Los panelistas advirtieron que el hecho que la desigualdad se convirtiera en objeto de análisis por parte de un organismo de la ONU, es signo de que se trata de una problemática que en Chile está cobrando otros ribetes.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que fue presentado este miércoles y que demenuza la realidad de la desigualdad en Chile, fue uno de los temas abordados en un nuevo capítulo del programa «La Semana Política» de El Mostrador televisión.
En la oportunidad, el director ejecutivo de este medio, Federico Joannon, junto al editor periodístico, Héctor Cossio y el asesor editorial Mirko Macari, también comentaron los movimientos al interior del comando de la candidata presidencial de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, tras la salida de Pablo Badenier como coordinador de su campaña, y el ingreso en su reemplazo del ex ministro del Interior Jorge Burgos.
Para los panelistas, la tensión instalada al interior de la DC se ha convertido en una verdadera «teleserie» con réditos positivos en términos comunicacionales para la senadora por Magallanes. Y mientras Macari considera que el desembarco en su comando de figuras del núcleo más duro del partido está generando una tensión que podría volverse insostenible con parlamentarios y dirigentes de la colectividad que conforman la disidencia y que estarían en una situación de mayoría Joannon considera positivo el «juego» que hace la candidata, al mantener distancia en temas valóricos precisamente con ese sector que constituye la elite del partido.
Y en cuanto a la desigualdad, los panelistas advirtieron que el hecho que ésta se convirtiera en objeto de análisis por parte de un organismo de la ONU, es signo de que se trata de una problemática que en Chile está cobrando otros ribetes. «No sólo es un problema ético, sino que afecta a la propia economía», dijo Cossio.
Datos como que la mayoría de los cargos más importantes en el país los ocupan personas que estudiaron principalmente en colegios particulares pagados o la casi nula presencia de personas con apellidos de origen mapuche en los puestos de poder, son un síntoma, se indicó, de las «castas» o de una suerte de «apartheid» presente en el país desde la colonia, que los sectores oligárquicos no tienen interés en cambiar.
