La experiencia internacional demuestra lo importante que han sido para disminuir la siniestralidad en países como España, Francia y Australia.
Tal y como se comprometiera hace algunas semanas, el ministro de Transporte y Telecomunicaciones, Pedro Pablo Errázuriz, en los próximos días debería ingresar al Congreso el proyecto de ley que devolvería a las calles de Chile los fotorradares. Con esta iniciativa se abre nuevamente el debate sobre su efectividad y el mal uso que hicieron a fines de los 90 las municipalidades, recaudando fondos de manera fácil.
El Club Europeo de Automovilistas de Chile (CEA Chile), sobre la base de su experiencia en seguridad vial en Europa, cree conveniente la implementación de un sistema automatizado de fiscalización de la velocidad. Siendo éste uno de los principales motivos de fallecimiento en las vías chilenas, la instalación de fotorradares mejorará la seguridad vial y, en definitiva, combatirá las muertes en las carreteras. El modelo europeo es un ejemplo claro de reducción de víctimas mortales en accidentes de tránsito.
“Creemos que la puesta en marcha de este centro automatizado de fiscalización de la velocidad es la manera más correcta y efectiva de reducir el número de fallecidos en accidentes de tránsito, donde la velocidad es una de las causas principales. La instalación de los fotorradares debería realizarse en 
zonas de riesgo y, además, la ubicación de las cámaras debe ser señalizada para que se trate de una medida en beneficio de la seguridad vial y no recaudatoria”, afirma Rafael Fernández-Chillón, presidente de CEA Chile.
El Ministerio del Interior de Francia, en el último Consejo Nacional de la Seguridad Vial, reconoce que los fotorradares son un buen instrumento para luchar contra el alto número de víctimas de tránsito. En Francia, desde 2002 a la fecha, las medidas para mejorar la seguridad vial han conseguido salvar 36.000 vidas, de las cuales el 75% se han salvado gracias a la implementación de un buen sistema de fotorradares.
Otro dato muy importante extraído en Francia, pero aplicable a todos los países, es que la velocidad media de los automovilistas se ha reducido en 10 km/h en todas las vías.
Para que los resultados de este sistema de control de velocidad sean positivos, los fotorradares se deben ubicar en los puntos de las vías donde hay mayor riesgo de accidentes de tránsito. Estos instrumentos provocan en el conductor una reacción de alerta e instintivamente frena para reducir la velocidad.
Según estudios llevados a cabo en zonas donde se han implementado los fotorradares, durante períodos y distancias equivalentes antes y después de su instalación, muestran una disminución del 60% de las muertes en zonas cercanas a aquellas donde existen fotorradares.
Hace diez años, en España, un 28% de los accidentes de tránsito tenían como causa el exceso de velocidad. Para combatir esta situación, se recurrió a la fórmula: mapa de radares, más gestión eficaz es igual a conductores más responsables. Y los resultados avalan el uso de la implementación de los fotorradares.
En 2001, un 6% de los automovilistas españoles circulaban a más de 150 km/h en autopistas, donde el límite legal es de 120 km/h, aumentando considerablemente el riesgo de accidente mortal. En 2011, una década después, esa cifra de conductores que circulaban a exceso de velocidad, se redujo hasta un 0,6%. La experiencia española concluye que, sin fotorradares, no hay una gestión segura de la velocidad.
Por último, y para recomendar la instalación de un sistema eficaz de fotorradares, hay que hacer mención al estudio “Los fotorradarse para la prevención de los heridos y muertos”, elaborado en la Universidad de Queensland, en Brisbane (Australia).
Del informe realizado sobre la base de treinta y cinco estudios se extrae que la velocidad media de los automovilistas se redujo en torno al 15%. En las inmediaciones a las zonas con fotorradares, todos los accidentes de tránsito disminuyeron en un 49%, mientras que los accidentes con resultado de lesiones graves y mortales se redujeron en un 44%. Concluye el estudio que la instalación de fotorradares mejora la seguridad vial un 50% más que los controles esporádicos de velocidad.
