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Navia llama al CEP a que realice concurso público para nuevo director y abandone “reclutamiento de investigadores en procesos opacos y restringidos a conocidos de la elite” Las tareas pendientes que quedan tras la salida de Arturo Fontaine

Navia llama al CEP a que realice concurso público para nuevo director y abandone “reclutamiento de investigadores en procesos opacos y restringidos a conocidos de la elite”

El cientista político calificó de «enorme desafío» la tarea de encontrar ahora un nuevo reemplazante para Arturo Fontaine. Para empezar, asegura que se deben definir cuáles son los deberes, responsabilidades y tareas del cargo, así como su tiempo de duración. En la misma línea, llamó al organismo a «transparentar» los procesos de selección y a «demostrar que practica lo que predica».


El cientista político Patricio Navia analizó la salida del Centro de Estudios Públicos (CEP) de quien fue su director durante los últimos 31 años, Arturo Fontaine, y llamó a centrar la atención en el «enorme desafío» que hoy se cierne sobre la institución: encontrar a un nuevo director.

Según señala Navia en su columna en los Blogs de La Tercera, la selección de éste «debiera responder a la realidad actual de Chile, no guiarse por la vieja forma elitista y opaca de hacer política y negocios—y de ejercer el poder en general—que las políticas públicas promovidas por el propio CEP han ayudado a dejar atrás».

El cientista no repara demasiado en las causantes del hecho. Aunque especula sobre las razones que podrían haber gatillado la partida del ahora ex director y enumera algunas posibilidades -como «la posición militantemente crítica de Fontaine al lucro de facto que existe en muchas instituciones privadas de educación superior» o «el amplio espacio que dio el CEP a respetados intelectuales que cuestionaron las cifras oficiales de la CASEN»-, asegura que «la creciente independencia y rigurosidad investigativa de la prensa chilena próximamente aclarará las dudas».

Pero Navia sí se detiene para apuntar cuáles fueron los errores cometidos por Fontaine y que finalmente podrían haberlo perjudicado. «Si bien Fontaine contribuyó a institucionalizar al think-tank más influyente del país, su propio liderazgo obstaculizó la institucionalización de la dirección del CEP.  El director del CEP no tenía un periodo de ejercicio pre-establecido. No había, al menos no se conocían públicamente, procedimientos de evaluación de gestión y cumplimiento de metas. Nunca se transparentó cuáles eran las obligaciones y exigencias del director», señala Navia. Es precisamente en este sentido en que se surgiría una nueva oportunidad a explotar.

«La salida de Fontaine brinda al directorio del CEP una inmejorable oportunidad para institucionalizar y formalizar el procedimiento de selección del nuevo director y transparentar sus atributos y obligaciones», afirma el cientista y agrega que, para empezar, esta «sería una excelente oportunidad para que el CEP hiciera un concurso público para encontrar al nuevo director—como los que el propio CEP promovió en su propuesta de Alta Dirección Pública en el Estado». Con esto el centro se sumaría a las demandas actuales de una mayor transparencia en las instituciones, abandonando así «la práctica de reclutamiento de investigadores en procesos opacos, cerrados y restringidos a los reducidos grupos de conocidos de la elite y con los contactos correctos».

En esta misma línea, Navia señala que sería provechoso definir las tareas, derechos y obligaciones, así como el período de duración del cargo de director. «El CEP debe estar orgulloso de ser un activo colaborador en la construcción permanente de una economía social de mercado abierta, con marcos regulatorios rigurosos y adecuados, con vigorosa defensa de los derechos de los consumidores, con reglas que promuevan la competencia y emparejen la cancha y con procedimientos transparentes, conocidos y competitivos» afirma el autor. Aunque añade «Pero para ayudar a solidificar aún más ese modelo, el CEP debe demostrar que practica lo que predica». Y con esto se refiere a establecer un proceso de selección de su nuevo director que sea «abierto, transparente, competitivo y ajeno a las viejas prácticas del amiguismo, del pituto y de los clubes de Cachagua».

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