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Salud: realismo con renuncia El errático manejo de La Moneda y su colisión con el oficialismo en el Parlamento

Salud: realismo con renuncia

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Nadie desconoce que el escenario de estancamiento económico ha impactado en las arcas fiscales, obligando al Ejecutivo a establecer un presupuesto más austero de lo pensado. Pero uno de los focos de conflicto y molestia con La Moneda está en la “improvisación” que demuestra reiteradamente el Gobierno: “Ya no resiste la cantidad de versiones, anuncios, retiro de anuncios y señales erráticas que ha habido este año y medio en materia de infraestructura hospitalaria”, acusó un senador DC.


Todas las tramitaciones de los Presupuestos son complejas, llenas de ripios y gallitos políticos entre los parlamentarios y el Gobierno de turno. Sin embargo, los tropiezos que está enfrentando La Moneda estas semanas para aprobar las partidas de recursos para su gestión del 2016 –especialmente en Salud y Educación– están dejando en evidencia que el llamado realismo sin renuncia que instaló la administración bacheletista a mediados de año para enfrentar la crisis económica, no sería tal. Al final, el oficialismo se ve enfrentado a tener que desistir de varias promesas programáticas comprometidas ante la ciudadanía, lo que está haciendo crujir la relación del Gobierno con los diputados y senadores de su propia coalición.

El rechazo por 14 votos contra 11 que se registró el martes en la Comisión Mixta de Presupuesto a la partida de inversión hospitalaria, que proponía cerca de 500 mil millones de pesos para el 2016, fue la contundente expresión de la molestia y desacuerdo que hay en la Nueva Mayoría con los recortes aplicados al plan de construcción de 20 hospitales comprometidos públicamente por la administración de Michelle Bachelet y en voz de la propia Mandataria en sus dos cuentas públicas desde que asumió. No solo la derecha votó en contra, sino que los senadores Ricardo Lagos Weber (PPD), Eugenio Tuma (PPD) y los diputados DC, Víctor Torres y Pablo Lorenzini.

Pero también ese rechazo –que dejó la suma simbólica de mil pesos aprobados para esta partida– fue una crónica anunciada, porque desde la Nueva Mayoría sus parlamentarios aseguran que desde hace semanas se dieron señales de alerta a La Moneda de no insistir en un proyecto de Presupuesto que no diera cabida y, por ende, los recursos necesarios para cumplir los compromisos adquiridos. Pero no fueron escuchados y, llegado el momento de la discusión en la comisión, la propuesta del Gobierno no recogió las alertas del oficialismo: no consideraba recursos adicionales para el próximo año, manteniendo los 497 mil millones planteados anteriormente para infraestructura, una cifra inferior a los 528 mil millones con los que se contó este año y se optó por dar financiamiento a obras que habían quedado sin recursos, sacando dineros de años siguientes de atención primaria y disminuyendo recursos a hospitales que ya tenían presupuesto.

Desde el Senado recalcaron que se les advirtió en varias ocasiones a las “más altas esferas del segundo piso de La Moneda”, entiéndase, la jefa de gabinete de la Presidenta, Ana Lya Uriarte, y el director de políticas públicas y mentor del programa de Gobierno, Pedro Guell, del escenario de tensión que se generaría en el Congreso y del rechazo que ello implicaría por parte de los propios parlamentarios oficialistas. Agregaron que la “profunda molestia” que hay con el Ejecutivo pasa por el hecho de que es la actitud de La Moneda la que “obliga” a sus propios diputados y senadores a asumir una actitud “díscola” al no ser escuchados.

