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Sexo, presiones y video

Javiera Gajardo y Valentina Bordalí
Por : Javiera Gajardo y Valentina Bordalí Estudiantes de Periodismo de la Universidad Diego Portales
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Enrarecido y hostil era el ambiente de trabajo en la pyme audiovisual que comandaba el ex cineasta y actual candidato presidencial. Así al menos lo recuerdan muchos de sus subordinados, para quienes se vivía un verdadero “reality show”, pues todas las semanas se iba alguien.


ME-O decidió volver a Francia a perfeccionarse en dirección de cine en un Taller Intensivo para Directores en la Alta Escuela Femis-Paris. Regresó en 1998 y comenzó su vida como director audiovisual en la productora Rivas & Rivas.

Al principio trabajaba en una pieza que le arrendaba a su madre en su productora TV Corp, hasta que pudo independizarse y se instaló en calle Lorena # 1266, en la comuna de Providencia.

Todos los entrevistados que trabajaron en esos años con ME-O han preferido no dar sus nombres, porque “Marco tiene cierta influencia en el mundo audiovisual y fácilmente podríamos quedar sin trabajo”, cuenta uno de ellos.

El ambiente en la productora era raro, incómodo y muchas veces tenso. ME-O instaló la mecánica del e-mail. Nada se conversaba en persona, era una pérdida de tiempo para él, además de esa forma quedaba constancia de todo, hasta del más mínimo detalle.

Uno de ellos recuerda que, entrar de improviso a su oficina -aún tocando la puerta- era “lo peor que se te podía ocurrir, para él era una falta de respeto tremenda y eso que en esa época tenía veintitantos años no más.”

Mobbing y pelambre

Cristian Warner, quien ahora es pieza fundamental de la campaña, era su mano derecha en la productora. Según los ex miembros de Rivas, se vivía una especie de reality show, porque todas las semanas alguien salía.

[cita]Una de las productoras de arte que pasó por la filmación de la serie “La Vida es una Lotería” llevó a ME-O hasta la Inspección del Trabajo en 2003, para que le pagaran lo que le debían en la productora “después de haber sido despedida como una basura y haber hecho crecer sus bodegas”[/cita]

“Marco veía a quién le hacía la vida imposible, hasta lograr que se fuera por su cuenta y si no le resultaba, lo echaban”, afirma uno de los testigos que dejó la productora a poco andar. Esto consistía en pedir más de una vez el mismo trabajo –aunque estuviera bueno- o exigir imposibles; era un hostigamiento constante. «Ellos tenían la volada de nosotros podemos hacer lo que queramos”, asegura otro profesional que laboró ahí.

Un ex camarógrafo de la productora cuenta que Enríquez vivía en función del “pelambre”. Cada vez que alguien salía de su oficina “Marco decía inmediatamente algo malo de esa persona”. Y eso era tema para los miembros de la productora: “Nunca sabíamos si creerle o no lo que nos decía, pero de lo único que podíamos estar seguros, era de que Marco nos iba a pelar en cualquier momento”, indica el mismo ex Rivas & Rivas.

Mucha labia

Otro hecho que recuerdan, era que siempre había mujeres dando vueltas alrededor de Marco. Que tenía el don de la palabra y que era un tipo muy seductor, tanto con hombres como con mujeres: “Cuando tu conversas con él, es  muy simpático, tiene mucha labia”, reconocen varios entrevistados.

Con el mismo look de siempre, pantalón de tela y camisas -jamás se le vio con polera-, este recuerda que Marco se ponía metas del tipo “cuántas minas me agarro este mes”. Decía, por ejemplo, “me voy a comer a la Juanita en dos semanas”, apostaba y cumplía. Y cuando se aburría de ellas, siempre terminaban en llanto y escándalos por los pasillos de la productora, “porque las minas se enamoraban. Caían hasta las que se veían más inteligentes. Yo creo que él tenía un magnetismo más o menos potente”, afirma el mismo ex Rivas.

Una de las productoras de arte que pasó por la filmación de la serie “La Vida es una Lotería” llevó a ME-O hasta la Inspección del Trabajo en 2003, para que le pagaran lo que le debían en la productora “después de haber sido despedida como una basura y haber hecho crecer sus bodegas”, alega. La inspección falló a su favor. Ella recuerda este episodio como el peor de todos, porque tenía 23 años y poca experiencia laboral. «Pero efectué todos los pasos legales y no me dejé pasar a llevar”, cuenta.

Trabajólico y arrogante

Marco era visto como un arrogante y egocéntrico en esa época. Sin embargo, todos reconocen su capacidad de trabajo. “Marco tiene algo que yo admiro y es que nunca exige menos de lo que puede dar, y lo que él da es impresionante, imposible de alcanzar”, afirma Patricio Mery, amigo y pieza fundamental en el comienzo de la campaña presidencial.

Hasta el día de hoy mantiene esa misma forma de trabajo. Envía el último mail a las 2 a.m y a las 7 a.m, manda el primero. Marco casi no duerme. Es trabajólico y perfeccionista, revisa todo más de una vez. No tiene protocolo para las reuniones, si es que son necesarias. Y si el único momento para hacerlas es a las 3 a.m., las hace.

Su forma de trabajo era poco entendida por los demás, tenía una imagen de déspota. Se sentían explotados, que trabajaban demasiado por un sueldo casi miserable.

Manuela Gumucio, quien también se ha desempeñado en ese ámbito, asegura que a las productoras no les va bien. “Su pega es hacerle el trabajo sucio a los canales”. Ella lamentó mucho cuando Marco quiso meterse en este mundo: “Uno trabaja con unos costos enormes y un presupuesto miserable. Por lo que te obliga a pagar poco”. Recuerda haberle dicho a su hijo que no siguiera en el rubro, porque en el fondo su equipo lo terminaría odiando. “Marco lo estaba pasando muy mal en la productora, tenía que vivir en grandes conflictos con su equipo, porque tenía que jugar el rol de verdugo”.

Muchos de los que vivieron la experiencia de trabajar en la productora creen que “es  ilógico que alguien vaya a votar por él para Presidente, siendo que como jefe, fue un déspota”.

Pero ME-O terminó una etapa de su vida en el mundo audiovisual, pese a que podría haber llegado lejos en la industria, pues su productora logró éxitos notables en dicho mercado, como fue la venta de “La Vida es una Lotería” en lugares tan disímiles como Sudamérica y Rusia. Pero entonces decide participar activamente en política presentándose como diputado por el PS en la elecciones de 2005. Un salto a un mundo completamente diferente al que vivía, pero como aseguran sus cercanos “él se pone desafíos y va hacia ellos. Para él esto era algo que tenía que hacer, Marco nació politizado”.

El mismo ME-O habló de ese cambio de switch al poco de asumir como honorable: “Me parecía que había que cambiar las reglas del juego, que era demasiado fácil mi participación respecto al debate. Opinaba y opinaba, me agoté de ser inimputable”, dijo a Revista Ercilla en junio de 2006, en un artículo titulado “El más polémico de los diputados”.

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