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La semana negra del ministro Larroulet

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Voto de chilenos en el extranjero y adelantamiento de la fecha de las elecciones fueron rechazados en el Parlamento. Una batalla política más si no fuera porque evidenciaron un pésimo clima entre el oficialismo y la Concertación que hace prever que proyectos sociales que La Moneda quería mostrar como éxitos en su cuenta del 21 de Mayo, probablemente naufraguen.


El pasado 3 de mayo fue bautizado por la Concertación como “el martes negro de Larroulet”, aludiendo a que en un mismo día, el titular de la Segpres debió enfrentar la caída de dos proyectos políticos de cuya aprobación el gobierno esperaba dar cuenta en el Mensaje Presidencial, el próximo 21 de mayo: el voto de los chilenos en el extranjero y el cambio de la fecha de las elecciones presidenciales. Eso no fue posible, porque la oposición no dio sus votos para ninguna de las iniciativas. A partir de ahí, todo indica que el oficialismo optó por salvar esta derrota con una dura estrategia comunicacional, según la cual pretenden “marcar el punto de quién es quién y que es la oposición la que rehúye y obstruye la aprobación de los proyectos”, algo así como “sacarlos al pizarrón”. Lejos de lo que La Moneda hubiera esperado, el ambiente está cada día más caldeado en el mundo político.

Por lo pronto, el oficialismo se niega a admitir la supuesta derrota de Cristián Larroulet. Nadie, ni en broma, se atreve a reconocer que la “muñeca” del titular de la Segpres pudiera estar un poco oxidada. Pese a que la molestia del ministro luego de ambas votaciones era más que evidente.  Por el contrario, aseguran que el rechazo de ambas iniciativas le juega en contra a la oposición, ya que “cuando ellos insisten en rechazar nos conviene a nosotros”, según afirma un senador gremialista, el mismo que advierte que su sector sabía que la Concertación iba a rechazar el proyecto que le daba el voto a los chilenos en el extranjero y que, por lo mismo, “la tiramos”. Aunque parece un contrasentido, pues resulta extraño que el gobierno se haya arriesgado a poner en votación un proyecto emblemático sabiendo que no tenía los votos para aprobarlo, desde La Moneda afirman que lo que se pretendió fue dejar a la Concertación en evidencia.

Por otro lado, las semanas previas a la votación, Larroulet transmitía optimismo respecto al resultado, porque –según explican en el gobierno- informalmente algunos senadores de oposición le habían ratificado “lo razonable” del polémico vínculo para poder votar que el oficialismo impone a los chilenos que viven en el exterior. Y siempre hubo algunos que se mostraron reacios a aprobarla, “pero no eran todos”, advierten desde La Moneda. De hecho, aunque no lo creen todavía, en el gobierno quedaron de una pieza al constatar que la oposición se unió en esta oportunidad para provocarles una importante derrota.

Si bien nadie va a reconocer el error y, como pocas veces, el oficialismo se coordinó rápidamente para sacarle partido político, la semana quedó marcada en el calendario. Porque se inició una verdadera guerra comunicacional de la que el gobierno ha calculado salir ganadora, aún cuando la oposición insista y reafirme su postura de no aprobarle a Piñera los proyectos clave para el 21 de mayo. La molestia de la derecha quedó claramente graficada con las palabras de la vocera Ena von Baer que se sumó a la críticas a la oposición señalando que “la Concertación tuvo su día de furia ayer (el martes), que lo rechazó todo y con eso notificó al país que está dispuesta a darle un portazo a proyectos tan importantes como el voto de los chilenos en el extranjero y el adelanto de las elecciones”.

[cita]Nadie, ni en broma, se atreve a reconocer que la “muñeca” del titular de la Segpres pudiera estar un poco oxidada. Pese a que la molestia del ministro luego de ambas votaciones era más que evidente.  Por el contrario, aseguran que el rechazo de ambas iniciativas le juega en contra a la oposición, ya que “cuando ellos insisten en rechazar nos conviene a nosotros”, según afirma un senador gremialista.[/cita]

Poco efecto causaron sus palabras en la oposición. Allí insisten en que no están disponibles para aprobar cualquier cosa. Por ejemplo, sostienen que desde hace al menos un mes notificaron al gobierno que no había disposición para aprobar el polémico proyecto que establece el voto de los chilenos en el extranjero, porque estiman que la iniciativa oficialista “es discriminatoria y atenta contra el principio de igualdad ante la ley”, según recalcó la senadora DC Soledad Alvear. En tanto, su par del PS Camilo Escalona añadió que el proyecto es “anacrónico, elitista y oligárquico”, pues establece que el derecho a sufragio sólo podrán ejercerlo quienes aún mantengan un vínculo con Chile. Según explican fuentes de La Moneda esto se concretaría con el sólo hecho de que los chilenos que tengan interés en participar en el proceso eleccionario hayan viajado una vez a Chile en cinco años.

