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El PPD “se mira al espejo” para intentar buscar un rumbo tras la derrota electoral Consejo Nacional se reúne hoy con un girardismo fracturado y debilitado

El PPD “se mira al espejo” para intentar buscar un rumbo tras la derrota electoral

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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“El PPD hoy es semejante a una sociedad de caudillos y patrones que clientelizan a sus bases, poniendo sus intereses por delante de los de un proyecto político relevante para el país y las ideas de la izquierda. Creemos necesaria una rebelión de las bases del partido y un vuelco hacia el territorio poniendo a los parlamentarios al servicio del trabajo territorial y no a la inversa”, afirmaron desde el Frente Social Demócrata, el nuevo referente que se está gestando en las filas de la colectividad, que busca dar por superada a la G90, que hasta ahora cuenta con el apoyo de presidentes comunales, diputados electos, Seremis, Cores y que ha liderado el subsecretario de Desarrollo Social, Juan Eduardo Faúndez.


La derrota electoral de la Nueva Mayoría no desató la crisis que viven hoy sus colectividades, solo la expuso, la sacó a la luz pública, fue el corolario de años de desconexión con la ciudadanía, de falta de un proyecto político de peso, de propuestas y renovación de liderazgos. Si bien todos en la coalición hoy se lamen las heridas de la inminente pérdida del poder y de la disminución de la fuerza parlamentaria del bloque, en el PPD dicen que van un paso más adelantados que sus socios, porque al menos tienen conciencla plena del oscuro momento que atraviesan, saben que en un suspiro pueden caer en una etapa terminal y se instaló el consenso transversal en la colectividad del imperativo de comenzar una reflexión doctrinaria para dejar atrás su pasado de partodo instrumental.

Durante todo la jornada de este sábado 20 de enero, se reunirá el Consejo Nacional del PPD, máxima instancia resolutiva. Ahí se dará la cuenta política, financiera y electoral del partido, se analizarán las razones de la reducción de la bancada de diputados a solo 8 integrantes, se discutirá la renuncia o permanencia de la directiva que encabeza Gonzalo Navarrete, la posibilidad de adelantar a abril o realizar en julio elecciones internas y la creación de una comisión especialmente mandatada para conducir el debate interno que busca entender las causas de la crisis actual y definir una nueva ruta ideológica para la colectividad.

El PPD se está mirando al espejo con honestidad, a diferencia del resto de la Nueva Mayoría, es cierto que el partido está arrastrando las patas, pero al menos tiene conciencia de eso”, sentenció un ex vicepresidente de la colectividad.

Si bien hay sectores internos que consideran que la directiva de Navarrete debería asumir la responsabilidad política de la derrota y por ende dar un paso al costado para ser reemplazados por una conducción interina, en el partido hay coincidencia en que los temas a discutir son mucho más profundos que elegir un nuevo timonel, porque esa definición no resolverá la crisis. “Más allá de las decisiones que tomó o no, el problema no es Navarrete, no sacamos nada con elegir un nuevo presidente si no tenemos definido qué somos, centroizquierda, socialdemócratas, cuál es el proyecto”, afirmaron en el seno del laguismo, donde se inclinan por potenciar una reflexión ideológica profunda que se prolongue por lo menos hasta mitad de año.

La verdad es que hoy nadie sabe donde está parado el PPD ni qué somos, si debemos acercarnos al Frente Amplio o armarnos como una fuerza progresista, fusionarnos, son todas las reflexiones que debemos hacer y eso al menos tomará seis meses”, explicaron en el corazón del laguismo.

El 6 de enero se realizó una directiva nacional y en las semanas siguientes, distintas instancias regionales han realizado sus respectivos debates, en base a una metodología establecida por la Fundación por la Democracia, que fijó un marco de preguntas para orientar la discusión: de qué tipo es la crisis que vive el partido, que es lo que se debe hacer, cuál es la política de alianza que debería llevar adelante el PPD, cuál es la mejor forma de relacionarse con los movimientos sociales.

Navarrete presentará un documento hoy con el que pretende dibujar una hoja de ruta para el mediano plazo, en el que está incorporada la idea de una comisión que se haga cargo de la discusión ideológica interna, para la cual suenan nombres que van desde el ex ministro Sergio Bitar, el ex timonel Víctor Barrueto y el ex parlamentario, Antonio Leal, todas figuras vinculadas al momento fundacional y a la historia del partido.

En el PPD se dieron cuenta tras la derrota electoral que el partido como era hasta ahora ya no sirve, porque se quedó sin discurso público, fue eclipsado por otras fuerzas políticas y por eso la crisis es grave”, añadieron desde el mundo parlamentario.

En la crisis actual del PPD también jugaron un papel relevante los errores en la selección del elenco de candidatos, los criterios con los que se negoció, como también las denuncias de acoso sexual al ex embajador Patricio Hales o la vinculación en el caso SQM de buena parte de la llamada G90, que lideraba el entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo y que era vislumbrado a principios de la administración bacheletista como la principal apuesta para el recambio generacional.

