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Daniel Mansuy: “La transición es lo que hace Boeninger con el proyecto político que Jaime Guzmán había ideado durante la dictadura” «Hoy día el escenario es de una izquierda que es muy vociferante»

Daniel Mansuy: “La transición es lo que hace Boeninger con el proyecto político que Jaime Guzmán había ideado durante la dictadura”

El cientista político vuelve al período inmediatamente anterior a 1990 y el que vino después del retorno a la democracia para explicar el momento actual de desorientación política, cuyo origen –a su juicio– está en que el bloque que llegó al poder aceptó las condiciones que impuso el fundador de la UDI y nunca ha querido salir de él.


Daniel Mansuy, máster en Filosofía y doctor en Ciencia Política, acaba de lanzar su libro más reciente, en el que vuelve sobre el período de la transición a la democracia y la última década de la dictadura, donde este proceso fue pactado, fundamentalmente para explicar el escenario político que marca la realidad chilena de hoy.

«Lo que quiere explicar en el fondo el libro  es que la transición es una especie de continuidad entre lo que piensa Boeninger y lo que hace Boeninger como ministro de Aylwin, como cabeza pensante de ese gobierno, respecto del proyecto politico que Jaime Guzmán había ideado durante la dictadura», dijo el autor en conversación con T13 Radio.

«Creo que para poder comprender nuestro momento actual, esa desorientación, hay que entender la transición y para entender la transición hay que entender a Jaime Guzmán, que es quien fija el marco en el que la transición se juega. Porque es un tipo muy genial, que tiene por supuesto luces y sombras, pero es quien marca la cancha donde se va a jugar la transición y la marca muy tempranamente en los años setenta», explica.

El columnista se detiene en la manera en que la Concertación, desde que se formó, acepta las condiciones que vienen impuestas en la Constitución de Jaime Guzmán.

«Guzmán fija una Constitución, una institución, y fija un marco político en el cual la dictadura en su momento obliga a jugar a la Concertación y la encierra en ciertas condiciones, en ciertas reglas de las cuales la Concertación no puede salir, no quiere salir y que las acepta en su minuto a mediados de los años ochenta y durante los diez primeros años. Los doce primeros años de la Concertación hay una dualidad, porque al mismo tiempo que se aceptan esas reglas, se critican: se critican en el discurso y se aceptan en los hechos. De ahí se abre una grieta política que es muy complicada y que creo que está en el origen de muchos de nuestros problemas actuales también», se explaya.

Mansuy afirma que este proceso comenzó antes de 1990, precisamente en 1984.» [La aceptación] comienza con Patricio Aylwin y su famoso discurso del año 84 en un seminario, organizado por el centro de Derechos Humanos si no me equivoco, me puedo equivocar, donde dice ‘hay que aceptar la Constitución como un hecho, aunque la consideremos ilegítima’. Ese es el principal triunfo, a mi juicio, de la dictadura. El principal triunfo político», puntualiza el autor.

El analista dice, asimismo, que la Concertación siempre mantuvo una diferencia entre su discurso en público y los hechos que marcaron su gestión.

«Mi diagnóstico es que Chile se polarizó o se fue polarizando con los años, justamente por lo que decía antes, porque la transición fue silenciosa en sus motivos políticos, en el sentido que decía una cosa y hacía otra, o había una distancia entre el discurso y la palabra, se fue generando un hiato que se terminó quebrando el año 2011 y hoy día el escenario es de una izquierda que es muy vociferante, que tiene tendencia muy ultra y una derecha y una vieja Concertación que tiene nostalgia del pasado, pero que no saben muy bien cómo articularlo políticamente. Hay un discurso de una mera reacción, de una crítica a lo que está haciendo el gobierno, pero donde falta una fundamentación, una alternativa. Yo no veo un discurso alternativo realmente articulado que se pueda proponer frente al programa elaborado por la izquierda más dura y más radical, que básicamente es el programa elaborado por Fernando Atria y que, con matices más matices o menos, el gobierno de Michelle Bachelet ha asumido sus líneas gruesas», concluyó.

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