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Los “exonerados” de la guerra sucia Violadores de DD.HH. también recibieron beneficios de la Ley 19.234

Los “exonerados” de la guerra sucia

Entre los favorecidos están: Enrique Cruz Laugier, que bombardeó La Moneda desde tierra el 11 de septiembre; Patricio Kellet Oyarzún, jefe de Inteligencia a cargo de la detención de personas en Valdivia; Juan Campos Cifuentes, enlace entre Carabineros y el Servicio de Inteligencia de la Armada en el principal centro de torturas de la Marina en Valparaíso; y, Rafael González Berdugo, procesado por el crimen de Charles Horman. Además se incluye el caso de Edwin Dimter Bianchi —que sacó los tanques a la calle contra Allende y era el supuesto Príncipe del estadio Chile procesado por el asesinato de Víctor Jara—, a quien le quitaron el beneficio recién en 2006.


Pasadas las nueve de la mañana del 11 de septiembre de 1973, el mayor Enrique Cruz Laugier preparó sus tropas y piezas de artillería pesada. Tres horas antes, Cruz, quien era el comandante del Grupo de Artillería del Regimiento Tacna, había recibido el mando del cuartel de parte de su comandante, coronel Joaquín Ramírez Pineda.

Esa mañana, Cruz se instaló con su tropa y armamento pesado frente a La Moneda por el costado sur y abrió fuego contra la sede de gobierno. Adentro, Allende resistía el ataque militar metralleta en mano. Coordinadamente, Cruz ordenó el cese del fuego poco antes de que los Hawker Hunter arrojaran las bombas contra el Palacio.

Finalizado el ataque, el mayor Cruz comandó el asalto a la sede de las Brigadas Ramona Parra del Partido Comunista en la Avenida República. Lo mismo hizo con la sede del Regional Santiago del Movimiento de Acción Popular Unitario, Mapu, en la calle Carrera. Por la noche de ese mismo día y los posteriores, con sus hombres se encargó de allanar domicilios y detener personas.

[cita]Allí, y en la oficina del jefe de Inteligencia del Ejército, general Augusto Lutz, Rafael González Berdugo fue el interrogador de los ciudadanos estadounidenses asesinados Charles Horman y Frank Teruggi. Su tifa de agente tenía el número 27759, y venía infiltrando diversas organizaciones sociales y políticas desde la década de los 60. Su historia es la de un James Bond chileno. Actualmente está procesado desde el año 2003 por el crimen de Horman. En enero de 1977, funcionarios de la embajada de Estados Unidos lo interrogaron en la embajada de Italia, donde se asiló alegando que agentes de la DINA lo perseguían.[/cita]

A partir de 1990 se instaló como jefe de Seguridad del Senado en Valparaíso. En 2004 lo expulsaron de su cargo, después de que un reportaje de La Nación Domingo revelara su historia, que el mismo Cruz relató el 30 de agosto de 2002 en una declaración judicial por los desaparecidos de La Moneda. Fue calificado como “exonerado político” el 20 de enero de 2000.

Patricio Kellet Oyarzún es hoy un mayor de Ejército en retiro. Para el 11 de septiembre de 1973, era el jefe de Inteligencia del Regimiento Cazadores de Valdivia, comandado entonces por el ex integrante de la Junta Militar, Santiago Sinclair. En su calidad de jefe de Inteligencia, Kellet detuvo en Valdivia y alrededores decenas de personas, como lo admitió en su declaración judicial del 9 de mayo de 2003 en el proceso por los crímenes de la Caravana de la Muerte en Valdivia. Allí fue asesinado José Liendo Vera, el comandante Pepe, y otros 11 militantes del Mir. Fue desde ese mismo regimiento que el 9 de octubre de 1973 salió un convoy militar hacia el Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, en la precordillera de Valdivia. Los efectivos asesinaron a 17 campesinos en el sector Baños de Chihuío y luego escondieron sus cuerpos en una fosa clandestina. En 1978, los desenterraron y los lanzaron al mar. Kellet es hoy un empresario agricultor.

Curiosamente, el ex jefe de Inteligencia dijo a la Comisión Calificadora de la Oficina del Exonerado Político del Ministerio de Interior, que el Ejército lo exoneró por razones “ajenas” a su voluntad. El 6 de marzo de 2002 fue calificado como “exonerado político”. Pero un año después,  en su declaración judicial antes mencionada, sostuvo que “en 1985 me acogí a retiro por razones personales y en la actualidad me dedico a la agricultura”.

