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La cuestionada fórmula electoral con la que Arturo Martínez controla la CUT

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Según una serie de actas oficiales recibidas por El Mostrador, los resultados de las elecciones de la directiva 2008-2012 fueron modificados arbitrariamente por el Colegio Electoral de la organización, provocando que resultaran electos algunos dirigentes que no obtuvieron votos y viceversa. Con todo, el apoyo al presidente de la multisindical sigue intacto en su partido, el PS.


En la CUT no existe la elección directa de autoridades bajo la consabida fórmula una persona, un voto. En cambio, los sufragios tienen una ponderación distinta, que resulta de la división del número de asociados de una organización, por el número de dirigentes de la misma.

Por ejemplo, el Fetrepolar, el sindicato de trabajadores interempresas de La Polar, tiene 450 socios y 3 dirigentes, lo que significa que cada sufragio equivale a 151 votos. Por eso, las planillas con escrutinios aparecen con resultados que consignan miles de votos en algunas listas.

Teniendo en cuenta este detalle esencial, se puede entender la fórmula que usó el Colegio Electoral para calcular las ponderaciones de los votos, y con esto, los dirigentes que finalmente fueron electos. Esta instancia dentro de la CUT la preside Sergio Vergara y la integran otras 15 personas.

Chiloé y Angol, las mesas emblemáticas

El  Mostrador tuvo acceso a las actas que la CUT envió a los apoderados de cada una de las siete listas que participaron así como a los resultados oficiales que fueron enviados a la Dirección del Trabajo (DT), y también a las actas con los escrutinios que fueron hechos por los delegados en cada provincia. Entre todas existen notorias discrepancias.

En el acta que la CUT envía el 22 de septiembre de 2008 a la DT, aparece que hay 712.317,49 votos emitidos. En este caso, el acta en papel coincide con el resultado que el Colegio Electoral mandó a los apoderados de cada lista en forma de planilla Excel.

Donde ocurre un serio desfase es al observar algunas de las actas manuscritas hechas en las 47 mesas de cada región durante los días de votación, comparándolas  con  las cifras que aparecen en el Excel oficial. Las actas manuscritas fueron remitidas al Tribunal Electoral en el marco de una demanda por fraude que algunos sindicalistas presentaron contra la CUT en 2008.

[cita]En esta mesa analizada en detalle, la diferencia de votos entre un acta y otra es notoria. María Rozas, según la manuscrita, aparece con 115,67 votos. Pero en el acta final del Colegio Electoral se le consignan 847,5 votos. Arturo Martínez también registra diferencias en las dos actas. En la firmada por los integrantes de la mesa tiene 1.596,39, pero en la planilla final aparece con 2.400 votos. Mientras Cristián Cuevas  registra 151,65 y en el Excel final aparece sin votos contabilizados, es decir, 0 preferencias.[/cita]

Y es comparando estas actas con la planilla oficial, donde se encuentran las discrepancias. En Chiloé, por ejemplo, votaron 64 dirigentes, el 57% de los 112 que estaban habilitados para sufragar. Según la ponderación establecida por el Colegio Electoral de la Central estos sufragios equivalieron  a poco más de 2.000 votos, que se multiplican por las dos preferencias que cada votante puede marcar.

En Chiloé, según el acta surgida desde la mesa de sufragio, los votos válidos suman un total  ponderado de 4.600, 93 votos. Pero según los resultados oficiales, hubo 14.025, 39, incluyendo blancos y nulos. Según esta planilla, que la CUT envió a los apoderados de cada lista, Arturo Martínez obtuvo 2.400 votos. Guillermo Scherping, folclorista y cantante habitual de la Piedra Feliz (restaurante porteño del mismo dueño del Zamba y Canuta), registra 3.100 votos pero en la planilla remitida al tribunal, hecha el día de la elección tiene 0 votos.

En esta mesa analizada en detalle, la diferencia de votos entre un acta y otra es notoria. María Rozas, según la manuscrita, aparece con 115,67 votos. Pero en el acta final del Colegio Electoral se le consignan 847,5 votos.

Arturo Martínez también registra diferencias en las dos actas. En la firmada por los integrantes de la mesa tiene 1.596,39, pero en la planilla final aparece con 2.400 votos. Mientras Cristián Cuevas  registra 151,65 y en el Excel final aparece sin votos contabilizados, es decir, 0 preferencias.