[cita]Desde el Senado recalcaron que se les advirtió en varias ocasiones a las “más altas esferas del segundo piso de La Moneda”, entiéndase, la jefa de gabinete de la Presidenta, Ana Lya Uriarte, y el director de políticas públicas y mentor del programa de Gobierno, Pedro Guell, del escenario de tensión que se generaría en el Congreso y del rechazo que ello implicaría por parte de los propios parlamentarios oficialistas. Agregaron que la “profunda molestia” que hay con el Ejecutivo pasa por el hecho de que es la actitud de La Moneda la que “obliga” a sus propios diputados y senadores a asumir una actitud “díscola” al no ser escuchados.[/cita]

Nadie desconoce que el escenario de estancamiento económico ha impactado en las arcas fiscales, obligando al Ejecutivo a establecer un presupuesto más austero de lo pensado. Pero uno de los focos de conflicto y molestia con La Moneda está en la “improvisación” que demuestra reiteradamente el Gobierno: “Ya no resiste la cantidad de versiones, anuncios, retiro de anuncios y señales erráticas que ha habido este año y medio en materia de infraestructura hospitalaria”, acusó un senador DC.

Esa “desprolijidad” e “improvisación” que para los parlamentarios de la Nueva Mayoría evidencia reiteradamente La Moneda en diversas áreas, ha hecho crisis estos días en el tema de la salud, generando un clima de “desazón” en las huestes oficialistas y de tensión de las relaciones políticas en el seno del conglomerado, pero lo cierto es que el principal problema se está dando entre los parlamentarios con el Gobierno. Es efectivo que la DC y el PPD votaron en contra de la partida presupuestaria, pero desde el PS no son pocas las críticas tampoco, donde reconocen que hay un choque entre lo comprometido y lo que se puede hacer en la práctica, brecha que requiere de “niveles más finos de manejo político” que el Ejecutivo pudo manejar mejor y no lo hizo.

“No es bueno que estemos ad portas de la votación del Presupuesto y no hayamos tenido una mayor cantidad de reuniones para procesar las diferencias”, recalcó uno de los diputados del PS. En todo caso, desde el Partido Socialista hacen hincapié en que, en este escenario de restricción presupuestaria, los intereses de los parlamentarios sí o sí deberán terminar acomodándose a la realidad económica y la evidente falta de recursos en relación con las cifras con que se proyectó originalmente el programa gubernamemtal.

Hay una abierta crítica a la gestión del Ministerio de Salud, sus problemas de ejecución presupuestaria, no por nada en esta semana renunciaron la subsecretaria de Redes Asistenciales, Angélica Verdugo, y la jefa de inversiones del Minsal, Francisca Toro.

Pero también al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien si bien hasta ahora ha construido una buena relación con el Congreso y en estos meses se ha caracterizado –según los parlamentarios– por un estilo humilde y dialogante, distinto al de todos sus antecesores, está aplicando una mano dura en las restricciones presupuestarias. En el oficialismo reconocen que el secretario de Estado se encuentra en una situación compleja, por el escenario de estrechez económica, pero también “por la incertidumbre, los vaivenes y cambios permanentes del gobierno”.

Si bien su estilo ha sido generalmente aplaudido, en estos días se le ha criticado el manejo político que ha evidenciado con expresiones como “los hospitales de los parlamentarios”, frase que –aseguraron desde el Senado– generó una molestia aún mayor en las bancadas parlamentarias.

El tema de los hospitales es una promesa altamente sensible en los distritos y circunscripciones, apunta a necesidades básicas de acceso a la salud de la población y, por lo mismo, su cumplimiento es clave para el parlamentario elegido en las respectivas regiones, más aún cuando son compromisos de campaña, presidenciales y en dos años hay elecciones de diputados y senadores.

A eso apuntó, afirmaron, la expresión del ministro Valdés, pero cayó como piedra en el Congreso, porque –se defendieron en el Senado– no fueron los parlamentarios los que prometieron hospitales a la gente, sino que la Presidenta Bachelet y ahora son ellos, se lamentaron, los que deben poner la cara y dar explicaciones.

