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Hijitos de papá: investigación de Chicago boy revela que familias y colegios de origen siguen siendo determinantes para acceder a la elite Apareció esta semana en el prestigioso «National Bureau of Economic Research” (NBER)

Hijitos de papá: investigación de Chicago boy revela que familias y colegios de origen siguen siendo determinantes para acceder a la elite

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Seth Zimmerman publicó esta semana un nuevo estudio en que revela que la probabilidad de llegar a la cima empresarial en Chile e ingresar al grupo del 0,1% más rico depende en gran medida de asistir a una universidad de la élite y aún más el haber ido a uno de 8 colegios privados top. Zimmerman, que es economista de Yale y profesor de la escuela de negocios donde aún reina el pensamiento de Milton Friedman, ya había publicado parte de estos resultados hace tres años. La nueva investigación complementa y potencia la primera versión del estudio.


El debate sobre la desigualdad y la ausencia de una real meritocracia, se tomó la agenda en Chile hace ya cinco años.

El modelo que generó el mayor crecimiento promedio de un país emergente de los últimos 30 años y que dejó al país a las puertas del desarrollo (medido como PIB per cápita) no ha podido lograr que Chile salga de la lista de uno de los países más desiguales.

El modelo efectivamente sacó a millones de la pobreza material, pero  llegar a la cima en Chile aún depende de la cuna.

Así lo revela un estudio publicado esta semana en el prestigioso «National Bureau of Económic Researc» (NBER) por Seth Zimmerman,  economista de Yale y profesor de la facultad de negocios de la Universidad de Chicago, en que queda al desnudo el mito de la meritocracia en nuestro país.

El “paper” muestra de manera contundente que en Chile, asistir a una universidad de élite aumenta las probabilidades de una persona de ascender a puestos de alta dirección en las grandes empresas e ingresar al grupo del 0.1% más rico, pero sólo si también asistió a una de ocho colegios privados exclusivos antes de la universidad.

En otras palabras, una educación de élite sólo sirve para amplificar unos orígenes en la élite. El estudio reconoce que las personas procedentes de entornos desfavorecidos se benefician al recibir una buena educación, pero por regla general en Chile no ascienden tan alto como sus homólogos privilegiados.

Lo que revela el estudio es importante, porque vendría a confirmar la percepción de la élite como una comunidad cerrada, endogámica, basada en la procedencia y las conexiones por encima de la educación y los logros. No se puede entrar en la élite ni siendo inteligente ni habiendo ido a las mejores escuelas, a menos que ya se sea parte de ella por su origen social y familiar, lo que contraría el principio meritocrático del ideal capitalista, al menos en los textos.

Zimmerman ya había publicado parte de esta investigación hace tres años. El nuevo estudio complementa y potencia la primera versión del estudio.

¿Cómo entrar al 1%?

La investigación específicamente muestra que ingresar a Derecho, Ingeniería Comercial o Ingeniería Civil en la U. de Chile o Pontificia Universidad Católica mejora notablemente las chances de llegar a la elite empresarial y económica.  Esa probabilidad se dispara aún más si también esos gerentes y directores de empresas fueron alumnos del St. George, The Grange School, El Verbo Divino, Colegio Manquehue, Tabancura, San Ignacio y el colegio Craighouse. 

Zimmerman afirma que  para quienes provienen de los colegios restantes, incluyendo el Instituto Nacional, ingresar a las carreras universitarias anteriores no afecta las chances de terminar en los directorios o cargos gerenciales de las empresas más grandes de Chile listadas en bolsa.

En 2013, en una columna que publicó en La Tercera, el economista Eduardo Engel se refirió al primer estudio de Zimmerman, y en este destaca que lo que confirma Zimmerman es que son las redes que construyen los estudiantes que provienen de colegios privados de elite durante sus años universitarios las que explican por qué su paso por la universidad hace más probable que terminen formando parte de la elite empresarial.

Engel cita el hecho que la investigación del profesor de Chicago  reveló que “dos egresados del mismo año de la misma carrera terminan en posiciones de liderazgo en la misma empresa a que dos egresados de distintas carreras y el mismo año o dos egresados de la misma carrera pero en años distintos terminen dirigiendo la misma empresa. La probabilidad en el primer caso es el doble que en los restantes”.

Las cifras a las que llega la investigación de Zimmerman son contundentes: titularse de una de las tres carreras mencionadas de una de las universidades de la élite (U. de Chile y PUC) aumenta en 50% el número de esos alumnos de terminar en un alto cargo ejecutivo o en el directorio y en 45% el de pertenecer al 0,1% más rico de Chile. Si a eso se suma ir a esos ocho colegios mencionados los números son aún más dramáticos y se desploman a casi a cero para estudiantes de “backgrounds” no privilegiados y otros colegios.

Para su estudio Zimmerman tuvo acceso a datos entre 1980 y 2013 del censo, el DEMRE y el Servicio de Impuestos Internos. El foco de su investigación era estimar el efecto de atender a una universidad de la élite y colegio privilegiado en la probabilidad de que estas personas logren llegar a la cima del mundo empresarial y económico de Chile.

Usando esos datos el estudio muestra que mirando a cifras de entre 2005 y 2013, el 1,8% de los estudiantes que ingresaron  a Derecho, Ingeniería o Administración de Empresa/Economía en la PUC o la U. de Chile acaparan el 41% de las gerencias y directorios de las mayores empresas del país y el 38% del 0,1% más rico de Chile y el 45% del 0.01% con mayores ingresos.

Para esos estudiantes la probabilidad de entrar al top 0,1% de los que tienen mayores ingresos es 45% superior al resto de los estudiantes.

Uno de los objetivos de su investigación era determinar el rol de instituciones de educación en países donde la desigualdad es muy alta, como es el caso de Chile.  Las cifras que usa el economista de Yale es que el top 10% en Chile acapara el 41% de los ingresos, comparado con sólo el 30,2% en EE.UU. y 25,6% en Polonia.  Pero cita otros datos para sugerir que el porcentaje en Chile podría llegar al 55% si se incluye ingresos por renta financiera. Y ahí el 1% acapara el 23% de todos los ingresos del país y el 0,1% se queda con el 11%.

El estudio revela que los ingresos anuales mínimos para entrar al top 0,1% en 2013 eran de US$ 340,000. El promedio alcanzaba a US$ 550,000 y para el 0.01% era alrededor de US$ 1.4 millones.

Los ingresos promedios de los egresados de esas tres carreras de la PUC y la U. de Chile es de US$ 79,000 al año.

Zimmerman dice que  lo revelado en su investigación tiene implicancias para poder entender mejor el rol de la educación en generar movilidad social y económica en una sociedad.  Hasta ahora hay evidencia contundente que en general el acceso a la educación superior ayuda a mejorar los ingresos, y en particular para estudiantes de estratos socioeconómicos bajos, pero lo que muestra el ejemplo de Chile es que para llegar a la cima hay otros factores determinantes, entre ellos venir de un colegio/familia de la élite.

[cita tipo= «destaque»]Y hace hincapié en que su investigación sugiere que los esfuerzos de las universidades de la élite en Chile de “nivelar la cancha” no han sido exitosos por el desmedido rol que la cuna y lazos familiares/colegio tiene en la sociedad chilena.[/cita]

Eso sí, a pesar de la contundencia de las cifras, el informe destaca que los vínculos sociales en Chile juegan un rol menos relevante que en el resto de las economías de la región.

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