En la mesa 31 de Angol hubo 37 votantes. En el juicio por supuesto fraude un testigo reconoce que por error no aplicaron la ponderación requerida según el reglamento. Por eso “en el espíritu de buscar una solución salomónica al problema, el Colegio Electoral, lo que hizo fue sumar la cantidad de socios de las organizaciones, dividirlas por la cantidad de dirigentes y se colocó un ponderado a todos por igual”, según declaró el testigo Eladio Vallejo.

Siguiendo esta lógica, en el acta manuscrita emitida por la mesa 31 correspondiente a Angol, aparecen 5.300,62 votos emitidos. Pero si se suman la cantidad de votos consignadas en la planilla Excel, que corresponden a las cifras oficiales del Colegio Electoral, la cantidad de votos aumenta considerablemente, alcanzando un total de 16.685 votos.

Continuando con una revisión detallada de las cifras que el Colegio Electoral envía como oficiales, se puede colegir que los votos en Angol se repartieron de la siguiente forma: la lista de Arturo Martínez se lleva 7.979 votos, la de Jaime Gajardo 5.9707,5;  y la de María Rozas 3.095. Es decir, las tres listas suman más de los electores totales consignados por el acta de la mesa.

Como se escogió el Colegio electoral

En Chañaral ocurre algo similar. Mientras el acta manuscrita consigna un total de 5.000 votos aproximadamente, el acta del Colegio Electoral registra 9.199,97 votos escrutados.

Toda esta máquina electoral para imponerse en las elecciones de Agosto de 2008 habría comenzado en abril de ese año. Según  testimonios de los testigos citados en el contexto de la demanda por fraude electoral, en el Congreso de la Central en abril de 2008 se habría decidido delegar la facultad de elegir el Colegio Electoral, a través de lo que se denomina un “voto político”  para que el ejecutivo de la CUT lo hiciera en otro momento, fuera del Congreso, que es la instancia donde según los estatutos, debe hacerse.

Pero según un mail fechado el 30 de mayo de 2008 al que tuvo acceso El Mostrador, y donde se detallan las decisiones del Congreso, enviada a los afiliados a lo largo del país, no aparece nada respecto a la formación del Colegio Electoral. Sí se registra esta decisión en un documento posterior, remitido al tribunal que revisó la demanda. Lo que según los demandantes constituiría perjurio, pues está firmado por Jaime Gajardo y Arturo Martínez, Secretario General y Presidente de la CUT respectivamente.

Discrepancias similares pero en distinta escala pudieron ser advertidas en un total de 14 mesas a lo largo del país.

El apoyo del PS

Es la Dirección del Trabajo (DT) la que recibe los resultados de la elección en la CUT y los archiva. Pero por ley, aunque ella proporciona los ministros de fe que certifican los resultados en cada mesa, no está facultada para revisar o inmiscuirse en las actas.

Según Patricia Silva (PS), directora del Trabajo en época de las elecciones,  “la DT no controla ni es responsable de los resultados de las elecciones sindicales, ni de organizaciones superiores de ninguna especie, debiendo depositar en sus registros las actas finales que le entregan las respectivas organizaciones señalando los nombres y cargos de los dirigentes electos, de acuerdo a lo establecido en los propios estatutos de las organizaciones. Las controversias internas de las organizaciones no pueden ser resueltas por la Dirección, sino que por los tribunales de justicia, en este caso el Tribunal Electoral”.

Ello efectivamente ocurrió y la sentencia, conocida el 13 de mayo, fue favorable a la CUT, es decir, se desechó la impugnación.

En un  fallo bastante ambiguo, el tribunal reconoce que hubo una infracción a los estatutos de la Central al elegir el Colegio Electoral, instancia que finalmente valida las elecciones. Pero que esta infracción no es suficiente como para quebrar la normalidad del proceso eleccionario, pues no se habría alterado de manera sustantiva ni la existencia del gremio o “los resultados generales de la elección”. Por lo tanto, dejó las cosas como estaban.

La CUT tiene programado un Consejo Nacional Ampliado para este viernes y sábado, donde están convocados unos 500 dirigentes. En teoría, y teniendo estos antecedentes en cuenta, podrían tomarse decisiones respecto al menos de la legitimidad de la directiva que encabeza Martínez. Pero, teniendo en cuenta el control de las cúpulas partidarias en la Central “no va a pasar nada. Todos sabemos que la CUT ha estado ausente de la efervescencia social que está viviendo en el país actualmente, y aunque compartimos la preocupación por este hecho, en la cúpula del partido Martínez aún tiene apoyo. Nada indica que eso vaya a cambiar porque la mayoría prefiere conservar su parcela de poder”, comenta un senador de la tienda que encabeza el diputado Osvaldo Andrade.

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