Ambos buscaban llegar al Parlamento bajo los colores de Evópoli, la colectividad que resultó más dañada después que el ex mandatario interviniera directamente en la plantilla tras la falta de acuerdo en siete distritos por parte de la coalición opositora.
Seguramente el ex atleta Sebastián Keitel y el abogado Hernán Larraín Matte, -forman parte del grupo de rostros más «conocidos» que había presentado Evópoli para competir en las elecciones parlamentarias de noviembre, por primera vez sin el sistema electoral binominal. Y por eso llamó la atención que el ex presidente Sebastián Piñera, al intervenir en siete distritos ante la falta de acuerdo de la coalición opositora para alcanzar un acuerdo, los dejara fuera de la plantilla.
Esta mañana Keitel no ocultó su frustración. «Deme una razón para dejarme fuera por secretaría y no poder de manera justa competir por ser diputado para Chile», escribió en Twitter.
Según informó este miércoles el vespertino La Segunda, la tienda liderada por el diputado y ex precandidato presidencial de ChileVamos, Felipe Kast, vio frustrado su anhelo de llevar dos nombres en el distrito 11 conformado por Vitacura, Lo Barnechea, Las Condes, La Reina y Peñalolén; y además se quedó sin candidatos en el 8, que abarca las comunas de Maipú, Estación Central, Colina, Lampa, Pudahuel, Cerrillos, Quilicura y Til Til, y también en el 15, de Rancagua, Machalí, San Francisco de Mostazal, Graneros, Codegua, Requínoa, Rengo, Olivar, Doñihue, Coinco, Coltauco, Quinta de Tilcoco y Malloa.
Otro «damnificado» de Evópoli fue el ex intendente Wladimir Román (ex UDI), quien intentaba competir por un escaño en representación de Rancagua. «Acá el problema fueron los partidos de no haber zanjado los distritos ellos solos. Es una resolución que me afecta», dijo al mismo medio.
La UDI, en tanto, también evidenció algunos daños. En el gremialismo no esperaban quedarse sin un tercer cupo en La Araucanía que iba a destinarse para una mujer.
El ex ministro del Interior durante la administración de Piñera y actual jefe del Comité Ejecutivo del comando del ex presidente, reconoció que «lamentablemente siempre quedan algunas personas más adoloridas o lastimadas. Uno quisiera evitar eso, pero cuando se trata de dirimir, debe prevalecer la justicia».
Y pese a que considera que haber resuelto la plantilla es «un logro extraordinariamente positivo, que fortalece la unidad y que nos perpara para un buen escenario», en contraste con las «situaciones difíciles» que está enfrentando por estos días el Frente Amplio, no desaprovechó la oportunidad de hacer un llamado de atención a los partidos. «Nos hubiese gutado que el presidente no tuviese que intervenir», sostuvo.
