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Síndrome Bachelet: la sombra que persigue a la candidatura de Beatriz Sánchez tras el veto a Mayol Analistas aseguran que quedó en evidencia el liderazgo “satélite” de la candidata

Síndrome Bachelet: la sombra que persigue a la candidatura de Beatriz Sánchez tras el veto a Mayol

Al interior del frenteamplismo existe una sola lectura al respecto y es que a la dirección de Sánchez le falta una consolidación interna. Es ante este proceso que se ha hecho más evidente un miedo que ha rondado al interior del FA, el del “síndrome Bachelet”, vale decir, el aislamiento que ha tenido la abanderada presidencial del resto de los espacios de definición. Diversos analistas coinciden en señalar que en política contingente no tendría liderazgo para enfrentar crisis y que “no es capaz de golpear la mesa”. Ahora bien, aunque admiten que la ausencia de liderazgo es una herida grave para Sánchez, esta –afirman– tendría la opción de revertirla, terminando con los caudillismos en el FA para asumir ella como una líder real.


Tras dar por terminado el conflicto de Alberto Mayol y su candidatura por el distrito N°10, el Frente Amplio intenta poner el foco en la carta presidencial de Beatriz Sánchez, apuesta que, de una u otra forma, habría salido trasquilada después de la crisis, lo que se habría visto reflejado en los resultados de la última encuesta Cadem, que marcó tres puntos a la baja para la periodista, quedando con 19 puntos, detrás de Sebastián Piñera y Alejandro Guillier.

Desde el frenteamplismo aseguran que esta caída es “relevante y grave”, ya que podría significar que la candidatura “va a seguir a la baja”. Por otra parte, desde el comando señalan que, al igual que en otras ocasiones, los resultados de una encuesta no marcan necesariamente los resultados que se espera obtener, además de que –a su juicio– el conflicto no habría tenido gran repercusión entre la gente común y corriente. “Hacer un diagnóstico de la Cadem es súper complicado”, agregan.

“Nos importa señalar la importancia del liderazgo de nuestra candidata presidencial, Beatriz Sánchez. Hemos atendido las peticiones de Beatriz, y bajo su liderazgo, bajo su imagen, salimos con mucha fuerza a ganarle al duopolio”. Con esta clara señal de fuerza en pos de la candidata presidencial del Frente Amplio, Soledad Ramírez, vocera Nacional de Sol, dio por terminado el conflicto que se desató tras el veto de la mesa electoral a la candidatura de Alberto Mayol.

Una posición que tenía como objetivo acallar las voces de crítica al rol de conducción que tuvo la periodista respecto al conflicto, las que principalmente venían desde fuera del frenteamplismo, pero que –aunque con menor intensidad– también tuvieron eco al interior de algunos sectores de la fuerza emergente.

Cabe recordar que, en la madrugada del pasado martes, la mesa electoral del FA vetó la candidatura del sociólogo por el distrito N°10, lo que desató un verdadero torbellino de declaraciones, con acusaciones de violencia de género por parte del ex candidato presidencial hacia la candidata a diputada por el mismo distrito, Natalia Castillo (RD), retractaciones de tales dichos y aclaraciones al veto, que terminaron con la reapertura del cupo para Mayol.

Sánchez, en medio del vendaval de declaraciones y en plena inauguración de su comando abierto, manifestó que respaldaba en un “100% la decisión que tomó en colectivo toda la mesa del Frente Amplio. En esta situación creo que hay temas donde no nos podemos hacer los lesos. Hay que tomar decisiones aunque tengan costo”.

Duras palabras que le daban un espaldarazo a la decisión de la mesa electoral, la que ya empezaba a hacer agua al interior del frenteamplismo, entre una lluvia de críticas que apuntaba a que no había existido una deliberación entre las bases y que no se había llevado un “debido proceso” del caso de Alberto Mayol. Postura que se debe, según Octavio González, presidente del PH y miembro del equipo electoral de Sánchez, a que “la información que le entregan a Beatriz es que esto era unánime”, lo que finalmente no habría sido cierto.

Los días siguientes las distintas fuerzas del FA comenzaron a recular en su decisión. El Movimiento Autonomista, el principal aliado de Revolución Democrática –que impulsó el veto al sociólogo– se retractó de su posición a favor de la medida, y el diputado Gabriel Boric expresó que el audio enviado por Mayol “no era machista”. Todos, indicios de que la jugada iba camino a la retractación.

A pesar de esto, la candidata presidencial se habría mostrado firme ante su postura de respaldo a la mesa política, y hasta el día miércoles les habría indicado a los presidentes de partido que “no se le debía volver a abrir el cupo” a Alberto Mayol, indican desde el Frente Amplio, posición que se hizo conocer en las reuniones de los distintos comunales que se desarrollaron en Santiago, hasta el día jueves.