Un elemento que según la Concertación no estuvo considerado en el discurso del actual Presidente de la República, Sebastián Piñera, durante la campaña. Tanto es así que, según recuerdan, en enero del 2010 la Alianza votó favorablemente el proyecto de inscripción automática, voto voluntario y voto de los chilenos en el extranjero, sin vínculo, de la ex Presidenta Michelle Bachelet, incluso –dijo Soledad Alvear- se alcanzaron a analizar 23 indicaciones pero después de la segunda vuelta, la iniciativa se estancó. ¿Qué pasó entre la primera y la segunda vuelta, qué cambió para que el proyecto no continuara su tramitación? Se preguntó la parlamentaria falangista. En este contexto, la senadora PS Isabel Allende acusó a la derecha de ser la responsable de que nuestra legislatura no contemple el voto de los chilenos en el exterior. Ello, porque se negaron a apoyar esta idea en reiteradas ocasiones desde el año 1991, cuando se presentó la primera iniciativa en esta línea.

“No vamos a actuar bajo chantaje”

De este modo los dimes y diretes entre el oficialismo y la Concertación han ido subiendo de tono paulatinamente. Al punto que el proyecto que establece el cambio de la fecha de las elecciones presidenciales, de tal manera que la segunda vuelta se pueda realizar en diciembre y no en enero como es habitual, y que se suponía sería aprobado en la Cámara de Diputados también se cayó sorpresivamente. Fuentes de gobierno afirman que hasta última hora la iniciativa se daba por aprobada y que desde la Concertación se les había asegurado que no habría problema alguno.

Es por ello que el rechazo cayó como balde de agua fría entre el oficialismo y molestó sobremanera al ministro Cristián Larroulet, dicen en el gobierno, pues estimaba que esta votación era un mero trámite. ¿Qué cambió el escenario? Aunque en la oposición lo niegan, en la derecha especulan que lo sucedido se debe a que en la Concertación se habrían resentido debido a que la Alianza se adelantó en presentar y aprobar la comisión investigadora por el caso Kodama. Misma que analizará eventuales irregularidades en el Ministerio de Vivienda desde el año 2006.

Mientras tanto en el oficialismo reconocen que están trabajando a toda máquina para que Piñera pueda entregar la mayor cantidad de proyectos aprobados en la cuenta del 21 de mayo y que la posición de la Concertación está bloqueando ese objetivo. Por lo que no dudarán en dejar en evidencia a la oposición ante la ciudadanía, a través de una fuerte estrategia comunicacional que ya comenzó. Aunque estos últimos están concientes de la “movida” del gobierno insisten en que votarán a favor sólo aquellos proyectos en los que estén convencidos y que aunque “sabemos que el gobierno y la derecha tienen todos los medios a su favor, no vamos a actuar bajo chantaje”.

Tanto es así, que ya pusieron en duda la aprobación de los proyectos sociales de post natal y la eliminación focalizada del 7 por ciento en salud para los jubilados. Pues estiman que “la letra chica” de ambas iniciativas impiden que los beneficios lleguen a un número significativos de personas. Lo que podría echar por tierra la aspiración de Piñera de dar por cumplidas ambas promesas electorales.

En este sentido, el senador DC Jorge Pizarro hizo una dura advertencia que “el Presidente no nos puede exigir que le aprobemos los proyectos malos, engañosos, que traen letra chica. No nos puede exigir que se los aprobemos porque a él se le ocurrió, necesitamos el tiempo necesario para corregirlos y mejorarlos y si insiste nos va a obligar a votar en consecuencia (…) porque son casi un millón de jubilados los que no van a tener derecho al beneficio”. Lo propio hizo en materia de post natal: “si el Presidente quiere que le apoyemos el post natal, es muy fácil, basta que envíe las indicaciones para terminar con la discriminación para que sea realmente un beneficio y llegue a todas las mujeres”.

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