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Generalgate: Francisco Vidal en la mira de La Moneda Molestia en Palacio por distancia que tomó ex ministro de sus vínculos con Fuente-Alba

Generalgate: Francisco Vidal en la mira de La Moneda

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Fuentes de Gobierno confirmaron que impera una molestia real y profunda por las afirmaciones de Vidal, porque con ellas, trató –coincidieron en el Ejecutivo– de lavarse las manos al haberlo sugerido el 2009 y, además, dejó expuesta a la Presidenta Bachelet al señalarla como única responsable de la decisión de seleccionarlo como jefe castrense en noviembre del referido año. “Molestaron mucho, más aún viniendo de alguien que siempre dice que es amigo de la Presidenta”, afirmaron.


«El nombramiento es una atribución exclusiva de la Presidenta. El ministro pone los antecedentes de quienes cumplían los requisitos. La Presidenta decide; no el ministro de Defensa… Había dos o tres candidatos buenos, pero a mí no me corresponde comentar esas decisiones». Esa fue la frase del ex titular de Defensa de la primera administración de Michelle Bachelet, Francisco Vidal, que cayó como piedra esta semana en La Moneda, porque fue vista como un intento público de la ex autoridad de desmarcarse de los vínculos que lo atan y su responsabilidad en la elección el año 2009 del cuestionado ex comandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba, acusado de enriquecimiento ilícito por 3 mil millones de pesos entre los años 2005 y 2014.

La situación de general (r) Fuente-Alba no es cómoda para La Moneda, porque de una forma u otra pone a la Presidenta Bachelet en medio de un conflicto, por el hecho de haberlo nominado durante su gobierno anterior. La decisión interna fue no ahondar en el tema y menos entrar en polémica abierta con el ex ministro, aunque esa incomodidad quedó de manifiesto el martes 3, el día siguiente de las criticadas declaraciones de Vidal en el vespertino La Segunda, cuando consultado por dicho punto el ministro vocero, Marcelo Díaz, dijo seca y escuetamente que “hay una investigación abierta a cargo de un fiscal, serán ellos los que determinen”.

Pero diversas fuentes de La Moneda confirmaron que impera una molestia real y profunda en Palacio con las afirmaciones de Vidal, porque con ellas, trató –coincidieron en el Gobierno– de lavarse las manos al haberlo sugerido el 2009 y, además, dejó expuesta a la Presidenta Bachelet al señalarla como única responsable de la decisión de seleccionarlo como jefe castrense en noviembre del 2009. “Molestaron mucho, más aún viniendo de alguien que siempre dice que es amigo de la Presidenta”, afirmaron en el Ejecutivo.

En La Moneda explicaron que Fuente-Alba nunca fue una figura de relevancia a ojos de la ex Concertación o la actual Nueva Mayoría, que siempre fue visto más bien como “un burócrata”, no era el más destacado de su generación “ni el más brillante”, que no tenía redes políticas especiales en el mundo concertacionista y que la administración bacheletista de entonces “no tenía mucha confianza en él”.

“Nunca fue ni ha sido un (Juan Emilio) Cheyre a ojos de nuestro conglomerado”, recalcó un inquilino de Palacio. Ese año 2009 los dos principales candidatos para reemplazar a Óscar Izurieta a la cabeza del Ejército eran Fuente-Alba y el general Alfredo Ewing, pero este último fue descartado por haber sido parte de uno de los órganos represores en la dictadura, la Central Nacional de Informaciones (CNI). “La opinión de Vidal ese año fue clave para esa nominación, no se discute la propuesta del ministro de Defensa en este tipo de temas y, en este caso, se hizo lo que administrativamente fue correcto”, recordó un actual asesor gubernamental que también estuvo en Palacio en esa época.

Por lo mismo, las declaraciones del ex ministro Vidal fueron leídas en La Moneda como un mal intento por tratar de tomar distancia, dada la “debilidad política” que tiene en este caso por la falta de independencia –aseguraron en el Gobierno– por su cercanía personal con Fuente-Alba, la influencia y responsabilidad que tuvo para que llegara a comandante en Jefe y el haber estado cerca de él, todo el tiempo que ocupó ese rango en el Ejército, debido a su rol como integrante del Consejo Asesor Sobre Estudios e Investigaciones Militares.

Con cierto dejo de ironía, en Palacio agregaron que el ex titular de Defensa es “un funcionario de las Fuerzas Armadas”, aludiendo a dicho consejo y al hecho de que ingresó a esta instancia por invitación del propio Fuente-Alba en los primeros meses del 2010, cuando ya había debutado el Gobierno de Sebastián Piñera y las figuras de la otrora Concertación tuvieron que adecuarse a su nueva realidad como oposición.

De hecho, el ex comandante en Jefe le cambio el tono a  dicho consejo asesor, ya que hasta ese año solo había sido integrado por militares en retiro y, a partir de ese momento, sumó a civiles como Vidal; el ex canciller de Pinochet, Hernán Felipe Errázuriz; el ex ministro de la Segpres de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Genaro Arriagada; y Herman Chadwick Piñera. Desde esa fecha que Vidal integra ese organismo y en estos días, en varias entrevistas que ha dado el ex ministro, explicó que no se trataba de una asesoría a la persona de Fuente-Alba, sino que a la institución de la Comandancia en Jefe.

A Vidal y el general (r) los une una antigua y conocida relación de amistad, fueron compañeros de colegio en el Liceo Alemán y luego compartieron como cadetes en la Escuela Militar en 1970. Ese lazo obligó al ex ministro a tener que pronunciarse sobre las denuncias de enriquecimiento ilícito del ex militar: «La denuncia en contra del ex comandante en Jefe del Ejército, general (r) Juan Miguel Fuente-Alba, es gravísima. Corresponde que dé una explicación y no solo a la justicia, porque eso va a venir de todas maneras, sino que, lo importante, es que sea a la opinión pública, por respeto a la institución», señaló.

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