En el proceso, la candidata se mantuvo públicamente al margen del conflicto. Sostuvo reuniones con la mesa de presidentes del FA, pero no se refirió al hecho y quienes tomaron la palabra desde el FA fueron sus voceros, Giorgio Jackson y Alberto Mayol, principalmente. Además, la candidata conservó su posición de delegar la definición en la mesa política del FA, conformada por los presidentes de partidos, se reunió con los miembros del espacio y les solicitó que salieran “rápidamente del conflicto”. “Ella, ante el conflicto, fue muy generosa, porque no nos pidió explicaciones, y yo creo creo que teníamos para dárselas”, indica el presidente del PH.

Síndrome Bachelet, la candidata satélite

Al interior del Frente Amplio los dardos apuntaron a las “cúpulas políticas”, definiciones entre cuatro paredes y a una mesa electoral que terminó “operando desde la guata”. Entre las dirigencias intermedias, comunales de organizaciones y dirigentes territoriales, se comprendía que Sánchez “no había sido parte activa de la jugada”, indican desde el FA. “Pero la pregunta es si efectivamente esto pasó porque ella se marginó del espacio de decisiones o porque no tiene ni un poder al interior de nuestra fuerza. Si eso fuera así, sería preocupante”, agregan desde el conglomerado.

[cita tipo=»destaque»]Para la directora de Mori, Marta Lagos, quedó en evidencia que el problema de liderazgo de Sánchez radica en que su candidatura es satelital. Porque el verdadero liderazgo y poder del Frente Amplio está en Giogio Jackson y Gabriel Boric, mientras que la abanderada es solo “una simbología” de esa promesa que representaban los ex dirigentes estudiantiles de hacer las cosas distintas a la clase política tradicional.  “Mucha gente vio en Beatriz Sánchez un símbolo de una alternativa, no es a ella a la que se apoya sino que a esa idea de una política distinta y, desde ese punto de vista, ella en sí no es relevante, solo es una primera derivada”, agregó.[/cita]

Para la directora de Mori, Marta Lagos, quedó en evidencia que el problema de liderazgo de Sánchez radica en que su candidatura es satelital. Porque el verdadero liderazgo y poder del Frente Amplio está en Giogio Jackson y Gabriel Boric, mientras que la abanderada es solo “una simbología” de esa promesa que representaban los ex dirigentes estudiantiles de hacer las cosas distintas a la clase política tradicional.  “Mucha gente vio en Beatriz Sánchez un símbolo de una alternativa, no es a ella a la que se apoya sino que a esa idea de una política distinta y, desde ese punto de vista, ella en sí no es relevante, solo es una primera derivada”, agrega.

Al interior del frenteamplismo existe una sola lectura al respecto y es que a la dirigencia de Sánchez le falta una consolidación interna. “Las huestes estamos alineadas con su postura siempre y respaldamos siempre su posición. Pero si hasta se le miente a la candidata presidencial, es claro que el poder no está en ella”, afirma un dirigente de Santiago del FA.

Es frente a este proceso que se ha hecho más evidente un miedo que ha rondado al interior del frenteamplismo: “el síndrome Bachelet”, como le llaman al aislamiento que ha tenido la candidata presidencial del resto de los espacios de definición.

“Se le vio superada en esta situación, por el escenario”, indican desde el mundo autonomista. “Pero no fue su culpa sino de su equipo, de nuestros dirigentes que no fueron transparentes”, añade . “Después de que estalló todo, al día siguiente, ella estaba en un lanzamiento bailando sevillana”, reconoce un dirigente del FA. Desde el equipo político de Sánchez explican que la posición fue dejar que los espacios orgánicos del Frente Amplio trabajaran, “que la campaña no se detuviera fue muy importante”. Además evitaron generar más polémicas a través de los medios de comunicación y se estableció un trato directo con los presidentes de partido.

Después de la tormenta, se ven cambios en las estructuras y agenda del FA, las candidaturas parlamentarias lograron transformarse en la prioridad y, en el marco de su inscripción, el tema de cupos parlamentarios y equilibrios de fuerzas se tomaron las reuniones claves del frentamplismo. De esta forma se volvería al cauce original de la apuesta presidencial, que “Beatriz Sánchez fuera una candidatura paraguas para las parlamentarias”, pero no se olvida el horizonte de generar una campaña competitiva, que “pueda disputar una segunda vuelta”, aseguran desde el FA.

Según el analista Carlos Correa, el mayor problema de Sánchez en estos momentos es que quedó en evidencia que es “una candidata mientras tanto”, hasta que los verdaderos líderes, entiéndase Jackson y Boric, tengan la edad para ser candidatos presidenciales. «Quedó claro que en el FA –agrega– la persona más poderosa no es la candidata presidencial sino Jackson y que la abanderada, además, solo hace lo que no incomode al diputado».

