Después de cuatro años de funcionamiento, el Itpuch está a las puertas de cerrarse por problemas financieros. En la casa de estudios no existe acuerdo sobre si el cierre será asumido por la rectoría o la Facultad de Medicina. Mientras tanto, los estudiantes no saben qué pasará con sus carreras ni con su futuro.
El cierre del Instituto Politécnico de la Universidad de Chile (Itpuch) es inminente: la quiebra del organismo luego de cuatro años de funcionamiento es una realidad, pero paradójicamente, no está claro quién está a la cabeza de la entidad dentro de la Universidad de Chile.
Aunque el instituto depende de la Facultad de Medicina -por lo que sólo imparte carreras de esta área- cuando se impulsó la iniciativa la idea era que posteriormente se ampliara a otras ramas, como una manera de competir con el DUOC de la Universidad Católica.
Precisamente este es el principal aspecto en el que se ha radicado el conflicto interno en las últimas semanas, ya que no existe acuerdo sobre si será la rectoría -que impulsó el Itpuch bajo la gestión de Luis Riveros- o la Facultad.
Durante la mañana de este miércoles, la decana de Medicina, Cecilia Sepúlveda, se reunió en la casa central con el rector del plantel, Víctor Pérez, precisamente con el objetivo de intentar llegar a un acuerdo sobre esta materia.
Después de tres horas de reunión, aparentemente no hubo acuerdo porque ambos se negaron a hablar sobre el tema e, incluso, adjudicaron la vocería a uno y otro, respectivamente. De hecho, Pérez separó aguas y se desligó de la responsabilidad del Itpuch que, en suma, estaría a la deriva.
Mientras se realizaba esta reunión a puertas cerradas, algunos estudiantes afectados se encontraban protestando fuera de la casa central, ubicada en Alameda 1058, esperando hablar con el rector, quien finalmente no los recibió.
Por su parte, el director del instituto, Rafael Hernández, tampoco aceptó formular declaraciones sobre la crisis que afecta al Itpuch.
Falta de alumnos y mala gestión
A pesar de que ninguna autoridad aceptó dar una versión sobre los hechos, trascendió que el problema de financiamiento -cuya cifra real los alumnos desconocen- radica en que los estudiantes sólo llegan a 511, de los casi 3.000 que se suponía debía amparar el organismo.
A esto se suma una mala gestión de la institución, falta de publicidad y también el desaprovechamiento del nombre de la universidad, cuyo potencial atractivo no ha sido lo suficientemente utilizado.
Cuando Sepúlveda tomó las riendas de la Facultad de Medicina, en junio de 2006, de manos de Jorge Las Heras, fue informada de los problemas financieros y ordenó la realización de una auditoría, que ratificó la mala situación financiera del instituto.
La solución que se baraja es reubicar a los afectados en otros institutos, lo que al parecer ya ha sido incluso conversado con el Ministerio de Educación (Mineduc).
De ser así, las carreras de análisis químico, administración de empresas, enfermería, higiene ambiental, contabilidad general, secretariado ejecutivo y sistemas agropecuarios tendrían dicha salida, pero en el caso de la carrera de rehabilitación psicosocial y drogadicción, esta alternativa no es viable, ya que no tiene un símil en otra casa de estudios.
Una situación que dista mucho del optimismo que manifestó el ex rector Luis Riveros, cuando inauguró el plantel en 2004.
Los alumnos
Pía Cabezas, presidenta del centro de alumnos del Itpuch, cuenta que se enteraron de los problemas por rumores de pasillo y que finalmente, Rafael Hernández los citó para contarles que había problemas financieros y que estaban en quiebra, lo que podría significar el cierre.
Pero los tranquilizó afirmando que había posibilidades de que el rector de la Casa de Bello se hiciera responsable financieramente. "Queremos una respuesta ahora. Mucha gente está en cuarto semestre y necesita saber qué hará con su título, no nos pueden tener así", se queja la estudiante de análisis químico.
Por lo mismo han, realizado una serie de movilizaciones, enviado cartas a Sepúlveda, Pérez e incluso al diputado DC Gabriel Silber, presidente de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados. También recurrieron al Mineduc.
Luego de muchas presiones, finalmente obtuvieron una respuesta de su director, que durante la tarde les leyó una carta donde se garantiza «a todos los alumnos del CFT ITPUCH, que ingresaron a sus carreras, la continuidad de las mismas, en cuanto a que cada estudiante de nuestra Institución, que cumpla con las formalidades de matrícula y aprobación académica, podrá concluir su proceso formativo en el CFT ITPUCH».
Además, la misiva señala que se ha acordado el apoyo al centro con las autoridades superiores, pero no específica montos y ni siquiera si dicho apoyo será financiero.
Natalia Melín, integrante del centro de alumnos, califícó como «un chiste el comunicado», ya que, más allá de la vaguedad de lo dicho, ni siquiera hay firmas que avalen la oficialidad de la carta.
Y sobretodo, porque el compromiso de no cerrar hasta que todos los estudiantes terminen no es lo que ellos piden, ya que «lo que pedimos es que no se cierre, porque necesitamos continuidad en años, para que este centro realmente avale nuestro currículum», recalca.
Aclara que exijen un cambio de directorio y la designación de personal de la Universidad de Chile.
El barco sin capitán
Claramente la situación no pinta nada bien, ni para la universidad ni para los afectados. Por una parte, no hay acuerdo sobre si la rectoría o la facultad asumirá los costos y, por otro, los estudiantes no han recibido sobre su futuro, e incluso, tampoco está claro a quién deben dirigir sus quejas.
«Esto está en manos del rector, porque es como el patrono de la fundación. Él tendrá que tomar una decisión", asegura Alejandro Vergara, director académico del instituto.
Vergara señala que si bien la presidente del instituto es Sepúlveda, "el Itpuch fue creado al amparo de la Universidad de Chile y, por ende, es una institución dependiente de la rectoría, porque de no ser así no podríamos usar el nombre".
Además:
Vea la carta entregada por el director de Itpuch a los alumnos(formato Word)
