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Fiscalía Centro Norte investiga vínculos del clan Mazza con narcotraficantes

El perseguidor Miguel Angel Orellana recabó antecedentes con el Consejo de Defensa del Estado (CDE), ya que uno de los imputados reconoció que traía dólares desde Venezuela convirtiéndolos a pesos en la casa de turismo Costa Brava, investigada por lavado de activos y sus dueños en la cárcel. De hecho en este país sudamericano se mueven gran cantidad de los euros que entran a Colombia para ser blanqueados, a través de la zona de Cúcuta.


Hace unos meses, el fiscal de drogas de la Centro Norte Miguel Ángel Orellana estaba sentado frente a uno de los imputados de la «Operación Enigma», procedimiento que en febrero de este año permitió desbaratar -en Talcahuano- una organización criminal que pretendía enviar a Europa casi media tonelada de cocaína escondida en cargamentos de pescado congelado.



El sujeto le indicó que era inocente de los cargos que le formulaban y que su verdadero trabajo era el cambio de dólares. Intrigado por la confesión, el perseguidor inquirió más antecedentes, como quien está frente a la posibilidad de encontrar algo más.



Así fue como el imputado le explicó que en embarques anteriores de pescado prefería que en Venezuela le pagaran en dinero en efectivo. Luego traía los dólares a Chile y los convertía a pesos en la casa de cambio Costa Brava.



Las luces entonces se encendieron. Esta última estaba siendo investigada por lavado de activos provenientes del crimen organizado colombiano a Estados Unidos, usando la misma fórmula, es decir, llevando dinero contante y sonante para ingresarlo al país del norte o bien a Chile, según fuera el caso.



Tierra de nadie



Orellana, entonces, requirió antecedentes al Consejo de Defensa del Estado (CDE), organismo que llevó adelante la "Operación Suspiro Europeo", que permitió encarcelar varios miembros de la familia Mazza, dueños de la casa de cambio Costa Brava a principios de abril de este año y procesarlos por blanqueo de capitales.



De acuerdo con fuentes ligadas al caso, Orellana sigue esta línea de investigación como la chance lógica de la organización de narcotraficantes para blanquear los dineros del negocio, sin dejar mayores rastros.



El vínculo cobra sentido no sólo por que se trata de la misma empresa de cambio de divisas y el modus operandi para mover el dinero desde un país a otro, sino porque la gran cantidad de euros -moneda oficial del crimen organizado- que entra a Colombia lo hace por Cúcuta, en la frontera con Venezuela.



Cúcuta es la versión 2.0 de Ciudad del Este (Paraguay), donde muchos de los euros son cambiados a dólares y reingresados a Venezuela, donde la moneda norteamericana escasea.



En Colombia, en tanto, resulta muy difícil para los investigadores conocer las verdaderas identidades de quienes cambias euros por dólares, ya que la gran mayoría son venezolanos, quienes dejan fotocopias de sus cédulas de identidad, como manda la ley. El problema es que las autoridades del país chavista tienen nula colaboración con sus vecinos en este tipo de temas, explicó un experto en lavado de activos.



Clientes primero



En la "Operación Enigma", están formalizados por tráfico de drogas ante el Quinto Tribunal de Garantía de Santiago Hirvoy Zlator, Osvaldo Grimberg y Osvaldo Guajardo.



En tanto, en la "Operación Suspiro Europeo" están sometidos a proceso por el 32° Juzgado del Crimen de Santiago -pues se trata de una causa del sistema antiguo- José Miguel, Luis y Daniel Mazza, hermano, primo e hijos, respectivamente, de Mauricio Mazza, quien está detenido en Estados Unidos. Se suman los empleados de la casa de cambio Costa Brava, Alberto Lama y Mauricio Margenats.



El clan Mazza es asesorado por el ex diputado del PPD y hoy dirigente de Chile Primero Jorge Schaulsohn.



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