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La UDI le cobra la factura a Espina y Allamand

El gremialismo comenzó a ponerse quisquilloso. Pero no en materia presidencial, sino parlamentaria. Y como la directiva de la colectividad tiene que dar señales tranquilizadoras a su bancada, optó por lo más sano: sacar de su caja fuerte la factura que le guardan a estos senadores emblemáticos para exigirles que cumplan sus compromisos.


Cuánto puede llegar a costar un cupo senatorial. Y no hablamos precisamente de los recursos invertidos, sino de los compromisos asumidos cuando un partido que no es el del eventual candidato le permite postular a la Cámara Alta sin competencia alguna. Esa es una carga que por estos días le pesa más que nunca a Andrés Allamand, samurai de Joaquín Lavín en aquellos tiempos en que la aspiración presidencial de Sebastián Piñera constituía «un misil a la línea de flotación» de la derecha, en palabras del propio senador por la Décimo Cuarta Región. El otro apuntado con el dedo por la UDI es Alberto Espina, quien el 2001 también corrió solo. A ambos se les exige que cumplan con los diputados gremialistas que van a la reelección en sus zonas, igual que lo están haciendo con los de RN, dado que los legisladores de las filas de la tienda de calle Suecia trabajaron para que Allamand y Espina llegaran a donde están.

Aunque en RN optaron por tratar de bajarle el perfil a la disputa por las plantillas parlamentarias, en que sus aliados se sienten perjudicados, pues dicen que todo indica que tendrán que enfrentar una competencia hostil, lo cierto es que el tema no es menor porque las señales que se observan desde la tienda de Antonio Varas es que existe disposición a competir con todo.

Y aquí donde entran a jugar un rol significativo parlamentarios como Allamand y Espina, que pese a postular al Senado en distintos períodos, comparten la característica de que no tuvieron un contendor gremialista. Pero dado que ahora el candidato presidencial es de RN, en la UDI estiman que los sacrificios los deben hacer sus socios, argumento que no tiene peso a juicio de Renovación. De hecho, en la tienda ni siquiera se hacen cargo de tener una deuda con el gremialismo por el cupo de Allamand. Ello, porque según aclara un parlamentario «Andrés no tuvo competencia gracias a que Joaquín Lavín le cerró la circunscripción como una forma de agradecerle el trabajo que realizó para su campaña presidencial. Nosotros, como partido, no tuvimos nada que hacer en eso».

Por su parte, el diputado Mario Bertolino, tiene la convicción de que es «legítimo que la Alianza privilegie la competencia a nivel de diputados, eso siempre ha sido así». En la situación actual con mayor razón -dice-, ya que «si se necesitan 61 diputados esa tiene que ser la tónica y no corresponden los reclamos». Asimismo, recalca que en ese contexto obviamente RN tiene que crecer, eso no significa necesariamente que lo vaya a hacer a costa de la UDI, aclara. Aludiendo con ello al temor de sus socios de que RN esté pensando en aumentar sus parlamentarios en desmedro de mandar para la casa a unos cuantos gremialistas.

En todo caso, no está demás recordar que RN siempre miró con envidia la cada vez más grande bancada aliada, crecimiento que siempre atribuyeron al hecho de que era la UDI la que tenía el candidato presidencial y que ello los favorecía enormemente. Por eso que ahora en la tienda de Carlos Larraín juegan con una extraña ecuación para defender su postura. Dicen que tienen todo el derecho de ponerle un candidato competitivo al UDI Marcelo Forni en la Quinta Cordillera, porque ese cupo es RN. Y que dado que en Providencia la diputada Marcela Cubillos (UDI) no va a la reelección, entonces es razonable que RN trate de reconquistarlo y para cerrar un diputado advierte que «sería mejor que Rodrigo Álvarez se preocupara de proteger Punta Arenas».

Pero el hecho de que en Renovación optaran por bajarle el perfil a la polémica tiene que ver también con que está la tesis de que cuando el secretario general del partido sale a cobrarle la palabra a los senadores de Antonio Varas, más lo hace «para mantener tranquilas a sus huestes que para provocarnos a nosotros». Olfateando la intranquilidad que existe en la bancada gremialista, en RN sienten que la directiva tenía que hacer algo para contener una molestia interna que está latente.

Sobre todo, dice un diputado de Renovación, porque todos saben en la Alianza que si no hay competencia parlamentaria «Sebastián no es Presidente, así de simple». Aunque no está demás decir que Piñera abordó este lunes el tema con el timonel de la UDI a solas, lo que indica que al candidato no deja de preocuparle el malestar que existe en el gremialismo.

 

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