El Presidente apareció para acercar posiciones en un sector en el que sólo aumentaban los descontentos. Hay quienes analizan este arribo como parte de la conducción tradicional del Mandatario y también de su carácter. Sin embargo, otros actores apuntan a la debilitada figura de Joaquín Lavín y un liderazgo que se desinfló en el camino.
Después de semanas de conflicto, el martes pasado el anuncio que el Presidente Sebastián Piñera hizo en cadena nacional sacó la primera sonrisa de los rectores. Un punto a favor de las autoridades universitarias que conseguían aportes basales, una superintendencia y mayores ayudas estudiantiles, entre ellas la reducción de la tasa de interés del Crédito con Aval del Estado.
Pero mientras ellos conseguían un punto a favor, el ministro de Educación Joaquín Lavín ganaba uno en contra. Por televisión, frente a todo el país, la figura de Sebastián Piñera se levantaba como una imagen facilitadora para destrabar el conflicto y dejaba al titular de Educación en la banca.
El anuncio sería el avance de lo que finalmente se concretaría el lunes en la tarde en La Moneda, hasta donde llegaron los rectores para definir detalles del Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE).
Las protestas estudiantiles han sido un factor clave en la baja aprobación que mantiene el Gobierno (31%) y la solución de este conflicto se ve, desde La Moneda, como “fundamental”, para revertir la desfavorable situación. Por eso, no es de extrañar que el Presidente haya tomado el asunto en sus manos y hoy aparezca liderando las conversaciones con los rectores. Aunque existen diferentes versiones sobre por qué asumió este liderazgo, todos coinciden en que para Piñera “la educación es un tema vital para su Gobierno”.
“Como a Lavín no le fue bien en la primera etapa del conflicto, el Presidente quiso tomarlo personalmente y asegurarse de que saliera bien”, asegura un senador oficialista. Agregando que no le sorprende la táctica, porque “el Presidente siempre ve todos los temas… ¿Cuándo no lo ha hecho? Lo que pasa es que algunas veces lo hace más visible”, aunque la personalidad de Piñera pesa y su “omnipresencia” en el Gobierno es conocida por todos.
[cita]Un analista político asegura que este “cambio de mando” frente a la crisis estudiantil, tiene que ver con una reacción a los malos resultados obtenidos por el gobierno en las encuestas. “El Presidente tomó el tema de educación y hoy dirige las negociaciones… él sale a solucionar el conflicto y así logra potenciar su imagen sobre la capacidad de manejar crisis”.[/cita]
Un analista político asegura que este “cambio de mando” frente a la crisis estudiantil, tiene que ver con una reacción a los malos resultados obtenidos por el gobierno en las encuestas. “El Presidente tomó el tema de educación y hoy dirige las negociaciones… él sale a solucionar el conflicto y así logra potenciar su imagen sobre la capacidad de manejar crisis”.
Sin embargo, desde La Moneda explican que el resultado principal que se buscaba con el liderazgo de Piñera, era que se solucionara el conflicto y que el aumento en la percepción sobre la capacidad del manejo de crisis, “viene por añadidura”. Al mismo tiempo, esta fuente asegura que no es la primera vez que Piñera le quita de las manos un tema a uno de sus ministros y recuerda que la primera reforma política que hizo el Gobierno –la reforma constitucional que adelanta la fecha de las elecciones presidenciales y parlamentarias– la promulgó el Presidente y no Cristián Larroulet.
Para algunas autoridades al interior del Consejo de Rectores (Cruch), la irrupción de Piñera tiene que ver sin duda con lo errático que fue Lavín para enfrentar el conflicto. “El que se supiera por televisión, en noviembre pasado, que iba a ver una reforma nos golpeó y eso ya generó una brecha con Lavín”, señala una fuente cercana a Cruch.
En la misma línea, un rector señala que también se estableció una distancia insalvable después del programa Tolerancia Cero, donde el mes pasado Lavín dijo no haber perdido plata en su paso por la Universidad del Desarrollo, institución que fundó y que también genera un abismo con los dirigentes universitarios, que no lo reconocen como interlocutor por el sólo hecho de haber participado en un “negocio que lucró” con la educación. “Con su confesión en Chilevisión se autopropinó un golpe que lo debilitó y estuvo solo varios días antes de recibir apoyo político. La reforma quedó sin conducción, las protestas quedaron sin interlocutor y el diálogo con los rectores se debilitó hasta el día de hoy, entonces no era viable que Lavín anunciara el sentido más fino de la reforma. Además, mientras él negoció la Superintendencia y los aportes basales estaban vetados”, cuenta un rector.
A pesar de la fuerza con que Piñera ha tomado en sus manos el tema, desde La Moneda aseguran que Lavín “no ha quedado fuera” y que al igual que con Larroulet, “el Presidente intervino, pero después va a dejar que el ministro de Educación continúe liderando la crisis. Si se soluciona el conflicto, ambos van a salir fortalecidos”.
Otro rector comenta que no le impresiona la entrada de Piñera en el conflicto, más que nada porque las decisiones más importantes le correspondían al Presidente, aunque sí hace una crítica. “Él podría haber arriesgado más, mucho más, pero no lo hizo y a veces una autoridad tiene que correr riesgos”, comenta.
Pese a que las conversaciones avanzan con los rectores, no sucede lo mismo con los universitarios. Y si bien en algún momento se planteó por la prensa que los rectores fueran un puente entre los jóvenes y el Gobierno, este eslabón, uno de los más importantes, está aún sin solución. “El Consejo de Rectores no es un intermediario y nosotros como estudiantes hoy día hemos tenido un punto de convergencia, pero ellos no son nuestros interlocutores”, señaló Patricio Contreras, presidente de la Universidad de Los Lagos. Por esto mismo seguirán movilizados y mantienen en pie el Paro Nacional convocado para mañana 14 de julio.
