El ministro de Salud dijo que los hechos denunciados en El Mostrador son “de la máxima gravedad” y que de comprobarse la falta, se debe “poner en resguardo a los pacientes afectados y perfeccionar las prácticas clínicas”. El año pasado, médicos de ese recinto asistencial se percataron de que en vez de recibir las fuertes drogas para hacer frente al cáncer de mama vía venosa central, 100 mujeres recibieron el medicamento por vía periférica, a pesar que el Auge indica en sus glosas la primera fórmula.
Más de 160 mujeres en estos últimos dos años han recibido quimioterapias para enfrentar cáncer de mama, fuera de la norma. Es por este motivo que esta mañana el ministro de Salud, Emilio Santelices, señaló que los hechos “son de la máxima gravedad” por lo que debe realizarse “una investigación exhaustiva para establecer la presencia de responsabilidades y por sobre todo de comprobarse lo señalado, poner en resguardo a los pacientes afectados y perfeccionar las prácticas clínicas”.
Según un reportaje publicado este viernes por El Mostrador, el año pasado médicos del Hospital San Borja Arriarán se percataron que algo no andaba bien a la hora de administrar quimioterapias a pacientes con cáncer de mama: en vez de recibir las fuertes drogas para hacer frente a la enfermedad, vía venosa central, siempre recibieron el medicamento por vía periférica. Eso no solo significó que fuera más doloroso para las pacientes, sino también la decisión médica está fuera de protocolo Auge, prestaciones garantizadas por la ley y por las que, además, las pacientes, desembolsan dinero de su bolsillo al momento de hacerse cargo del copago.
Daniel Valenzuela, vicepresidente del capitulo médico del Hospital San Borja Arriarán confirmó a El Mostrador que el año pasado pusieron en aviso a las autoridades de la situación que ocurría gracias a la alerta del doctor David Villena, jefe del CDT, quien se percató de que no se estaba cumpliendo a cabalidad el protocolo Auge e insistió en que se debía entrar en normativa. “La explicación que dan las autoridades del hospital y jefe de oncología es que catéter hay, lo que no hay es la capacidad humana para instalarlos y horas de pabellón. El aparato existe, lo que falta es la capacidad operativa”, explicó Valenzuela.
Valenzuela contó también que producto de la preocupación, tuvieron una reunión con el médico jefe de Oncología para entender la repercusión que podría tener en la recuperación de las pacientes y la respuesta que recibieron da cuenta de una cadena de inconvenientes que podría, a la larga, afectar el tratamiento. “En oncología aseguran que el catéter venoso central es más seguro, más cómodo y tiene menos complicaciones. En el sector privado, de hecho, se usa en cerca del 100 por ciento de los casos, sin embargo, acá no se usa esa vía. Aunque nos explicaron que el medicamento es el mismo en cuanto a cantidad o dosis también nos explicaron que el catéter periférico (que es el que optaron por utilizar versus el de vía venosa central) tiene un problema técnico: los pacientes se deben hospitalizar para cada ciclo, entonces los pacientes deben esperar cada vez un nuevo ciclo y un nuevo cupo de hospitalización. Si esto no se cumple, el tratamiento se recibe desfasado”, explicó Valenzuela, quien también reconoció que los médicos están enfrentados a un fuerte dilema ético ya que finalmente deciden aplicar el Auge para atender a los pacientes, aunque esto se realice “en la medida de lo posible”.
El diputado Gabriel Silber (DC) señaló que la próxima semana presentará un escrito ante Contraloría para que se investigue la situación y también el por qué no se recurrió al segundo prestador, como también detallaba la ley.