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El amigo de Piñera en el directorio de La Polar

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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No pudo haber una elección que aliviara más a La Moneda. Reconocido por su buen manejo de crisis, el ejecutivo es además admirador confeso del Presidente y lo conoce desde el pasado de ambos en el Verbo Divino. Por eso, en el Gobierno hay confianza de que el escándalo de la multitienda está bajo control, al punto de que lo hicieron cambiar de opinión cuando dijo que La Polar no devolvería el dinero a los afectados.


Un millón de clientes, la mitad probablemente estafados por malas prácticas de la empresa. Dinero de los cotizantes en las AFP cayendo al mismo tiempo que las acciones de la compañía y 9 mil personas que podrían quedar sin trabajo si La Polar se declarara en quiebra.

Puede haber alguna razón que falte. Pero con estas, en La Moneda -desde que estalló el escándalo el 6 de junio-, se dieron cuenta que el caso de la multitienda puede transformarse en un problema político de larga indigestión.

Por eso, es un alivio que hace dos semanas Cesar Barros (61) haya decidido entrar como presidente del directorio y desde ahí desenredar el lío. En Barros, el Gobierno, particularmente Sebastián Piñera, puede encontrar un aliado. Compañero de colegio en el Verbo Divino, de esos que conocen cómo piensa el Presidente, su carácter y humor diferente.

Como cuando Barros fue testigo de una reunión de curso, en la que un compañero agradeció en público el apoyo del resto, durante los “altos y bajos” que había tenido en su vida. Piñera quiso soslayar la solemnidad interrumpiendo con una broma “¿Fuiste ascensorista?”,dijo, provocando un silencio incómodo entre los presentes.

El fan del Presidente

César Barros, agrónomo y doctor en Economía de Stanford, tampoco lo hace mal con las frases provocadoras. Hasta antes de entrar a La Polar, encabezó el gremio de las salmoneras, que sufrió el desprestigio mundial a través de un reportaje muy crítico en el New York Times en 2008 por el manejo que la industria estaba haciendo del virus ISA. Y también desde el gobierno, por los despidos masivos en el sector.

Barros respondió que si no fuera por las salmoneras “Puerto Montt todavía sería Muerto Montt, capital de la Pésima Región”.

Dijo en una entrevista que Ricardo Lagos y Pinochet estaban unidos por “ese deseo irrefrenable de seguir tirando de los hilos de la marioneta hasta que ya no pueden más”, y con Bachelet se enfrentó cuando la ex presidenta disparó contra las salmoneras en medio del terremoto en Aysén en 2007. Hasta que hicieron las paces en una comida de la Sociedad Nacional de Agricultura, de la que es consejero. Barros le regaló una manta de Doñihue.

[cita]Ya con el gobierno electo, Barros describió a Piñera afirmando que “el presidente electo es además un hombre impaciente, estricto y estudioso. (…) los que quieran ser ministros, subsecretarios o intendentes, prepárense para una aventura de muchísima adrenalina, poco sueño, y ningún fin de semana” escribió en enero de 2010.[/cita]

Pero durante la última campaña presidencial, César Barros demostró que no sólo conoce a Piñera, sino además lo admira. En las columnas que habitualmente escribe en Que Pasa y La Tercera, primero lo defendió de los ataques desde la Concertación por ser empresario: “Tratar de excluir a los empresarios de la política es la versión moderna del ‘momio ladrón, al paredón’. Suena más elegante, por cierto, decir que ‘en los EE.UU. no podría seguir en carrera’ o que ‘la política y los negocios son incompatibles’, lo cual no les impide, a casi todos los ‘progresistas’, aceptar directorios empresariales cuando entran en la cesantía política”, escribió en marzo de 2009.

En esa misma columna dijo que quienes trataban de involucrar a Piñera en la colusión de las farmacias por tener acciones en Fasa, le debían una explicación: “Si al candidato de la Alianza lo quieren crucificar por su 2% en Fasa, ¿a cuántos debiéramos crucificar por tener hasta un 2% de participación profesional, política o moral, en el Transantiago o en EFE?”

Ya con el gobierno electo, Barros describió a Piñera afirmando que “el presidente electo es además un hombre impaciente, estricto y estudioso. (…) los que quieran ser ministros, subsecretarios o intendentes, prepárense para una aventura de muchísima adrenalina, poco sueño, y ningún fin de semana” escribió en enero de 2010. Más tarde, en abril afirmó que “no habrá ‘superministro’ de nada. Ya lo estamos viendo: Piñera sabe tanto o más de economía que cualquiera de sus ministros: no es Bachelet en brazos de Velasco, Frei en los de Aninat o Aylwin en los de Foxley”.

Colaborando en el “control de daños”

Como buen amigo, en La Moneda saben que a César Barros pueden decirle claramente cuando está actuando mal. Así pasó cuando desde la presidencia de La Polar, dijo que la empresa no devolvería el dinero a los afectados, sino que compensaría con tarjetas para comprar en la misma tienda y por un monto irrisorio. Un día después, el propio Barros echó marcha atrás y dijo que sí devolverían la plata a las personas que pagaron las deudas repactadas de manera unilateral por la empresa.

Obviamente no fue Piñera quién se lo pidió en público, pero si su hombre de confianza, Rodrigo Hinzpeter, quien como pocas veces se metió en un tema que es más de la agenda a cargo de los ministros de Hacienda o Economía.

Y Barros lo entendió. Sus amigos le reconocen un gran sentido común para detectar lo que está ocurriendo en el país, talento que lo ha convertido en uno de los columnistas favoritos entre los empresarios.
La política partidista tampoco le es ajena. En los ’70 tuvo una pasada por Patria y Libertad, a instancias de Jaime Guzmán. Su hermano Ramón es diputado de la UDI. Por eso, está plenamente consciente del recelo que provoca Piñera en algunos cuadros del gremialismo y no será él quien colabore a ponerle más piedras en el camino al gobierno.

Viejo conocido de Saieh

Si el escándalo de La Polar termina mal, podría pasarle algo similar a lo que le ocurrió en Argentina, donde entró como gerente del Banco Trasandino en 1994. La institución era un emprendimiento de un grupo encabezado por el ex ministro de Hacienda de Pinochet, Sergio de Castro, conocido de Barros desde que en los ’80 entró como director del Banco Central.

Según su versión, el banco estaba absolutamente quebrado, aunque el Central argentino decía lo contrario. Lo cierto es que Barros aparece en la causa judicial que rodeó el cierre de la entidad.

Por último, Piñera no es la única persona a la que César Barros da tranquilidad. También está Álvaro Saieh, el dueño de Copesa, donde el agrónomo escribe habitualmente y que entró a La Polar comprando un 10% de las acciones. “Somos viejos conocidos”, dijo en una entrevista el fin de semana en La Tercera.

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