área nuclear, pero obviamente no lo tenemos.



-Pero, ¿cuál es la salida? ¿Ustedes ni siquiera ven con buenos ojos el proyecto hidroeléctrico de Endesa en Aisén?

-El proyecto de las centrales no existe, conocemos sólo borradores del año 90′, pero de igual forma Endesa quiere que el gobierno ya los apoye , que les dé una especie de preaprobación, que es lo que sucedió cuando Frei preaprobó Celco en Valdivia y puso la primera piedra antes que se diera el permiso ambiental.



Los políticos están queriendo seguir con las preaprobaciones, antes de que los proyecto estén aprobados. Igualmente están pretendiendo que la opinión pública se pronuncie en unos escenarios que ellos ponen. El escenario no es un proyecto Ralco, formulado y presentado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA); no están presentando el proyecto completo porque no están dando a conocer todas las centrales y el verdadero trazado de las líneas de alta tensión.



En cambio, están presentando la caricatura del trazado de las líneas contra Tompkins, esa es la epopeya que están presentando, pero resulta que el proyecto Aisén son todas aquellas centrales, en el momento que las planteen, más el trazado, y ese trazado pretende pasar por el Parque Pumalin, pero también por todos los predios de los miembros de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA)



-De sus palabras anteriores se desprende que el gobierno de Frei ha sido el menos ambientalista desde el retorno a la democracia ¿Eso es así?

-Lo que pasa es que acá hay un grupo de chilenos que no quiere aceptar que dentro de la transición a la democracia y establecidos en la Constitución, están los derechos ambientales de las personas. Claro, durante el gobierno de Aylwin con los primeros impulsos de la democracia se logró hacer una serie de leyes importantísimas, como la 19.300 (de Bases del Medio Ambiente), pero obviamente, llegado el segundo gobierno de la Concertación hay un frenazo evidente.



La doctrina Frei parte del año 1996 y lo que sucede con ella, incluso se publicó un instructivo, es que la ley ambiental y el sistema de evaluación, que pretendía prevenir los impactos, se transformó en una ley que preaprueba todos los proyectos y después negocia mitigaciones. El instructivo de Frei es muy claro, señala que ningún funcionario de su gobierno está para parar proyectos, sino que para aprobarlos con condiciones. Ralco y Celco son claros ejemplos.



Polémico instructivo



-¿Cree que se mantiene vigente ese instructivo?

-No tengo idea, pero lo que hace es que establece una orientación política totalmente distinta, o sea, le cambia la función al SEIA que era un instrumento preventivo, que buscaba la aplicación del principio precautorio. Es decir, evalúas ambientalmente el proyecto antes de que se haga, con el objetivo que no se dañe el medioambiente, por lo tanto, es preventivo, y desde la doctrina Frei en adelante el proyecto se aprueba y después se negocian mitigaciones.



-En consecuencia ¿hay un frenazo concreto en materia ambiental durante su gestión?

-Claro, desde que se aprueba la ley el año 1994, hasta que sale el reglamento para implementarla pasan tres años antes de que se pueda aplicar en forma obligatoria, antes era voluntaria. Entonces, claramente no hubo ninguna prioridad ambiental, por qué lo veían como un condicionamiento a las inversiones.



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