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Bachelet y Correa quieren impulsar la alicaída integración latinoamericana

Bachelet y Correa quieren impulsar la alicaída integración latinoamericana

El presidente de Ecuador negó que las relaciones entre ambos países se vieran afectadas por la postura que mantuvo Quito ante la demanda marítima contra Chile presentada por Perú ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.


La Presidenta Michelle Bachelet y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, coincidieron en la necesidad de impulsar la alicaída integración latinoamericana, especialmente reforzando la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

«Si la integración latinoamericana se está desacelerando, pues entonces hay que ponerle fuerza», dijo hoy en conferencia de prensa conjunta con Rafael Correa la gobernante chilena, quien en mayo de 2008, durante su anterior mandato, fue la primera presidenta pro tempore de este organismo, nacido en 2008 en Brasil.

Sin embargo, con el gobierno de Sebastián Piñera, Chile se enfocó en la Alianza del Pacífico, el bloque comercial integrado también por Perú, México y Colombia, y se alejó de la Unasur.

«Efectivamente, el proceso integracionista se ha desacelerado por varios motivos que van más allá de la voluntad de los gobernantes», reconoció el presidente Correa, quien aludió al revés que supuso para la consolidación de la Unasur la muerte de su primer secretario general, el expresidente argentino Nestor Kirchner, y del mandatario venezolano Hugo Chávez.

«La integración ha sufrido duros golpes en los últimos años, tenemos que recuperar el dinamismo», enfatizó presidente de Ecuador, quien inició este martes una visita oficial de dos días a Chile.

Correa, quien mañana pronunciará una conferencia en la sede la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), elogió la aportación de Bachelet al fortalecimiento de la «patria grande», como definió América Latina.

«Michelle será un puntal de esa reactivación», destacó el presidente de Ecuador, país que ostenta la secretaria general permanente de la Unasur, cargo que actualmente recae en Gabriel Rodríguez.

Como ejemplo de lo que puede alcanzarse si se avanza en la integración regional, Rafael Correa citó la interconexión eléctrica, la armonización de la legislación laboral -para evitar que los países compitan entre sí con bajos salarios- y también «ponerle condiciones al capital internacional».

Por su parte Bachelet enfatizó la necesidad de que los doce países que conforman América del Sur armonicen sus posturas para afrontar los desafíos comunes y concurrir con una sola voz a los foros internacionales.

La presidenta de Chile, quien en diversas ocasiones ha expresado la importancia que otorga a Brasil en el concierto regional, recalcó que hay que consolidar todos los mecanismos de integración regional, no sólo la Unasur, «porque son complementarios».

«No veo a la Alianza del Pacífico como una entidad que dé la espalda al Atlántico o excluya a otros países», dijo. «Por el contrario, Chile quiere ser mediador en la relación de la Alianza con el Mercosur y la Unasur», agregó Bachelet.

En el ámbito bilateral, ambos mandatarios elogiaron los profundos vínculos que históricamente han unido a ambos países.

Tras descartar enfáticamente desavenencias con el anterior presidente, Sebastián Piñera, Correa negó que las relaciones entre ambos países se vieran afectadas por la postura que mantuvo Quito ante la demanda marítima contra Chile presentada por Perú ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.

De hecho -aseguró-, con su actitud, Ecuador ratificó la vigencia de los acuerdos de 1952 y 1954, cuya validez como tratados internacionales para delimitar la frontera marítima con Chile era cuestionada por las autoridades peruanas.

Por su parte, Bachelet agradeció el apoyo manifestado por Correa durante los recientes terremotos en el extremo norte de Chile y el incendio que semanas atrás arrasó parte de la ciudad portuaria de Valparaíso.

También destacó la presidenta las inversiones de la estatal Empresa Nacional de Petróleo (Enap) en el golfo de Guayaquil y la cooperación en el ámbito militar, en víspera del viaje a Quito del ministro chileno de Defensa, Jorge Burgos.

Bachelet anunció que en noviembre tendrá lugar en Ecuador la próxima reunión bilateral, por lo que ha pedido a su gabinete «que se ponga a trabajar» para acudir a la cita «con una agenda concreta».

La visita de Rafael Correa, que viaja acompañado de una decena de ministros, es la primera de carácter oficial de un jefe de Estado extranjero a Chile en el segundo mandato de Bachelet.

Además de la reunión de trabajo entre los dos mandatarios y los encuentros de los ministros ecuatorianos con sus pares chilenos, Rafael Correa será investido mañana doctor «honoris causa» por la Universidad de Santiago de Chile.

Antes de dirigirse al Palacio de La Moneda para la reunión con Bachelet, el presidente ecuatoriano visitó hoy el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que recuerda a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Su última actividad antes de abordar el avión para regresar a Quito será un encuentro con la presidenta del Senado chileno, Isabel Allende, hija del fallecido presidente Salvador Allende.

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