Rafael González Berdugo es un civil que operó como agente de contrainteligencia de la Fuerza Aérea, pero incorporado a la Fach con el grado de coronel. Se desempeñó siempre en el Departamento II de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional. En las primeras horas del golpe militar, actuó como oficial de enlace en el Ministerio de Defensa entre las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y los detenidos que llegaron a ese lugar. Allí, y en la oficina del jefe de Inteligencia del Ejército, general Augusto Lutz, fue el interrogador de los ciudadanos estadounidenses asesinados Charles Horman y Frank Teruggi. Su tifa de agente tenía el número 27759, y venía infiltrando diversas organizaciones sociales y políticas desde la década de los 60. Su historia es la de un James Bond chileno. Actualmente está procesado desde el año 2003 por el crimen de Horman. En enero de 1977, funcionarios de la embajada de Estados Unidos lo interrogaron en la embajada de Italia, donde se asiló alegando que agentes de la Dina lo perseguían. En esa entrevista, dijo a los funcionarios “yo fui el único oficial de la Fuerza Aérea que el 11 de septiembre de 1973 participó en la toma de La Moneda”.

Salió finalmente de Chile, y en 1980 haciéndose pasar por un disidente de la dictadura de Pinochet, se fue a tomar el té con el padre de Charles Horman. En 1974, dirigió el desentierro del cadáver de Horman para entregárselo a la embajada de Estados Unidos que lo repatrió a su país. Como está establecido en esta causa, la orden de asesinar a Horman y Teruggi salió desde la oficina del general Lutz, luego de los interrogatorios de González Berdugo. Años después, cambió la V de su segundo apellido, por una B. Cuando finalizada la dictadura regresó a Chile, se hizo pasar por exonerado político, logrando tal acreditación.

Juan Campos Cifuentes es un personaje extraño. Fue oficial de Carabineros en Valparaíso y tiene a su hermano José Alejandro desparecido desde 1981, cuando en la Operación Retorno del MIR intentó ingresar clandestino a Chile desde Argentina y es detenido en la precordillera de Valdivia.

Junto a 200 carabineros de la Quinta Región, fue uno de los 16 oficiales de este grupo que después del golpe de Estado, hizo el curso especial de comando en el Fuerte Miller de la Infantería de Marina en Las Salinas, Viña del Mar. Allí aprendió a matar y a torturar. También fue instruido en Inteligencia. Terminada la instrucción impartida por los perros de la Infantería, como él mismo los llama, fue a cumplir funciones en la Academia de Guerra Naval, AGN, en el cerro Playa Ancha del puerto. Allí fue oficial de enlace entre la prefectura de Carabineros de la Quinta Región y el Servicio de Inteligencia Naval, conocido como Ancla 2, que tenía bajo su control esa Academia. Ese fue el principal centro de detención y tortura de la Armada en toda la Región porteña. Trasladó prisioneros desde la AGN a los buques-prisión Maipo y Lebu. Junto a un pelotón de carabineros, mataron a un opositor a la dictadura en la Plaza Aníbal Pinto. Su curriculum, Juan Campos se lo relató en una entrevista grabada al historiador Jorge Magasich, autor del libro Los que dijeron No que relata el proceso a los marinos constitucionalistas instruido en la Fiscalía Naval de Valparaíso. Pero Campos dice que nunca torturó en la AGN, sino que sólo estaba encargado de analizar documentación y los interrogatorios de los prisioneros. Fue reconocido como “exonerado político” el 19 de noviembre de 1999.

Erwin Dimter, fue calificado como “exonerado político” el 20 de enero de 2000, pero el 2006 se le canceló el beneficio. Ya aparecía como el supuesto Príncipe del Estadio Chile vinculado al asesinato del cantautor Víctor Jara. Seis años después, fue procesado en calidad de cómplice por este crimen, junto a otros siete oficiales (R) del Ejército. Pero Dimter ya tenía conductas golpistas antes del 11 de septiembre de 1973. El 29 de junio de ese año participó en un alzamiento contra el gobierno de Salvador Allende sacando tanques a la calle. La asonada fue liderada por el teniente coronel Roberto Souper Onfray, otro de los encausados por Víctor Jara.

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