Para los presidentes de partidos y para el comando de Sánchez es importante recalcar que “ella sí estuvo a la altura de un conflicto. Somos los presidentes de partidos los que no estuvimos a la altura”, añade el timonel del PH. Explica que ahora es importante dar una salida con gobernabilidad al conflicto y que el compromiso de Alberto Mayol y el Frente Amplio es tratar de que esta semana las fuerzas se muestren alineadas y se dé por cerrado el impasse.

De todas formas, el conflicto sirvió para que la candidata conociera el ADN de cada orgánica del Frente Amplio. “Lo que Beatriz entendió es cómo funcionan cada una de las fuerzas y espacios del FA, porque creo que ella no los conocía. Es en las crisis cuando se conocen estos espacios”, sentenció Octavio González.

Flanco externo y camino para la Nueva Mayoría

Esta situación deja en una posición bastante compleja a la presidenciable, al compararla con la actitud de Sebastián Piñera, quien frente al mismo dilema de disputas por distritos al interior de Chile Vamos, zanjó personalmente la falta de decisiones. “A Sebastián Keitel lo bajaron brutalmente de la plantilla parlamentaria de Chile Vamos, pero Sebastián Piñera logró cuadrarlos a todos y salir muy bien parado de esta situación, recalcando que tiene capacidad de direccionalidad”, consignó el analista político Andrés Cabrera.

Ante esto, González estima que “hay dos tipos de liderazgos, uno que se impone y otro que se gana: Piñera golpea la mesa, Beatriz se lo gana. Si nos metimos dentro de la derecha, ¿tú crees que Piñera es querido? No, le temen”. Para el integrante del equipo político asesor de Sánchez, la candidata ha construido una forma distinta de hacer política. «La Bea tuvo una generosidad extrema, de dejar que nosotros pudiéramos resolver lo que nosotros mismos generamos”, indica.

Ni en La Moneda pasó inadvertido lo sucedido con el Frente Amplio. Los análisis tras bambalinas no estuvieron ajenos a cierto dejo de ironía, puntualmente por una sensación de pseudosatisfacción al presenciar la “comedia de errores” de la neófita coalición, la misma que por meses –recordaron esta semana varios inquilinos de Palacio– ha fustigado al oficialismo y las prácticas de la política tradicional. “Esto es para sentarse y comer cabritas”, graficó un alto asesor palaciego.

No se sacaron cuentas alegres en términos de que lo sucedido perjudique a Beatriz Sánchez y se produzca una suerte de trasvasije en las encuestas a favor del candidato del PS-PPD-PR y PC, Alejandro Guillier. Pero en el Gobierno sí creen y esperan que este episodio sirva como “lección” para el Frente Amplio, para no dar cátedras morales, que es lo que genera más anticuerpos en las huestes de la Nueva Mayoría.

Desde la vereda del análisis, Marta Lagos hace una dura evaluación del papel que jugó Beatriz Sánchez, porque demostró que en política contingente “no tiene liderazgo para enfrentar una crisis”, quedó en evidencia que “no manda” y que “no es capaz de golpear la mesa”. “Es una candidata sin poder, perdió mucho en esta crisis, ya que no sacó la fuerza necesaria para enfrentar el problema”, dice.

La directora de Mori explica que hasta ahora el Frente Amplio había logrado recoger la queja pública y colectiva sobre la ética y la congruencia, misma razón por lo que es grave la crisis que enfrentó el conglomerado. “El FA se inflige un daño al querer ser ángeles y asegurar que no iban a tener los problemas de los demás, pero heredaron las mismas enfermedades de las coaliciones antiguas. Lo que sucedió es el derrumbe de esos ángeles, van a tener que cambiar el discurso”, sentencia.

Para el ex director de la Secom, Carlos Correa, el FA quedó públicamente como una coalición sin capacidad para resolver sus problemas internos y Sánchez especialmente, considerando que –según las encuestas– “se suponía” que era la carta más competitiva ante Piñera. “Con lo que pasa en política, el problema de un distrito es un tema menor y si se les fue en collera solucionarlo, especialmente a ella, queda la duda de cómo va a manejar el país, qué pasará cuando tenga un problema real en el gabinete, ¿van a publicar los WhatsApps de los ministros?”.

“Esta es una herida grave para Beatriz Sánchez, pero tiene la opción de revertirla y tomar la oportunidad de terminar con los caudillismos en el FA para asumir ella un liderazgo real, ser una candidata real”, sentenció el analista.

El impacto en la campaña de Sánchez está por verse y, si bien algún sondeo puede demostrar un efecto inmediato, para Marta Lagos ese daño requiere de mayor observación y tiempo. “El electorado de Sánchez es muy volátil, es muy heterogéneo socioeconómicamente hablando, también en lo cultural y lo valórico. Un 60% de este solo ha votado una vez y, si es muy purista, se puede derrumbar”, apunta.

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