El PPD hoy es semejante a una sociedad de caudillos y patrones que clientelizan a sus bases, poniendo sus intereses por delante de los de un proyecto político relevante para el país y las ideas de la izquierda. Creemos necesaria una rebelión de las bases del partido y un vuelco hacia el territorio poniendo a los parlamentarios al servicio del trabajo territorial y no a la inversa”, afirmaron desde el Frente Social Demócrata, el nuevo referente que se está gestando en las filas de la colectividad, que busca dar por superada a la G90, que hasta ahora cuenta con el apoyo de presidentes comunales, diputados electos, Seremis, Cores y que ha liderado el subsecretario de Desarrollo Social, Juan Eduardo Faúndez.

Este grupo apunta a llevar la discusión interna a una definición doctrinaria del PPD como una fuerza socialdemócrata, con “un fuerte compromiso hacia la creación de un Estado de Bienestar moderno, una democracia deliberativa más allá de la simple participación y una revolución energética hacia una nueva economía ecológica” y aseguran que su norte debe ser “la lucha contra el modelo neoliberal asegurando gobernabilidad y estabilidad al sistema social que da protección de los trabajadores”.

Para el Consejo Nacional de hoy propondrán que se convoque a un Congreso doctrinario e ideológico que defina donde se sitúa el PPD y su rol en los próximos años, junto con iniciar un trabajo interno paralelo con miras a las municipales del 2020, para lo que se reuqiere una búsqueda y formación de candidatos.

No son los únicos que piensan en la necesidad de que un equipo interno se preocupe de la necesidad de buscar candidatos a todo nivel para el partido, idea que también se trabaja en el llamado tercerismo del PPD. “La realidad del partido es que nos quedamos con 8 senadores, 8 diputados, 35 alcaldes, 227 concejales y 25 Cores, con eso no se acaba el PPD pero es cierto que el panorama es malo, que hay que hacer un hito de reflexión y contenido, crear una comisión electoral, fortalecer el trabajo territorial y la diversidad interna”, explicaron en el seno de esta corriente.

En las sombras

En todo el panorama actual del PPD, hay una figura clave, el senador Guido Girardi, quien por años ha ejercido un fuerte liderazgo interno y que ha sido cuestionado públicamente por desplegar un estilo político que lo llevó a apoderarse del partido. No hay que olvidar del quiebre que protagonízo en mayo de 2016 con uno de sus colaboradores más estrechos, el diputado Pepe Auth, quien no solo renunció en ese momento a la colectividad, sino que además se fue acusándolo de ser una sierte “socio controlador” del partido.

Hay coinciencia interna y general que los personalismos le han hecho mucho daño al partido”, afirmaron en el PPD, aludiendo a la situación actual de Girardi.

En todas las tendencias internas dicen que Girardi políticamente está “disminuido”, que quedó “debilitado” internamente, porque sufrió una fuerte derrota de la mayoría de los rostros de sus filas que se postularon al Congreso, partiendo por el propio Navarrete y la hermana del senador, Cristina Girardi, que logró ser elegida “raspando” con un escuálido 4,2%. Pero además porque el llamado “girardismo”- otrora la corriente más poderosa del PPD- se encuentra totalmente e irremediablemente fracturada, una división cuyos protagonistas son por un lado el timonel Gonzalo Navarrete y por otra, el diputado Marco Antonio Nuñez, que en noviembre no logró su objetivo de ganar un escaño senatorial en la V Región.

Entre quienes lo conocen bien y han hablado con Girardi de la situación actual del PPD afirmaron que el senador tiene plena conciencia que el partido está excesivamente identificado con él y que su figura está asociada a las criticada vieja política. “El se da cuenta del nivel de la crisis”, explicó un ex dirigente PPD y por lo mismo, las últimas semanas ha hecho una exhaustiva ronda de conversaciones privadas de diagnóstico con todos los sectores internos y sus jerarcas, incluido el senador Felipe Harboe.

Explicaron que Girardi estaría en la postura de evitar un desangramiento público del PPD, de acotar el debate ideológico para neutralizar una fuga de militantes y por ende, cerrar rápido este proceso, lo cual debe ser coronado con una nueva directiva que marque el inicio de la nueva etapa.

El punto es que el resto del PPD cree que es necesario aprovechar este momento oscuro para hacer la reflexión interna que por años han esquivado, que es este el momento de marcra un nuevo hito fundacional y que además, la próxima directiva debe necesariamente ser elegida en un proceso de competencia abierta, sin acuerdos tras bambalinas ni consensos.

Núñez es uno de los principales interesados en ser el nuevo timonel, pero en el partido coinciden en que no cuenta con la base suficiente para ganar una competencia abierta y la opción del canciller Heraldo Muñoz, si bien fue bien vista por más de uno por sus buenos índices de aprobación ciudadana en las encuestas, lo cierto es que con el correr de las semanas se ha desdibujado, porque una de las condiciones del ministro sería acceder vía consenso a la conducción del partido, lo que estaría por ahora fuera de discusión.

El ánimo en el partido en general es que haya competencia eso le hará bien al PPD, va a refrescar las cosas, esa competencia debería reflejar las diferencias y matices internos que se establezcan tras la reflexión ideológica ”, explicaron en la colectividad.

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