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Ministro Chadwick abrió las puertas de su casa para una reunión reservada con senadores de la oposición para limar asperezas. Sin embargo, esta señal de acercamiento desplegada por el Gobierno colisiona de lleno con la ofensiva emprendida por las bancadas del oficialismo contra la presidenta de la Cámara de Diputados, la socialista Maya Fernández.
Una señal de distensión en medio de las acusaciones cruzadas de «sequía legislativa» y «obstruccionismo» dieron anoche el Gobierno y la oposición, cuando un grupo de senadores llegó hasta la casa del ministro del Interior, Andrés Chadwick, para reunirse con él y el ministro Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel.
Los senadores Rabindranath Quinteros (PS), José Miguel Insulza (PS), Guido Girardi (PPD), Jorge Pizarro (DC), Yasna Provoste (DC), Andrés Allamand (RN) y Víctor Pérez (UDI) se juntaron con Chadwick durante casi dos horas, con el objetivo de recomponer la relación entre el Ejecutivo y el Congreso.
Los parlamentarios concordaron en que la discusión de las últimas semanas no le «ha servido a nadie, ha sido estéril y carente de contenido», por lo que acordaron «limar asperezas», y dejar atrás los desencuentros, marcados por ejemplo por las acusaciones contra el Ejecutivo por la falta de proyectos en tabla; el reto del Presidente Sebastián Piñera a la oposición con su llamado a “ponerse a trabajar”; y la accidentada votación de Ángela Vivanco, la carta conservadora del Gobierno a la Corte Suprema, aprobada gracias a los respaldos de la DC y el PPD pero rechazada por el PS pese al acuerdo existente.
“Fue una reunión básicamente para poder mejorar la coordinación, poder tener una mejor priorización sobre los proyectos y pasar un poco de la discusión a una etapa de mayor colaboración. Quedamos de seguir conversando», resumió Blumel.
Sin embargo, esta señal de acercamiento desplegada por el Gobierno colisiona de lleno con la ofensiva emprendida por el oficialismo contra la presidenta de la Cámara de Diputados, la socialista Maya Fernández.
Las bancadas de los partidos oficialistas activaron consultas para presentar incluso una eventual moción de censura contra la mesa, molestos por el envío una carta de queja al Presidente de la República a raíz de sus dichos sobre el “obstruccionismo” legislativo.
«El rol de la mesa es justamente defender la independencia y la autonomía del Congreso (…) La frase ‘pónganse a trabajar’ es muy dura, es casi un insulto a la labor que realizan las parlamentarias y parlamentarios. Podemos tener todas las diferencias políticas, yo siempre lo he dicho, pero no puede conllevar justamente a generar esa opinión a la ciudadanía», sostuvo la presidenta de la Cámara, Maya Fernández, en Radio Cooperativa.
La derecha esgrime como principal argumento que no fueron consultados por la mesa al momento de enviar esta misiva de 4 carillas que lleva el membrete de la Corporación y creen que Fernández busca aprovechar la testera de la Cámara para criticar a Piñera. “La mesa que anteponer el interés de la Cámara en su conjunto y no sus pasiones, antipatías y frustraciones partidistas”, ha señalado el jefe de bancada RN Leopoldo Pérez.
En ese contexto, el Partido Socialista salió a respaldar a la presidenta de la Cámara. “Una censura a la mesa no tiene ninguna justificación y ningún fundamento”, aseguró el presidente de la colectividad, Álvaro Elizalde. En tanto, el vicepresidente de la Corporación, Jaime Mulet, señaló que la reacción de Chile Vamos “es una exageración, creo que deben leer bien la carta y entender que lo que estamos defendiendo es la actividad legislativa”.
