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La obsesión de La Moneda con la estrategia electoral de apelar al 27F Insistencia presidencial en poner acento en la reconstrucción:

La obsesión de La Moneda con la estrategia electoral de apelar al 27F

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En el Gobierno reconocen que la personalidad de Piñera le impide “quedarse fuera” del debate y que, en parte, eso explica que Palacio insistiera en llevar adelante este acto “que fue en una fecha nada que ver y más encima, con una obra no terminada”.


Era imposible que la inauguración del monolito conmemorativo a las víctimas del terremoto y maremoto del 27 de febrero del 2010 no levantara un sinfín de críticas, porque se hizo a tres semanas de la elección presidencial, en una fecha que no tenía ninguna relación con la tragedia y fue encabezada por el propio Presidente Sebastián Piñera. Es evidente que La Moneda desempolvó una vez más la conocida fórmula de tratar de sacar dividendos electorales con el 27F, una estrategia que siempre ha apuntado a Michelle Bachelet y que nunca le ha rendido los frutos esperados.

El monolito costó unos mil 900 millones de pesos, de los nueve candidatos presidenciales sólo dos –Evelyn Matthei (UDI) y Ricardo Israel (PRI)– aceptaron la invitación del Gobierno, aunque en el Ejecutivo reconocen que era obvio que ningún otro aceptara, menos cuando se les convocó sólo con dos días de anticipación.

La mayoría de los presidenciables cuestionaron los motivos del gobierno para realizar esta conmemoración. El PS, además, criticó al gobierno por «utilizar el dolor de las víctimas» con fines electorales y se habló de la “impudicia” de La Moneda, que ha llegado –precisó el timonel Osvaldo Andrade– a niveles “inaceptables e intolerables”.

Bachelet optó por una crítica más velada: “No quiero ni siquiera imaginar que el gobierno pudiera darle un uso político a una tragedia tan dolorosa como el 27F. Preferiría pensar que lo hicieron de una manera muy rápida”.

Es que el miércoles, en la VIII Región, Piñera defendió el monolito y dijo que no podía permitir “que el paso del tiempo apacigüe nuestra voluntad ni que algunos, aprovechando este período electoral, busquen hacer críticas que no se fundamentan en los hechos ni en la verdad”. Acto seguido, eso sí, una vez más sacó a relucir que la ONEMI ese 27F “no estuvo a la altura de sus desafíos y responsabilidades” y que todos las mejoras que en su administración se han realizado estos tres años y medio apuntan “a evitar pérdidas de vidas que pudimos haber evitado esa madrugada” del 2010.

Los acentos

En el Gobierno reconocen que la personalidad de Piñera le impide “quedarse fuera” del debate y que, en parte, eso explica que La Moneda insistiera en llevar adelante este acto “que fue en una fecha nada que ver y más encima, con una obra no terminada”.

Afirman –en el seno del propio piñerismo- que uno de los objetivos políticos de Presidente era poner el acento en la reconstrucción, porque está convencido que de verdad “ha cumplido” con esto y que, en el futuro, eso le puede traer dividendos. Mal que mal, añaden, que con todas sus falencias, este proceso de reconstrucción “no es Tocopilla”, aludiendo al terremoto del 2007 que afectó esa zona en pleno gobierno de Bachelet y donde la ayuda gubernamental, entonces, fue deficiente.

[cita]Algunos análisis en el propio Gobierno reconocen que “es un error insistir en el 27F” y que “volver a golpear a Bachelet no produce ningún efecto, eso ya quedó demostrado”. Reconocen que la mejor prueba de eso fueron las primarias presidenciales del 30 de junio.[/cita]

Pero además, destacan en el Gobierno que Piñera está tratado de ponerse el parche antes de la herida al reactivar la estrategia del 27F. “Le paso el aviso al próximo Gobierno, a Bachelet, que la reconstrucción no está al 100%, entonces es un intento por dejar cerrado ese flanco de posibles críticas y que lo cuestionen por eso a partir del próximo año”, reconoce un asesor político.

Ya en Santiago, ayer jueves, Piñera insistió con el tema. “Inauguramos un memorial para recordar a las víctimas del terremoto y maremoto del 27F. Recordar significa traer de vuelta al corazón, es bueno para no olvidar a los chilenos y chilenas que perdieron su vida, pero además para unir fuerzas y poder concluir la reconstrucción (…) el sentido de la ceremonia también era aprender de los errores del pasado, nuestro Gobierno recibió un país terremoteado, pero asumió la responsabilidad de reconstruir (…) estamos muy cerca de cumplir ese compromiso”, dijo desde el Patio de Los Naranjos.

Pero Piñera no se quedó ahí y nuevamente apuntó al gobierno de Bachelet en este tema. “Los países tienen que aprender de sus errores y sin duda no estábamos preparados para enfrentar el terremoto del 2010 (…) tenemos el deber de estar bien preparados para cuando ocurra, eso hemos estado haciendo, reconstruir el país y prepararnos para no repetir los errores que se cometieron antes, durante y después”, añadió.

Algunos análisis en el propio Gobierno reconocen que “es un error insistir en el 27F” y que “volver a golpear a Bachelet no produce ningún efecto, eso ya quedó demostrado”.

Reconocen que la mejor prueba de eso fueron las primarias presidenciales del 30 de junio. Las semanas previas a esos comicios, el oficialismo y La Moneda desplegaron toda la artillería para sacar lustre a la estrategia del 27F, pero los resultados demostraron con hechos el fracaso rotundo: Bachelet obtuvo por si sola un millón y medio de votos –el doble que los dos candidatos de la Alianza juntos – y en las zonas más afectadas por el terremoto y maremoto, arrasó, porque VIII Región del Bío Bío obtuvo el 79,8 % y en El Maule el 83,2%.

Así, hoy en el Gobierno algunos consideran que el único beneficio electoral que se podría sacar en limpio con el episodio del monolito, sería a nivel local y que le ayude a la carta senatorial de la UDI, Jacqueline Van Rysselbergue y a los candidatos a diputados de la Alianza en la VIII Región.

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