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Las sospechas que amenazan la paz armada de la Concertación

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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La iniciativa que, de aprobarse, le podría dar frescura al avejentado padrón electoral chileno, no parece que vaya a ver la luz muy pronto. Eso preocupa a un sector de la coalición opositora que presume que desde su propio sector hay quienes no tienen interés en aprobarla. Ello, porque le introduciría, entre otras cosas, un alto grado de incertidumbre a los próximos comicios. Algo que los grupos más conservadores del pacto no querrían tener que enfrentar.


El retraso en la tramitación de la iniciativa sobre inscripción automática está provocando todo tipo de especulaciones, además de la obvia –sobre que al oficialismo no le interesa avanzar en este tema-, ya que incluso en la oposición se están empezando a mirar con cierto grado de suspicacia. Ello, porque existe un nada despreciable grupo de la Concertación que no se atreve a descartar derechamente que haya, en su propio sector, quienes nunca han aspirado a implementar en Chile el mecanismo, porque “prefieren la seguridad que les da el actual padrón”. La aprensión que ronda en el ambiente concertacionista es que los políticos más antiguos, representados en el Congreso, calculan que resultarían perjudicados con el ingreso de un número significativo de nuevos votantes a la nómina electoral. Y que la inmovilidad los favorece, permitiéndoles la reelección.

Un sector de la oposición estima que desde sus propias filas no se está poniendo suficiente empeño en presionar al gobierno para que le ponga velocidad a la tramitación del proyecto de voto voluntario. Según observan quienes están más molestos en la Concertación, el argumento del gobierno acerca de que constantemente le ha renovado la urgencia a la iniciativa, sólo da cuenta de su intención de “bicicletearlo”, ya que nunca se le puesto un “deadline” para su aprobación. Aunque reconocen que la mayor parte de la responsabilidad por los retrasos se radica en el Ejecutivo, en lo que se incluye el hecho de que se haya ingresado un nuevo proyecto en vez de avanzar en el que se tramitada desde el gobierno anterior, también se lamentan de que desde el mundo opositor “tampoco ha habido mucha tinca”.

Pacto transversal

En los pasillos del Congreso se comenta que “existe un pacto transversal, no explícito de retardar la tramitación del proyecto”, aludiendo al hecho de que tanto en sectores de la oposición como de la derecha estarían coludidos para obstaculizar la tramitación de la iniciativa que, de ser aprobada, permitiría el ingreso de unos cinco millones de nuevos electores al padrón. Lo que le preocupa particularmente a los parlamentarios más jóvenes que aspiran a pasar desde la Cámara de Diputados al Senado. Y que ven que de no renovarse el padrón se les hará casi imposible la competencia con quienes pretenden relevar. Porque tal como están las cosas, el sistema binominal imposibilita un cambio radical en la correlación de fuerzas.

La sospecha se asienta en que la reforma constitucional que establece la inscripción automática se aprobó el año 2010 y desde ahí la iniciativa no ha pasado del primer trámite constitucional en la comisión unida de Constitución y Gobierno, en la Cámara Alta. Ante este escenario, un legislador sostiene molesto que “no hay nada que justifique que no haya avanzado más la tramitación” y acusa que “no ha habido voluntad política transversal para que avance más rápido y eso es porque se le tiene pavor al ingreso de los jóvenes al padrón. Sobre todo ahora con la efervescencia social que se ha generado con las movilizaciones de los estudiantes”.

“Fuerzas conservadoras y retrógradas”

Por su parte, el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) no descarta que la tesis, de que incluso desde la Concertación no hay ánimo real de implementar la inscripción automática, tenga asidero real. Ello, porque según dice “no me cabe ninguna duda de que aquí podemos terminar con un entendimiento implícito y transversal de no avanzar en esta materia”, ya que, a su juicio, existen “fuerzas conservadoras y retrógradas” dentro del pacto opositor, que no ven con buenos ojos el crecimiento del padrón electoral.

[cita]Según Ricardo Lagos Weber existen “fuerzas conservadoras y retrógradas” dentro de la Concertación que no ven con buenos ojos el crecimiento del padrón electoral. Además, para resulta “incomprensible que el gobierno y el Servel aparezcan con el pastel de que no es posible técnicamente la inscripción automática”.[/cita]

De hecho, para el senador resulta “incomprensible que a estas alturas el gobierno y el Servel aparezcan con tremendo pastel de que no es posible técnicamente la inscripción automática. Cuando hace años Juan Ignacio García había asegurado que Chile estaba preparado tecnológicamente para implementarla”.  Lo que genera mayor suspicacia de parte del parlamentario es el hecho de que “las empresas del retail, supermercados y bancos saben la dirección de cada uno de nosotros”, mientras que los organismos públicos presentan, ahora, dificultades “técnicas” para implementar la inscripción automática.

Perfil desconocido

El análisis, de que existe un pacto transversal implícito entre representantes de todos los sectores para estancar el proyecto, ha ido agarrando fuerza entre quienes se autodefinen como “progresistas”, al  interior de la Concertación. Porque pese a que el ministro Cristián Larrolulet ha tratado de ponerle paños fríos a la situación, desde que la comisión unida se enteró de que no estaban dadas las condiciones técnicas para implementar la inscripción automática y ha anunciado indicaciones, asegurando que el gobierno hará todo lo posible para que el proyecto esté aprobado antes de las próximas municipales, otras fuentes de La Moneda sostienen que “eso es imposible. El proyecto no va a estar para las municipales”.

De hecho, en el Congreso son pocos los que de verdad creen que la iniciativa tenga alguna posibilidad de estar vigente para las municipales del 2012. Pero entre los parlamentarios de la oposición que no ven ganas, en su propio sector, de avanzar en esta materia tienen, además, la convicción de que ello se debe a la “alta incertidumbre” que genera para todos los sectores el ingreso repentino de tantos nuevos votantes, cuyo comportamiento “es totalmente desconocido para nosotros”.

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