En el oficialismo recalcan que situaciones como las que atraviesa el conglomerado con este presupuesto agudizan las falencias de gestión del Gobierno, por el estilo de conducción inconsulto de la administración bacheletista, que apuesta por los hechos consumados con sus partidos y parlamentarios. En la Nueva Mayoría afirmaron que la relación con La Moneda no es buena, es tensa y distante, lo que se agudizó, sin solución aún, desde el episodio de la fallida nominación de Enrique Rajevic para la Contraloría General y la elección de Jorge Abbott para Fiscal Nacional, que si bien fue elegido unánimemente, esa votación en bloque no reflejó la molestia de los senadores por el manejo de Bachelet de no escuchar a la Cámara Alta, imponer un nombre y, además, “ningunear” públicamente al Congreso al pedir a los parlamentarios que actuaran pensando en el bien del país y no en intereses particulares.

A la dureza de Valdés y los problemas de gestión en el Minsal, se suman los cuestionamientos de la Nueva Mayoría a lo que consideran el inexistente papel de articulador del ministro de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, cuestionamiento que tiene meses y va más allá de su presencia en las reuniones, como la del martes 9 de noviembre en la noche en el restaurante Porto Fino de Valparaíso, que convocó a los jefes de las bancadas parlamentarias oficialistas y los ministros del comité político –Jorge Burgos (Interior), Eyzaguirre, Valdés y Marcelo Díaz (Segegob)–. La crítica pasa por el hecho de que el ministro debería ser el encargado de conducir y coordinar la relación del Gobierno con los diputados y senadores, lo que no se estaría cumpliendo, generando un “vacío” e impide que se traten de sortear con anticipación los conflictos.

El Ejecutivo recalca una y otra vez que no hay renuncia, que los compromisos se van a cumplir, pero que la responsabilidad con las arcas fiscales, dado el escenario económico, hará más lento el proceso, lo que significa que sí habrá hospitales en los lugares comprometidos, pero no en los plazos planteados originalmente, ya que una parte de ellos implicaba ser entregados durante este mandato. El ministro Díaz dijo ayer que los compromisos del Gobierno se van a cumplir «de acuerdo a lo que la Presidenta señaló en su momento: hoy hay más restricción presupuestaria, eso nos obliga a priorizar dentro de los distintos componentes del Presupuesto (…) en esta discusión con los parlamentarios, sin duda hay diferencias, y estamos trabajando con ellos todas las variables que nos permitan que la asignación de recursos mejoren las prestaciones de salud en todo el país», concluyó.

El otro flanco

El escenario para el presupuesto en Educación tampoco es fácil, al punto que obligó al Gobierno a ceder en su postura y acceder a varias de las propuestas de la Nueva Mayoría para evitar un nuevo rechazo de la partida presupuestaria. El jefe de la bancada de diputados del PS, Manuel Monsalve, dijo que en este ámbito “se están procesando de manera más adecuada las discrepancias” y es evidente la disposición del Ejecutivo, agregó, a recoger las propuestas.

Tras la conversación del martes en la noche en el Porto Fino y con el antecedente del rechazo de la partida de inversión hospitalaria que se registró horas antes de esa cena, el Gobierno optó por anunciar indicaciones para garantizar la aprobación de la glosa de gratuidad en la Comisión Mixta de Presupuesto: aumentar la beca Nuevo Milenio, disminuir y reasignar los montos del Aporte Fiscal Indirecto, establecer una línea presupuestaria para las universidades estatales, el patrocinio del Gobierno al proyecto que busca convertir a los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica, que hoy no entran a la gratuidad, en instituciones sin fines de lucro y dotar de las facultades para que el Mineduc transfiera de forma oportuna estos recursos.

Si bien con esto el Ejecutivo apaga en parte el incendio en este flanco, en el oficialismo recalcan que no es menor que La Moneda tenga conflictos en el trámite presupuestario de las dos áreas más claves y relevantes de un Gobierno que debía tener un claro sello social. “Eso es una señal”, agregó un senador DC, mientras que desde la bancada PPD agregaron que debido a la permanente actitud errática de La Moneda, cuesta aún más construir acuerdos.

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